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Ojos que no ven, bolsillo que se resiente

La zona azul, casi sin la pintura que le da nombre, en el suelo de Justo Martínez. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Ignorantia juris non excusat. Esta expresión latina resume un principio del Derecho que tiene encaje en muchas situaciones en las que uno se encuentra, presumiblemente por desconocimiento, en un atolladero legal. El desconocimiento de la ley no excusa de su cumplimiento, viene a decir. Aparcar en zona azul sin colocar el correspondiente disco horario va en contra de la normativa municipal que regula un sistema que favorece la rotación del estacionamiento en algunas de las calles más céntricas de A Estrada. Desconocer cómo y dónde funciona y alegar que las marcas que delimitan las plazas correspondientes sobre la calzada no servirá de excusa si alguien –vecino o foráneo– intenta sacarse de encima una multa que entiende cuestionable. Al menos así lo indicó ayer el edil estradense Óscar Durán. Su advertencia es clara: la zona azul estará descolorida pero las multas, como las meigas, haberlas hailas.

Durán reconoció que la zona azul de la capital estradense necesita una mano de pintura. Sin embargo, justificó su estado actual subrayando que las calles en las que la estas marcas están más deterioradas van a ser objeto de una reforma, de manera que el Concello apostó por realizar el pintado hasta que se ejecute la mejora del firme y se reponga la señalización horizontal. Es el caso de la Rúa Iryda –que cambiará su configuración del aparcamiento, pasando a ser a un solo lado de la vía y en batería– o el tramo final de Justo Martínez, donde directamente está contemplado suprimir el aparcamiento en favor de unas aceras más anchas, aunque conservando la circulación. Indicó también el edil que se buscará mejorar el estado de la Rúa San Antón. “Todo lo que queremos hacer debería estar en verano en marcha”, dijo.

Señalización vertical

En todo caso, Óscar Durán puso el acento en que “las multas se aplican porque hay señalización vertical al principio y al final de la calle”. Apuntó que, con independencia de que no se vean las marcas en el suelo y aunque exista la posibilidad de que una persona de fuera del municipio aparque a media calle Iryda –por ejemplo– y se aleje de su vehículo cruzando la alameda –por tanto sin pasar caminando ante ninguna de las señales– la multa podría aplicarse igualmente amparándose en las señales verticales. “La señalización horizontal está muy borrosa o desaparecida pero existe la vertical y hay que respetarla. La disculpa no vale. Es como si te saltas un STOP mal pintado pero hay una señal”, defendió el concejal.

“Estamos tensando la goma para no gastar dos veces”, aseveró, si bien reconoció que el hecho de haber estado pulverizando desinfectante a las calles cada noche durante los primeros meses de la pandemia “se fue comiendo la pintura”.

Con todo, el edil de Promoción Económica quiso subrayar que, por lo general, “la gente pone el disco”. “Se fue acostumbrado y las sanciones cayeron mucho”, apuntó en respuesta al hecho de que un recorrido al azar por la zona azul evidencia una mayor colocación del disco en las calles que están mejor señalizadas con la correspondiente pintura azul para las plazas de aparcamiento rotatorio y la verde correspondiente a aquellas reservadas a residentes.

Durán reconoció que desde hace tiempo en A Estrada “la policía local está más mermada y se nota”, pero remarcó que los agentes continúan realizando inspecciones con carácter periódico en la zona de estacionamiento con horario limitado y continúan llegando las multas. Señaló que es importante que la gente no se confíe y que sepa que se está sancionando. “Todas las semanas hay alguna”, dijo. “Es un servicio que nos beneficia a todos y tenemos respetarlo”, añadió. Por tanto, aviso a navegantes: ojos que no ven, bolsillo que se resiente.

Mucho trabajo y poco personal

En cuanto a la falta de mantenimiento que puede observarse en parques del rural estradense y también la necesidad de limpieza en algunos puntos de la alameda municipal, el concejal Óscar Durán señaló ayer que el Concello continúa sufriendo dificultades para la contratación y reposición de personal. “Nos merman por todos lados”, dijo, subrayando que se requiere personal en múltiples áreas municipales.

“La ley nos impide hacer contrataciones de personal acorde a lo que necesitaríamos”, apuntó. “Antes había un jardinero que estaba permanentemente y era solo la mitad de jardín”, afirmó. “Tenemos quejas”, asumió, avanzando que se valora una contratación para el mantenimiento diario en calles, mobiliario urbano o adoquinados, entre otros.

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