Como cada primero de mayo, las reivindicaciones laborales salen a la calle de A Estrada de la mano de la Confederación Intersindical Galega (CIG). Ayer no fue una excepción, si bien la movilización tuvo que adoptar algunos cambios en atención a la situación epidemiológica. De este modo, para evitar aglomeraciones en la Praza do Mercado –donde se celebraba el mercadillo sabatino–, la concentración tuvo que realizarse en la Praza da Feira, y con distancia entre los participantes. Desde allí, las proclamas se dejaron ver y escuchar por la zona más céntrica de la capital estradense con el ascenso de los manifestantes por Calvo Sotelo hacia la Praza de Galicia. En esta ocasión fueron cuatro las grandes pancartas que se portaron, tres de ellas especialmente alusivas a conflictos laborales existentes en las comarcas de Deza y Tabeirós, caso de las reclamaciones de los bomberos del parque intercomarcal de Silleda, las de los trabajadores de Colegio Scientia Lalín –el antiguo Sagrado Corazón que adquirió el grupo empresarial Scientia School– y la del sector del metal, que acaba de alcanzar una polémica firma de su convenio colectivo-

Esta convocatoria responde cada año a la comarca sindical Deza-Tabeirós, aunque habitualmente la movilización del 1 de mayo se celebra en A Estrada. De este modo, el Día del Trabajo se utiliza para visibilizar problemáticas laborales existentes en estas comarcas y que concretizan la lucha sindical de cada día. El coordinador para la zona, Antón Álvarez Merayo, reconoció que en esta ocasión no se buscó una presencia muy extensa por la situación sanitaria, pero destacó que “la pandemia no lo es todo” y que se precisa “ganar en sanidad y derechos laborales”.

Las pancartas

Derogación das reformas laborais. Fronte á crise. Saída galega xusta, rezaba la pancarta que encabezaba la marcha por la zona más céntrica de A Estrada. A ella se sumaron en esta ocasión la de Bombeiros de Silleda. Por unhas condición de traballo dignas, otra que clamaba Non aos despidos en Scientia School y una tercera que avanzaba por las calles diciendo Metal en loita por un convenio digno.

Como no podía ser de otro modo, la situación de pandemia y las consecuencias económicas y laborales derivadas de ella tuvieron su propia voz en esta movilización del Día del Trabajo, protagonizando en gran parte el manifiesto que se leyó después de la marcha. “Tenemos que hacer visible la crisis social y sus contradicciones entre especuladores y trabajadores. Estamos viviendo una auténtica crisis social; asistimos a una situación de emergencia que afecta a todos los aspectos de la vida de la clase trabajadora”, apuntaron.

“Cada vez más oimos: es lo que hay, por lo menos tengo trabajo. Debemos luchar contra esa resignación. Tenemos que oponernos. No es lo que hay, es lo que quieren para nosotros, que no es lo mismo”, se apuntó en otro momento del manifiesto, en el que también se recogió el hecho de que trabajadores afectados por los ERTE tendrán que pagar en su declaración de Hacienda. “Penalización fiscal para la clase obrera y exenciones fiscales para las empresas”, apostillaron. “Entre las chispas de la soldadura en el metal; en la cima de una escalera rescatando a una vecina desde el parque de Silleda; desde las aulas del Sagrado Corazón; en los domicilios del SAF; en los servicios básicos que nos dieron de comer, cuidaron y limpiaron durante lo más duro de la pandemia... desde todos y cada uno de nuestros puestos de trabajos, orgullos, combativos pero alegres, seremos legión, y seremos llamados a conseguir un futuro nuestro, libre y justo”, clamó la CIG.

Contra despidos del Scientia

Por su parte, la Plataforma Aberta Cidadá (PAC) de Lalín también aprovechó el 1 de mayo para trasladar su apoyo a los trabajadores del antiguo Sagrado Corazón. “Resulta difícil de creer que solo unos meses después de competir con otra empresa para comprar el colegio comprometiéndose a mantener los puestos de trabajo, la nueva dirección se saque de la manga un montón de despidos, estando el colegio en la misma situación que en le momento de la compra”, apunta este grupo, que también cuestiona el sentido de que la Consellería de Educación “no se preocupe de lo que ocurre en un centro al que aporta fondos públicos para su funcionamiento.

Esta formación ofrece todo su apoyo a las trabajadoras y pide a la ciudadanía que respalde sus reivindicaciones. “Lo que piden no es más que un trato digno y justo”, concluye,