María y Alfredo están deseando abrazar a sus nietos. No los ven desde Navidad. Los tienen repartidos. Unos viven en A Coruña, otros en Santiago y otros en Vilagarcía de Arousa. “Todos lo estamos llevando mal. Uno no puede ni salir de casa ni cambiar de concello”, comentan. El 15 de marzo María, que cumple este año los 80, recibirá la segunda dosis de la vacuna contra el COVID-19. Salió ayer con la primera del centro de salud de A Estrada, agarrada a su esposo y celebrando que la aguja fuese más pequeña de lo que le había parecido en televisión. Comenta que la llamada llegó el viernes, casi de sorpresa, mientras esperaba que citasen a Alfredo, de 86 primaveras. “Van con la L y él es de la M; aun no le tocó, pero pronto”, indica esta vecina de la parroquia estradense de San Miguel de Castro. Salen de A Baiuca juntos, deseosos de que llegue el día en que los dos puedan hacerlo sabiéndose inmunizados contra el virus que los aleja de los suyos. En la jornada de ayer fueron un total de 230 los mayores de 80 años que recibieron la primera dosis de la vacuna en los servicios de Atención Primaria de A Estrada y Silleda, en el marco de una campaña de vacunación que en el área sanitaria de Santiago y Barbanza tenía ayer citadas a 800 personas. El éxito de participación lo demuestra el hecho de que solo dos de los convocados no acudiese a ponerse la vacuna.

En A Estrada se vacunaron 120 mayores de 80 años y en Silleda lo hicieron otros 110. Los dos centros de salud continuarán hoy con la campaña, jornada para la que están citadas en toda el área compostelana más de 700 personas. Se aguarda que esta semana se vacune a 5.500 mayores de esta demarcación sanitaria.

Entusiasmados

Eva Domínguez y Diego Mosteiro conforman el equipo 3 del área de Santiago en estas sesiones de vacunación contra el COVID. Su labor contó ayer con la colaboración del personal del centro de salud estradense para poder vacunar a todas las personas citadas en esta primera jornada. “Está viniendo mucha gente y observamos que todos los pacientes están llegando muy contentos y entusiasmados”, reconocieron. Aseguraron que la mayoría de los mayores que se presentaron ayer a recibir esta primera dosis lo hicieron con seguridad y confianza, sin miedo a una posible reacción adversa. “Todos vienen con muy buen ánimo, muy contentos y muy agradecidos. Eso nos lo están transmitiendo, con mucho cariño”, indicaron. Algunas de las personas que atendieron ayer tenían 80 años pero otros superaban, incluso holgadamente, los 90. El denominador común entre ellos eran las ganas de poder recuperar la vida que les restó la pandemia y disfrutar de los suyos sin miedo.

Y bajando

El número de casos activos registrado en las últimas horas en las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes permite ser optimistas en cuanto a la posibilidad de que la curva de esta tercera ola pueda darse por abatida. Al menos así se entiende desde el servicio de Atención Primaria de A Estrada, después de que el municipio haya bajado cinco contagios en un día y se sitúe actualmente en 20 casos activos. El jefe del servicio, Juan Sánchez Castro, precisó que solo ha habido dos nuevos casos en un período de tres días, sin que se hubiesen detectado positivos en COVID-19 durante el fin de semana. De este modo, la incidencia acumulada en los últimos 14 días se sitúa ya en una tasa de 195 por cada 100.000 habitantes. De las 20 personas con médico en A Estrada que actualmente están atravesando la enfermedad, cinco se encuentran ingresados, dos de ellos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). La media de edad de los contagiados es de 46 años.

Lalín redujo también sus casos, pasando de los 26 del domingo a los 23 que tenía ayer. De este modo, la incidencia acumulada para la capital dezana se queda ya en 128 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Silleda continúa también por el buen camino, restando un caso y bajando hasta los 24 activos. Aun así la incidencia en Trasdeza es sensiblemente superior, si bien ha descendido ya hasta una tasa de 203 por 100.000.

