Salieron a la calle y se defendieron con sus propias armas. Sartenes, cacerolas o espumaderas cumplieron su cometido en una jornada histórica en la que la hostelería gallega se echó a la calle para unir sus voces en un solo clamor. A Estrada y Lalín fueron dos de los municipios en los que a última hora de la tarde de ayer se realizaron concentraciones pensadas para hacer pública la “gravísima situación” en la que está inmersa la hostelería y para pedir, uniendo sus fuerzas y todos a una, un rescate sectorial en que se implique todas las administraciones, desde los concellos hasta el Gobierno Central, pasando por la Diputación y la Xunta de Galicia.

En las capitales de Deza y Tabeirós-Terra de Montes se escuchó el mismo manifiesto que en otros muchos concellos gallegos. Nunca como ayer los representantes de este sector económico se unieron en un frente común que salió a la calle para entonar un pacífico “basta ya” con el que solo quisieron testimoniar que el impacto de la pandemia en sus negocios los está ahogando y debilitando de tal modo que muchos ya no tendrán fuerzas para volver a levantar la verja cuando lleguen tiempos mejores.

Manifestación junto al consistorio de Lalín./Bernabé Bernabé

La hostelería de las comarcas quiso poner el acento en que no son quienes trabajan detrás de la barra los únicos afectados por el mazazo que la pandemia está dando al sector, sino que este funciona de cabeza tractora para que este batacazo lo sientan los propietarios de los negocios, los trabajadores, proveedores –desde los que les sirven las bebidas hasta las lavanderías y, por su supuesto, la alimentación, panaderías, fruterías, carnicerías o pescaderías–, el sector primario, los propietarios de los bajos y todos los demás establecimientos comerciales, “todos ligados en una economía interdependiente, circular”.

Intervenidos

“Nuestro sector, a diferencia de otros, se vio paralizado por la decisión de la Xunta de Galicia, decisión sanitaria que nosotros aceptamos si es por el bien común, pero que non viene acompañada de decisiones económicas como se está haciendo en otros países”, expusieron los manifestantes. Ante esta situación, su deseo fue dejar dos cosas especialmente claras: la primera que el sector rechaza “la criminalización del sector, señalado como foco de infección y de descontrol”. La segunda, que se consideran empresas “intervenidas por el gobierno”, sin posibilidad de realizar su actividad, lo que los lleva a exigir un rescate y las indemnizaciones a las que –defienden– tienen derecho.

El comercio respaldó a los hosteleros en su movilización. Bernabé/Javier Lalín

“El sector hostelero acató y cumplió de un modo ejemplar las normas extremas que se nos impusieron, de manera unilateral, sin diálogo (...) Si fuese cierto que nosotros somos foco de contagio, los primeros contagiados, los primeros muertos por coronavirus seríamos nosotros y no es así”, defendieron las distintas voces que tomaron la palabra ante los consistorios de A Estrada y Lalín.

En ambas cabeceras comarcales los hosteleros pidieron y obtuvieron el respaldo del comercio en esta movilización. Pancartas como las mostradas en A Estrada dejaban clara la unión de dos actividades que se complementan: Solo juntos saldremos adelante. Hostelería y comercio son el pueblo.

Una niña levanta una pancarta en la manifestación de A Estrada. Bernabé/Javier Lalín

No somos el virus, Plan de rescate ya o Salvemos la hostelería fueron los lemas más repetidos en las pancartas que portaban los manifestantes. En Lalín se escenificó incluso la muerte del sector con la conducción de un simbólico féretro. El 7% del PIB de España, empleo para 1,7 millones de personas, 315.000 locales abiertos y una facturación de 125.000 millones de euros. “Esa es la dimensión de lo que se está dejando morir”, argumentaron.

Con los deberes hechos

Los hosteleros tienen preparada la respuesta para quienes se pregunten de dónde se podría sacar el dinero para su rescate: “España va a recibir 140.000 millones de euros de la Unión Europea para paliar los efectos de la pandemia”. Además de exigir “claridad en su distribución”, el sector remarca que, si representa el 7% del PIB del país, le debería llegar “la parte proporcional del rescate” europeo. “Hay que rescatar a las personas, a la economía real, la de cientos de miles de pequeñas empresas, de autónomos y de sus trabajadores. Se tiene gastado más en rescatar a una sola empresa privada”, defendieron.

En Lalín escenificaron la muerte del sector. Bernabé

Los hosteleros de Deza y Tabeirós-Terra de Montes pusieron también el acento ayer en que su actividad es economía pero también es cultura, una forma de vida que “demandan 80 millones de turistas”. “¿Qué van a encontrar los visitantes que se acerquen atraídos por el Xacobeo? A este paso verjas cerradas”, vaticinaron.

Nuevo horario

La hostelería se echó a la calle preparada con una batería de peticiones para cada una de las administraciones públicas. Mañana, al sector le toca adaptarse a las nuevas pautas que marcan el inicio de la desescalada. A excepción de Forcarei y Cerdedo-Cotobade, en los demás concellos de las comarcas podrán abrir hasta las 18.00 horas, con un 30% de aforo en interior y un 50% en las terrazas. No se podrá servir en barra. En Forcarei y Cerdedo, el interior también estará vetado.

Una batería de peticiones

La hostelería salió a la calle con una batería de peticiones para cada administración. Al Gobierno piden, entre otras muchas cuestiones, la unificación de los ERTE y su ampliación indefinida; la exoneración del 85% de la parte de cotización empresarial a la Seguridad Social; exoneración de la cuota de autónomos mientras se limite su actividad; la devolución de esta cuota con carácter retroactivo desde el inicio de las restricciones; aplazamientos o supresión de tasas e impuestos o una reestructuración de los ICO. A la Xunta demandan ayudas directas para paliar los efectos del cierre –con un mínimo mensual de 1.200 euros–; compensación por tasas autonómicas en 2020 o exoneración de las de 2021, demanda que hacen extensiva al Concello. A este y a la Diputación les reclaman planes de apoyo.