Marta Otero Leis es un ingeniera agrónoma de Merza (Vila de Cruces), de 43 años, que lleva meses viviendo una experiencia única: participar en la construcción del viaducto que unirá Cebú y Córdova en Filipinas. “Llevo trabajando 16 años en obra civil después de estudiar la carrera en Lugo y en marzo de 2020 dejé mi anterior trabajo coincidiendo con la llegada del COVID. A los seis meses me plantearon lo de venirme a Filipinas y, aunque en un principio me pareció una propuestas descabellada y un riesgo muy grande, finalmente lo valoré porque soy una persona muy activa, y dije que sí”, explica. Otero afronta su situación actual como “un reto personal y profesional” del que procura disfrutar en cada momento.
Una de las dificultades añadidas para esta ingeniera que ya ha desarrollado su labor en distintas partes de España, así como en Argelia y Haití, es el hecho de tener que trabajar en aguas del Índico. “Nunca antes había trabajado en el mar y eso hace todavía más interesante la labor que tengo que hacer”, añade Marta Otero. La ingeniera de Merza, que compagina turnos de día y de noche en su puesto de trabajo, lleva semanas al frente de un conjunto lanzavigas, que es un equipo diseñado para el montaje de vigas prefabricadas en puentes y viaductos. En resumen, es un puente grúa móvil con vigas modulares de celosía compuestas por elementos de sección rectangular. “Se trata de una máquina que coloca las vigas prefabricadas donde no pueden llegar otro tipo de grúas. El trabajo es complicado por la importancia que tienen las mareas en esta parte del mundo. De día utilizamos barcos para el transporte de ellas y por la noche lo que hacemos es cortar el tráfico en las carreteras cercanas para poder utilizar los transportes especiales”, indica Otero.
A pesar de vivir en uno de los lugares más atractivos del Sudeste Asiático, la ingeniera cruceña añora a su Merza natal. Sin embargo, es consciente de que aún tendrá que pasar un tiempo antes de que pueda volver a ella. “Desde que me vine no volví por la situación internacional derivada de la pandemia. Tengo que decir que aquí vivimos muy bien porque contamos con más medidas de seguridad que en España. De todas formas, el problema no es ir, sino volver. Necesitamos un permiso especial para volver a entrar en Filipinas, además de un visado de trabajo para ello”, añade. En cualquier caso, y a pesar de las maratonianas jornadas que pasa en la estructura del Puente de Cebú, Marta Otero Leis no duda en aprovechar su tiempo libre para visitar algunos puntos de Filipinas donde predominan playas exuberantes y costumbres realmente curiosas como la de algo “a medio camino entre una procesión o un entierro, donde llevan en una camioneta imágenes religiosas pero con una macha increíble con música salsera a tope”, asegura.
El consorcio Cebu Link Joint Venture (CLJV), formado por Acciona, la firma para la que trabaja Marta Otero, y sus dos socios locales, First Balfour Inc. y D.M. Consunji Inc., ha superado ya el 60% de progreso en la construcción del Puente de Cebú, algo que llena de orgullo y satisfacción a la ingeniera cruceña. El proyecto, adjudicado en 2017 por Cebu Cordova Link Expressway Corporation –empresa subsidiaria de Metro Pacific Tollways Corporation-–, consiste en el diseño y construcción de un puente atirantado de 650 metros de largo como estructura principal, que recuerda al Puente de Rande de la Ría de Vigo, con un vano principal de 390 metros de luz entre los pilonos. Además, esta nueva infraestructura estará formada por varios viaductos, así como por un espectacular tramo de calzada sobre terraplén de 5,2 kilómetros de longitud.
La entrada en operación del puente prevista para 2022 reportará numerosos beneficios para la gestión del tráfico en la zona, aliviando la congestión que actualmente se produce en los puentes existentes al conectar la ciudad de Cebú con la isla de Mactán a través de Córdoba. Además, supondrá una nueva conexión entre el área industrial de Cebú y el Aeropuerto Internacional de Mactán, así como con los nuevos desarrollos urbanos de Córdova ubicados en la misma isla, constituyendo un canal de vertebración y un elemento dinamizador para la economía local. Más de 2.500 personas trabajan en la construcción del Puente de Cebú liderados por personal de Acciona, que cuenta con una amplia experiencia internacional en la ejecución de este tipo de infraestructuras. Marta Otero forma parte de ese amplio grupo de profesionales.
Buque-escuela
Uno de los momentos más emotivos que recuerda Marta Otero de su estancia en Cebú fue la reciente visita del buque-escuela “Juan Sebastián de Elcano” de la Armada Española. El “Elcano” recaló en el puerto de Cebú el pasado día 20 de marzo, tras haber participado, haciendo presencia naval, en los actos conmemorativos del V centenario de la llegada de la expedición de Magallanes y Elcano a las Filipinas y que fueron organizados por las autoridades locales y la Embajada de España. Durante la estancia en puerto, la prioridad fue evitar contagios de COVID, por lo que se adoptaron estrictas medidas preventivas que básicamente suponen el confinamiento de la dotación a bordo. Otero recuerda que “fue muy bonito ver llegar el barco y pasar junto a lo que llevamos construido de puente en un día con mucha luz y en el que muchos barcos de aquí salieron a recibirlo”. El bergantín goleta de la Marina zarpó el 22 de marzo en demanda de las islas indonesias de Tidore y Ternate para completar la realización del XCIII Crucero de Instrucción que contempla dar la vuelta al mundo como uno de los eventos organizados con motivo de la conmemoración del V Centenario de la Primera Circunnavegación a la Tierra. Precisamente, en tierra se quedó la española de Merza Marta Otero para completar su desafío de permanecer en Filipinas hasta finalizar su tarea.