Por su parte, Vila de Cruces tenía ayer 5 casos activos, con un paciente que necesitó ingreso hospitalario. La tasa de incidencia del municipio cruceño está ya por debajo de 100, exactamente 96 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días.

El mapa del Sergas que recoge la situación epidemiológica por municipios señalaba ayer que Cerdedo-Cotobade reportó en los últimos 14 días un total de 25 casos nuevos de COVID, lo que supone una incidencia de 438 por cada 100.000 habitantes, en estos momentos la más elevada de la zona. La misma herramienta sitúa a Forcarei, Agolada y Rodeiro con una incidencia acumulada igual o inferior a 250, con entre 1 y 9 casos diagnosticados en los últimos 14 días. Dozón continuaría libre de coronavirus.

En las farmacias

Por otro lado, el Colegio de Farmacéuticos de Pontevedra trasladó ayer que en los 12 días transcurridos desde la puesta en marcha, el pasado 9 de febrero, del programa de detección del virus SARS-CoV-2 en personas asintomáticas, las 381 farmacias de la provincia participantes en esta iniciativa han incorporado al cribado a 25.657 personas. En total se detectaron 39 positivos asintomáticos. En el caso de las farmacias pontevedresas pertenecientes al Área Sanitaria de Santiago –o, lo que viene a ser lo mismo en este caso, a municipios de Deza o Tabeirós– han incorporado a 1.665 personas al cribado y, de las 1.407 muestras analizadas en el laboratorio, se ha detectado un caso positivo. Por tanto, la positividad en esta área sanitaria es del 0,1%.

En cuanto a los participantes en estos test, en Lalín se lo hicieron un total de 536 personas; 429 en A Estrada; 281 en Silleda; 243 en Cerdedo-Cotobade; 116 en Vila de Cruces; 56 en Rodeiro; 40 en Forcarei; 18 en Agolada y 13 en Dozón.

María Asunción Lera. BERNABÉ/JAVIER LALÍN

“Tengo ganas de que podamos volver a la vida normal”

María Asunción Lera Presedo espera sentada al sol a que pase el tiempo que le han mandado aguardar junto al centro de salud para asegurarse de que la vacuna no le da reacción. Reconoce que tiene la suerte de tener una finca en la que poder pasar estos días difíciles cómodamente, sin verse encerrada entre cuatro paredes. Aun así, explica que se pone la vacuna con “ganas de salir de esta situación; que podamos volver a la vida normal”. “Vine con ganas. Todo lo que sea cuidarse y que no haya contagios es bueno”, señala.

María Lema y Alfredo Millán, de San Miguel de Castro. BERNABÉ/JAVIER LALÍN

“Veía la aguja por televisión y me asustaba, pero es pequeñita”

María Lema y Alfredo Millán tienen 79 y 86 años, respectivamente. Este matrimonio de Castro acudió ayer al centro de salud, pero solo María se llevó el pinchazo. Alfredo tiene que aguardar su turno. “Veía por televisión la aguja que era grande y me asustaba un poco, pero ahora resulta que es pequeñita”, dice ella, mientras él asegura que es poco amigo de las inyecciones. “No, no duele. Yo le di el brazo y ya está porque, si miro, a lo mejor me mareo”,dice su esposa. Todo lo dan por bueno si pueden volver a ver pronto a sus nietos.

Delfina Naceira, a su llegada al centro de salud. Bernabé/Javier Lalín

“Ganas del pinchazo no tengo, pero más duro es esto”

Delfina llega del brazo de su nuera al centro de salud de A Estrada. Lo hace con paso lento pero con mucha decisión. En junio cumplirá 93 años y está más que dispuesta a llegar a ellos fortalecida contra el coronavirus que amenaza de manera especial a quienes tienen muchas velas sobre su tarta. “Bueno, mandan a uno y se viene”, dice cuando se le pregunta si viene de buena gana a ponerse la vacuna contra el COVID. “Muchas ganas del pinchazo no tengo, pero más duro es esto que la vacuna”, dice.