El Concello de Lalín ingresó durante 2019 un millón de euros menos por los principales tributos y tasas municipales. Así lo indican los datos detallados de la liquidación de un presupuesto aprobado por el actual grupo de gobierno a finales de ese mismo año y que, en consecuencia, solo tuvo unos días de vigencia. La cuenta se arrastraba del cuatripartito y por tanto apenas había margen de maniobra para diseñar otra con grandes cambios al estar buena parte de las partidas ya comprometidas.
Si un año antes la recaudación por impuestos y tasas había rebasado los 9,1 millones de euros, ahora se sitúa de nuevo a niveles de 2017, incluso con un montante sensiblemente menor que entonces. ¿A qué se debe la caída de exactamente 1.066.943 euros? Los ingresos caen en los principales tributos y tasas, pero destaca por encima de todo que en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) de urbana –el que aporta más fondos a las arcas municipales– se recortaron las transferencias de los ciudadanos en 647.238 euros, quedando esta partida en menos de 3,3 millones. El impacto de la contribución de rústica sobre las cuenta municipal no es tradicionalmente muy significativo, aunque en este caso el montante económico también se reduce sustancialmente, desde los casi 107.000 a 65.350 euros. Otro tributo con peso en los presupuestos anuales es el referido al que satisfacen las empresas propietarias de parques eólicos o la autopista. Son los denominados Bienes Inmuebles de Característica Especial (BICES), donde la recaudación se mantiene en niveles semejantes al año anterior y los 465.567 euros son 9.000 más. Sí aumenta el de vehículos, en 19.159 euros, hasta los 840.402 euros.
Dos de los tributos que sirven como indicativo de la evolución de la economía, construcciones e IAE, también experimentan importantes caídas, sobre todo el primero. Así, el Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) dejó 188.011 euros –casi 41.000 euros menos– y por actividades económicas fueron 422.084. Los lalinenses dejaron de pagar las plusvalías por transacciones inmobiliarias en 2017, pero el Concello sigue ingresando dinero de, aparentemente, liquidaciones pendientes de un tributo que aportó 16.225 euros.
Agua, basura y saneamiento son tres tasas que en su conjunto también aportan un volumen de dinero relevante a cualquier administración. Es más, la basura es la segunda fuente de ingresos del ayuntamiento por detrás de la contribución urbana y en este caso la recaudación se mantuvo en niveles casi idénticos a los del ejercicio anterior, con un millón de euros. En el caso del alcantarillado las transferencias de los contribuyentes disminuyeron en 130.600 euros y en más de 179.000 en el caso de la basura.
Los recursos aportados por el Parking Europa también bajaron hasta los 73.372 euros –poco más de 6.000 al mes– y las licencias de vados aumentaron hasta el punto de reportar unos ingresos por encima de los 89.000 euros. Las licencias por primera ocupación supusieron 3.400 euros más, los puestos ambulantes dejaron en la caja municipal 56.674 euros y el mercado poco más de 10.100. Otra de las partidas que se movió a la baja fue la tasa por utilización de instalaciones deportivas que en 2018 había rebasado el medio millón y ahora reportó 486.375 euros. Otros 102.000 corresponden a los ingresos por el servicio de ayuda a domicilio, 62.645 del canon del parque eólico municipal, 38.600 del de Telefónica y 1.320 euros por celebración de bodas civiles.
La ocupación de la vía pública de terrazas de negocios de hostelería supone en total para la administración municipal un ingreso de menos de 13.800 euros. Lo que mantuvo una línea descendente fueron los fondos que dejaron las multas de tráfico y para muestra, por ejemplo, este importe queda muy por debajo de los 108.000 euros liquidados en 2013.
Xunta y Estado
Para el funcionamiento de las administraciones locales otras superiores contribuyen con la aportación de fondos que se distribuyen en función de criterios como la población o la presión fiscal, entre otros. Así, la Participación de Ingresos del Estado (PIE) llega a las arcas municipales mediante entregas mensuales que, durante 2019, sumaron un total de 3.940.605 euros, casi 100.000 euros más que en el ejercicio anterior. La cuantía de la Xunta apenas sufrió cambios y se mantuvo en casi 1,2 millones
Aumento del gasto en personal y en servicios
Al margen de los números de trazo fino, los de las grandes partidas que arman el presupuesto municipal indican que para el funcionamiento de concello fueron precisos algo más de 4,8 millones de euros, es el dinero destinado a pagar el personal, que en un año se incrementó en algo más de 158.000 euros. También crecieron, y en unos niveles mucho más llamativos, los fondos que tuvieron como destino el gasto en bienes corrientes y servicios. La partida se situó en 7,5 millones, no obstante, al cierre del año en curso quedaron algo más de medio millón de abonos pendientes de satisfacer. En el apartado de inversiones reales se habían propuesto, con la elaboración del presupuesto, poco más de 130.000 euros que mediante modificaciones esta partida se elevó hasta los casi 10,2 millones. La liquidación apunta a que las obligaciones reconocidas alcanzaron los 888.124 euros, de los que fueron abonados dentro del año 584.444, casi 304.000 quedaron pendientes de satisfacer y, en consecuencia, se generaron unos remanentes de 6,6 millones. Para la cobertura de gastos financieros se emplearon 9.375 euros y 46.407 corresponden a transferencias de capital. Los pasivos financieros alcanzaron un total de 582.122 euros, casi 112.000 euros sobre la previsión inicial de la cuenta municipal.
