A dos meses para el supuesto relevo en la Alcaldía de Vila de Cruces, a nadie le sorprende que Xuntos polo Noso Concello se niegue a abandonar el ejecutivo. Gobernó estos dos años en franca minoría, como hace Gonzalo Pérez Jácome en Ourense, y seguirá haciéndolo porque, igual que Jácome, sabe que es muy improbable que se fragüe una moción de censura entre los partidos de la oposición, tradicionalmente en las antípodas políticas unos de otros. Y además, hace meses que en los plenos, cada vez que el portavoz del BNG Álex Fiuza menciona el relevo en la Alcaldía, Taboada le espeta que puede entrar en el gobierno cuando quiera.

A falta de que se pronuncie el regidor, lo hace su número dos, Julio López. Asegura que el único pacto de gobierno fue el que, una vez realizada la investidura de Luis Taboada (con tres votos de Xuntos, tres del BNG y uno del PSOE), lograron con la concejala socialista María del Carmen Silva. El bipartito se rompió en agosto de 2020, pero ya en marzo el PSOE, recuerda López, anunció que retiraba su apoyo a los dos años de gobierno que debería encabezar el BNG desde junio de 2021.

Es curioso, Xuntos asegura que no había ningún acuerdo previo a la investidura y, sin embargo, PSOE y BNG sí lo recuerdan, aunque este pacto no figure por escrito. Y quizá el malentendido, o el error, esté ahí, en que no hay un compromiso por escrito. En marzo de 2020, el PSOE apuntaba que comunicarían por escrito a la ejecutiva del BNG esa retirada de apoyo a los dos años de gobierno “que se acordó en las negociaciones previas a la investidura”. Desde el BNG incluso se pone fecha a ese pacto de investidura: el 15 de junio de 2019. El Bloque indica que estaban las tres formaciones políticas presentes y que el acuerdo pasaba por un gobierno con Taboada al frente hasta el 15 de junio de 2021, y que le sucedería Álex Fiuza hasta el remate del mandato en 2023.

Necesidad de un cambio real

“Cierto que no existe acuerdo escrito, pero cualquier escrito no tiene valor si carece de voluntad. Tan solo es cuestión de ética personal, y en su día el BNG cumplió su parte de lo acordado, sin escrito de por medio. Si bien es cierto que nunca acreditamos mucho en la palabra de Luis Taboada, tampoco es menos cierto que la necesidad de un cambio real y el ansia que se respiraba en la población por terminar con 30 años de políticas caciquiles del PP influyó en nuestra decisión”, afirma el partido.

Desde el gobierno actual, Julio López insiste en que el BNG “optó por cruzar la línea y mantenerse en la oposición, dinamitando el gobierno y no dejándole sacar sus proyectos adelante”. Pues el BNG tiene otra visión, igual que con el pacto. El Bloque relata que en ese acuerdo de investidura se comprometió a llevar una propuesta de organización para el posible gobierno tripartito. “Esa propuesta fue presentada y rechazada repetidamente por el actual alcalde y su grupo, por lo que el BNG solicitó una contrapropuesta de Xuntos que nunca llegó”. Tampoco hubo esa contraoferta cuando se tumbaron las dedicaciones iniciales del gobierno el 17 de julio de 2019. Y tampoco, más cerca en el tiempo, Xuntos emitió una propuesta para que el BNG formase parte del ejecutivo, cuando en el pleno de marzo Fiuza les facilitó folios en blanco a los tres concejales para que redactasen las condiciones de entrada del Bloque en el ejecutivo. Aún hoy sigue aguardando.

Pronunciamiento público

Y no es la única espera. Esta misma semana el BNG mantuvo un encuentro con el alcalde para que hiciese un pronunciamiento público sobre la cesión de la Alcaldía. Taboada, que no López, dio la callada por respuesta.

La versión política del ‘pressing catch’

Ha pasado solo medio mandato y Vila de Cruces ya es la metáfora política de aquel célebre programa televisivo Pressing Catch, en el que había una sección de ‘Todos contra todos’. El PSOE le retira su apoyo a los dos años de gobierno del BNG, que además suelen ser los más jugosos por estar más cerca de las elecciones municipales. Ya antes, Luis Taboada corta la íntima amistad con el anterior alcalde, Jesús Otero, para presentar lista a las elecciones por sorpresa, y de paso se lleva para su partido a Julio López, que durante años había sido apoderado e interventor del PP en la mesa electoral de Vila de Cruces. Y López, a día de hoy, espera que el PP tenga más altura de miras a la hora de votar los presupuestos. Pero “con esto me refiero a Manuel Souto y a sus compañeros, porque del señor Otero no espero nada, porque dice que los presupuestos se van a estrellar, y son meras ocurrencias”.

López se refiere a esta altura de miras porque no entiende que hace unos meses el BNG reclamase unos presupuestos y ahora dé más prioridad a ese relevo en la Alcaldía. Culpa a la formación nacionalista, también, de “las últimas votaciones conjuntas que hicieron con el PP”. Y aquí replica el BNG: “El minigobierno tiene una visión muy distorsionada de la realidad. Tenemos que recordarle que Xuntos fue quien negoció de la mano del PP las dedicaciones, la presidencia de la Mancomunidad de Terras do Deza o el Plan Concellos de la Deputación, entre otras cuestiones. Por un lado, el PP es la oposición dura de cara al público, y por el otro pactan con el único fin de que el BNG tenga influencia en las decisiones municipales”.