En 2012 el concello de Silleda, junto al de Agolada y Dozón, se sometía a un plan de ajuste para hacer frente a sus deudas con proveedores. Hace casi diez años, Trasdeza solicitó dos créditos para ese plan de pagos, por un importe de casi 1,2 millones de euros. Uno de los préstamos quedó liquidado en 2019, siendo la primera vez que Silleda podía finiquitar un pasivo con cargo a los remanentes. El préstamo que se pidió en su día era de poco más de 38.000 euros.

Ahora, y gracias otra vez a la buena situación de las arcas municipales, en el pleno de la semana pasado quedó aprobada otra operación similar para amortizar el segundo crédito de ese Plan de Pago a Proveedores, del que aún estaban pendientes, a principios de este año, 349.186 euros. Así, además de las cantidades previstas en el presupuesto también se realizó una operación para destinar 210.000 euros a saldar ese crédito, con cargo a los remanentes de tesorería, como en marzo de hace un par de años.

El alcalde, Manuel Cuiña, indica que esta operación “permitirá al Concello de Silleda quitarse de encima uno de los dos créditos que nos vimos obligados a solicitar con el plan de pagos en base al plan de ajuste al que quedamos sometidos hace nueve años”.

Sin nuevas contrataciones

La contención de gasto y otras cuestiones como la prohibición de realizar nuevas contrataciones de personal o de cubrir vacantes por jubilaciones durante la vigencia de estas medidas, facilitó que Silleda pasase de una deuda de 12 millones de euros en 2009 a que, previsiblemente, sea de cero euros en 2025. Por de pronto, con la cancelación de ese segundo préstamo Silleda podrá salir del plan de ajuste y, por tanto, también de las medidas de vigilancia que le había marcado el Ministerio de Hacienda en los últimos años.

En este sentido, el regidor y también edil de Facenda señala que “gracias a la gestión realizada en los últimos años por este gobierno, así como a la contención del gasto, la situación económica del Concello de Silleda ha cambiado por completo, tal y como se desprende en las liquidaciones presupuestarias de los últimos años”.

De hecho, la liquidación del presupuesto de 2020, de la que también se dio cuenta en pleno, arroja cifras positivas. El superávit de contabilidad es de 1,36 millones de euros, mientras que el remanente de tesorería llega a los 1,64 millones. Este concepto mide la solvencia económica de la administración local en base a distintos conceptos. Además, el informe de Intervención confirma que se cumple con el principio de estabilidad presupuestaria y con la regla de gasto. El resultado presupuestario (que es la diferencia entre ingresos y gastos del ejercicio), se sitúa en los 947.599 euros.

Inversiones en grandes obras

Los remanentes que va acumulando Silleda en los últimos ejercicios le permiten amortizar créditos de cuando estaba en números rojos, pero también le ayudan a contar este año con un presupuesto que ha crecido notablemente porque contempla inversiones de calado. Así, de los más de 8, 4 millones de euros, 2,2 millones van para inversión real que cubrirán trabajos insignia del presente mandato: la reforma de la futura casa consistorial, la humanización de la rúa Progreso y la segunda fase de la red de calor.

Así, las adaptaciones en la actual Casa de Cultura precisan un desembolso de 964.000 euros, mientras que otros 800.000 servirán para el lavado de cara de Progreso. A la extensión de la red de calor, adjudicada días atrás a Veolia, se habían consignado 195.000 euros.