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Los últimos coletazos de la normalidad

Coros y comparsas de Carnaval en Santeles.

Con frecuencia se dice que la felicidad está en las pequeñas cosas; que no es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita y que la vida es eso que pasa mientras planeamos el futuro. Si algo ha demostrado esta pandemia es que nos hemos pasado de frenada. Prisas, estrés, preocupaciones absurdas, complejos, envidias, egoísmo, malos rollos...A diario llevamos una mochila cargada de piedras, sin darnos cuenta de que lo único que necesitamos meter en ella es lo básico para sobrevivir. Cuando hace un año arrancaba el mes de marzo, nada nos hacía presuponer lo que se venía encima. ¿Quién podría siquiera imaginar que se suspenderían las clases y que, solo unos días después, se decretaría un confinamiento domiciliario para toda la población? ¿Quién podría pensar que aquello que pasaba en la lejana Wuhan, cuya propia existencia había pasado desapercibida para muchos hasta que el topónimo empezó a asociarse al coronavirus, llegaría a pasar aquí en un abrir y cerrar de ojos?

Uno de los últimos "atranques" de los Xenerais en marzo de 2020. Bernabé/Javier Lalín

Aunque el que más y el que menos se sobrecogía al ver lo que pasaba en China a comienzos de 2020, ni los más pesimistas pensaron que las interminables listas de contagiados y de víctimas fuesen a extenderse al mundo entero ni en la medida ni en el tiempo récord en que lo hicieron. Pero así fue. Hace justo un año la normalidad daba sus últimos coletazos tal y como la conocíamos. Aquellos primeros días de marzo son lo más cercano que nos queda a cómo era nuestra vida antes de toda esta pesadilla. Son las instantáneas de cuando éramos felices, aunque no fuésemos conscientes de ello.

Encuentro Mommas Coffee sobre educación.

El mes de marzo de 2020 comenzó en las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes dando rienda suelta al espíritu del Carnaval. Las celebraciones, que cayeron a finales de febrero, continuaron a comienzos de marzo con los últimos atranques de los Xenerais da Ulla en la parroquia estradense de Santeles y en la cruceña de Salgueiros. Los coros, comparsas y ejércitos carnavalescos recorrieron las aldeas y contagiaron a los vecinos su buen humor y sus ganas de fiesta.

Trofeo Sondodance en A Estrada. Bernabé

Esos mismos días, A Estrada acogió el Torneo Sondodance de bailes deportivos, una prueba en la que se dieron cita cientos de personas entre el público y a 330 bailarines de nueve escuelas gallegas.

Presentación de la visita teatralizada a Ponte Ledesma para rememorar la emboscada contra los franceses. Bernabé/Javier Lalin

El colectivo Minas da Brea lidera desde 2018 y hasta este 2021, junto a otras dos entidades de Chequia y Polonia, la propuesta Mommas Coffee, centrada en la educación de los hijos. Los primeros días de marzo, el albergue de Mouriscade, en Lalín, se convirtió en punto de encuentro para los participantes europeos en este foro de intercambio, una reunión que hoy día sería complemente impensable.

También a comienzos de aquel mes de marzo en el que la vida cambiaría de forma drástica el ahora exalcalde de Vila de Cruces Jesús Otero organizó su tradicional comida multitudinaria en su vivienda familiar de Merza, con el cocido y postres típicos de Carnaval como un clásico que se repite Fueron en torno a 160 comensales los que aceptaron el convite de Otero aquel día, entre ellos amigos y compañeros de partido del veterano político cruceño.

Tradicional encuentro anual organizado por Jesús Otero en Vila de Cruces, con amigos y compañeros del Partido Popular. Bernabé/Javier Lalín

El tercer mes del año es también el escogido por el colectivo Amigos da Ponte para organizar, en colaboración con los concellos de Vila de Cruces y Boqueixón, una visita teatralizada en el Ponte Ledesma para conmemorar la emboscada que los vecinos tendieron a las tropas francesas, capitaneados por los hermanos Gregorio y Benito Martínez. Después de sorprender a las tropas invasoras, el puente acogió el 9 de marzo una batalla. El año pasado se llegó a montar un ejército de mujeres. La primera recreación fue posible pero la programada para el 16 del mismo ya se vio afectada por el estado de alarma.

Manifestación del 8-M en 2020 en la capital dezana. Bernabé/Javier Lalín

Los últimos días de la normalidad estuvieron también marcados por el Motococido de Lalín, con tres jornadas de festejos organizadas por el Motoclub Kilómetro 0. Incluyó rutas, visitas, charlas, espectáculo acrobático de Edu Rodríguez y almuerzo multitudinario. Los promotores calcularon que en el evento se concentraron 4.000 motos llegadas de distintos puntos de Galicia y del resto de España.

Exhibición del Motococido en Lalín. Bernabé/Javier Lalín

Las manifestaciones del 8 de marzo, con motivo del Día Internacional de la Mujer fueron también actos previos a que hubiese que inventarse una nueva normalidad. La ciudadanía secundó masivamente concentraciones en Lalín y A Estrada, una marea violeta que recorrió las calles antes de que el coronavirus infectase a la vida cotidiana.

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