El día en que el urbanita maldijo el asfalto

Una vista de la aldea de la comarca de Tabeiros-Terra de Montes.  | // BERNABÉ/ ANA AGRA

Una vista de la aldea de la comarca de Tabeiros-Terra de Montes. | // BERNABÉ/ ANA AGRA / Ana Cela

Ana Cela

Ana Cela

A Estrada

En menos de un mes se cumplirá un año desde aquel día de marzo que lo cambió absolutamente todo. La realidad se transformó en otra cosa: una especie de nebulosa, una ensoñación a la que no se podía escapar estando despierto. Cada nuevo día la pesadilla volvía a confirmarse como realidad. Aquello era un estado de alarma por algo que estaba ahí fuera, aunque nadie lo viese; por un enemigo que comenzaba a matar a cientos de personas al día sin dar la cara, regodeándose en la importancia del efecto sorpresa, aquel que le permitía el hecho de ser un perfecto desconocido. Todo cambió. La necesidad de respirar sin miedo, la oportunidad de poder pasear sin cruzarse con nadie y el deseo de recuperar la libertad hicieron mella hasta en el más redomado de los urbanitas. Una gran brecha se abrió entre las ciudades, las villas y el rural. Los pisos parecieron encoger súbitamente, cobrando sentido el dicho de “vivir entre cuatro paredes”. El que más y el que menos envidió la posibilidad de abrir la puerta y echar el pie fuera, sin incumplir ninguna norma y sin necesidad de mascarilla. Estar al aire libre sin moverse de casa. Menudo lujo.

Desde un punto de vista urbanístico también cambiaron las cosas aquel día de marzo. De hecho, los departamentos municipales ligados a este ámbito lo acusan en el número de solicitudes de licencia de construcción de viviendas en el rural que están recibiendo. Así lo indicó ayer el concejal de Urbanismo de A Estrada, Gonzalo Louzao Dono. En la administración más próxima al ciudadano es fácil tomarle el pulso al deseo de muchos ciudadanos de cambiar su residencia a un ámbito rural. Prueba de ello son las 13 licencias de construcción de nuevas viviendas unifamiliares en las parroquias que el Concello de A Estrada recibió entre los meses de mayo y diciembre de 2020, en plena pandemia. La situación “no es para nada normal”, como concreta el propio responsable de este departamento municipal.

Consulta de edificabilidad

Louzao señaló a que esta petición de permiso de construcción hay que sumar las consultas realizadas a lo largo de lo que va de 2021 de estradenses que desean concretar con Urbanismo las posibilidades de edificación en los terrenos que poseen en el rural. En este sentido, el edil señaló que fueron muchos los que llaman por teléfono en primera instancia al Concello para conocer qué documentación precisan para aclarar si su terreno es edificable.

“Además, mucha gente que tiene viviendas en el rural nos comenta, incluso por la calle, que volvió a hacer de ella su vivienda habitual”, subraya Louzao Dono. Considera el edil que todo ello puede proporcionar “algo de esperanza” a un municipio como A Estrada a la hora de cambiar las tornas de su situación de sostenida pérdida poblacional.

“Se reciben muchísimas consultas de gente que viene con sus fincas a preguntar cuél es urbanizable. Lo que hago es decirles si lo son o, en caso contrario, mostrarles los planos del PXOM para que vean qué parcelas lo son por si quieren probar la opción de compra”, indica el responsable de Urbanismo. “En estos dos últimos meses pasó por aquí mucha gente preguntando”, añadió.

Tradicionales

Desde el Concello no se puede precisar el número de viviendas susceptibles de rehabilitación o completamente ruinosas que puede haber en el rural estradense. Lo que sí se aclara es que las viviendas tradicionales no se llegan a declarar ruina con fin de derribo. De este modo, aunque el suelo en el que se localicen no sea núcleo rural, esta vivienda podría rehabilitarse e incrementar su volumen hasta un 50%. “Este es el modo que tiene el PXOM de proteger la estética de nuestra arquitectura, que forma parte de nuestro paisaje”, señaló Louzao.

En este contexto, el concejal consideró que si esta tendencia de regresar al rural se consolida, A Estrada es un municipio con un importante potencial. Además del carácter rural del término estradense, jugaría a su favor la situación geográfica, aspecto que se espera potenciar con una mejora de las comunicaciones a través de la autovía AG-59 entre A Estrada y Santiago de Compostela.

También Lalín

La capital de Deza tampoco es ajena a esta tendencia a fijar el objetivo en el atractivo residencial que la situación actual atribuye al ámbito rural. De las licencias de obra mayor recientemente registradas en Lalín, 29 correspondieron a nuevas construcciones, aumentos o reformas de explotaciones agrarias y vivienda en el rural. En concreto, 16 fueron obras mayores de remodelación y ampliación, cinco de construcción de nuevas instalaciones y ocho obras menores en granjas, explotaciones y viviendas.

Calculan fuentes municipales que una decena de licencias para construcción y rehabilitación se corresponde específicamente con viviendas en el ámbito rural, apreciándose una importante apuesta por dar continuidad a proyectos que tienen en las parroquias el escenario laboral para un sector primario que no ha dejado de trabajar durante esta crisis sanitaria.

Muchas preguntas para instalar casas prefabricadas

El deseo de contar con un refugio, permanente u ocasional, en el ámbito rural al que dirigirse si en algún otro momento vuelve a decretarse un confinamiento forzoso ha llevado a muchos ciudadanos a dirigir al departamento de Urbanismo de A Estrada múltiples consultas relativas a la instalación de viviendas prefabricadas sobre parcelas rurales. La medida combina un precio relativamente moderado con la rapidez, incrementando el atractivo para quienes no desean verse envueltos en los plazos de una obra de vivienda nueva. Sin embargo, Gonzalo Louzao subrayó que uno de los aspectos que procura aclarar al los interesados es que existe la “idea falsa” de que este tipo de construcciones, en principio fácilmente desmontables, se pueden colocar en cualquier finca, y no es así. Solo estarían autorizadas en terrenos urbanizables.

El sector inmobiliario lo aprecia, pero sin excesos

Desde el sector inmobiliario se confirmó ayer que desde que se decretó la pandemia y se vivieron momentos como los del confinamiento sí se aprecia un deseo mayor por residir en el rural, si bien desde Habita Inmobiliaria se aclara que tampoco es una tendencia excesiva. Su responsable, Alejandro García Ríos, precisa que, en el caso de A Estrada, “todo el mundo quiere las mismas zonas” a muy poca distancia del casco urbano. Reconoce que no hay demasiada oferta actualmente en casas para ocupar, si bien no dejó de señalar que la construcción de una vivienda nueva o una rehabilitación exige un desembolso económico que no es accesible para todos los bolsillos. En cuanto a las fincas edificables, apunta que las que aparecen y se ponen a la venta, se venden con relativa facilidad en su precio de mercado. Una parcela cercana al casco de unos 1.000 metros cuadrados podría venderse por alrededor de 30.000 euros.

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