Stonehenge es, probablemente, el monumento megalítico más conocido de todo el mundo y uno de los más antiguos que se conservan, pues los arqueólogos sitúan sus orígenes hace unos 5.000 años. Un milenio antes de que se comenzaran a sentar las bases para instalar las enormes rocas que dominan la llanura de Salisbury, a un millar de kilómetros al suroeste de Inglaterra se había construído otra maravilla del mundo antiguo: Una tumba bautizada como Mámoa da Chousa Nova tras su descubrimiento durante las obras del Tren de Alta Velocidad (TAV). El túmulo, erigido hace más de 6.300 años, fue excavado, desmontado y posteriormente remontado en su lugar original entre los años 2007 y 2010. Desde entonces y salvo alguna esporádica actuación, ha vuelto a sumirse en el abandono y a quedar sepultado por la maleza. Visitarlo es prácticamente misión imposible y también lo empieza a ser poder informarse en sus deteriorados y desangelados paneles.
Su situación debería mejorar en próximas fechas gracias al proyecto de puesta en valor articulado por el Concello de Silleda a través de la línea de ayudas de la Diputación de Pontevedra para la rehabilitación y señalización del patrimonio histórico-cultural. La intervención contempla limpieza, nueva sinaléctica y reparación del cierre de madera que rodea el recinto, ubicado en la parroquia de Abades, y que se encuentra dañado en algún punto. El nuevo panel explicativo a colocar en el área de protección de este elemento incluirá textos y códigos QR redactados y supervisados por un arqueólogo. También se instalarán en A Bandeira y en el cruce de Campomarzo paneles indicativos direccionales para llegar hasta el lugar. Habrá un control arqueológico tanto de la limpieza del terreno como de los destierres para la colocación de los soportes.
El coste total del proyecto es de 5.500 euros y será acometido por la empresa Citania Arqueoloxía, después de la correspondiente tramitación de un contrato menor. A raíz de la confirmación de la ayuda provincial, en diciembre pasado, desde el Concello se activaron los trámites pertinentes ante el ADIF –propietario del suelo– y la Dirección Xeral do Patrimonio, que debe autorizar los trabajos. “Queremos continuar poniendo en valor el legado arqueológico de Silleda, de gran valor, después de mejorar la señalización de los petroglifos y otros yacimientos del sur del municipio en los últimos años”, señala el alcalde, Manuel Cuiña.
Durante la excavación del túmulo, que los expertos sitúan entre el año 4.340 y 4.260 a.C. –lo que la convierte en una de las cámaras megalíticas más antiguas de las datadas hasta ahora en Galicia–, se encontraron piezas de gran valor. Es el caso de un collar de cuentas de ámbar y variscita, que da cuenta de la existencia del intercambio comercial en esta época prehistórica. Fue la pieza más antigua de las recogidas en la muestra Galicia, un relato no mundo, que estuvo hace unos meses en la Cidade da Cultura.
