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La firma que excavó el Castriño de Bendoiro deposita los materiales en el museo provincial

Es el paso definitivo para que parte del legado regrese a Lalín casi quince años después | La empresa realizó dos entregas tras ser requerida por Patrimonio | Todavía debe aportar una memoria de las intervenciones realizadas

Intervención arqueológica en la fortificación lalinense, en junio de 2007. | // BERNABÉ

Los restos aparecidos en el Castriño de Bendoiro durante las obras del Tren de Alta Velocidad (TAV) a su paso por esta parroquia lalinense fueron depositados en el Museo de Pontevedra por la empresa que realizó la excavación. Este es un paso definitivo para que el legado regrese a Lalín y de eso se encargará, como había expresado en varias ocasiones su alcalde, José Crespo.

Tras conocer por FARO que los restos todavía estaban en posesión de la compañía Doa (Desenrolo e Obras de Arqueoloxía SC), la Dirección Xeral de Patrimonio le dio un ultimátum de cinco días para que, en virtud del protocolo firmado en su momento, trasladase tanto los materiales que había catalogado como los demás a las instalaciones del complejo museístico de la institución provincial. El legado de Bendoiro, una vez transcurrido el plazo dado por el organismo dependiente de la Consellería de Cultura, ya está en el museo provincial; tanto los materiales resultantes de los sondeos preliminares como las piezas aparecidas durante las excavaciones que Doa ejecutó tras ser contratada por la empresa constructora del subtramo Baxán-Anzo. Patrimonio comunicó a la firma de Pilar Fernández Pintos que no podía continuar más tiempo con la custodia de los restos arqueológicos y no concretar cuándo finalizaría con la catalogación de la totalidad de los bienes e incluso si podría garantizar que así se haría. En dos entregas, la última se realizó el pasado viernes, dejando ya todos los restos en el museo.

Una vez que los materiales ya están en manos de la administración pública, la compañía arqueológica todavía debe entregar a Patrimonio un informe descriptivo o memoria de las intervenciones realizadas en Bendoiro. El plazo de 15 días otorgado por esta dirección general de la Xunta todavía no expiró.

¿Por qué la empresa depositó el legado en el museo provincial a instancias de la Xunta de Galicia? Conviene recordar que ese a que la construcción de la línea de alta velocidad fue impulsada por el Estado a través del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), pero la coordinación posterior de la intervención arqueológica quedó en manos de la Dirección Xeral de Patrimonio y entonces se acordó que el destino definitivo de los materiales no podía ser otro que el Museo de Pontevedra. Este extremo fue reconocido esta Redacción el pasado día 23 de enero por la propia arqueóloga de Doa, quien afirmó que “el receptor solo puede ser el museo provincial” en alusión a los bienes descubiertos en el transcurso de la intervención. El Concello de Lalín había reclamado en numerosas ocasiones la intervención de administraciones superiores para solventar de una vez por todas una situación que se demoraba demasiado en el tiempo y el legado del castro seguía sin aparecer.

La fortificación castreña apareció exactamente en el lugar de Vilasoa y tendría una datación temporal de entre los siglos IV e I antes de Cristo. Al estar situado en la traza que se diseñó para el paso del TAV, fue objeto entre los años 2006 y 2008 de trabajos arqueológicos que incluyeron la excavación de la parte meridional del parapeto visible. Entre las 30.000 piezas de cerámica allí recogidas hay unos 300 elementos líticos y abundantes recipientes de uso doméstico.

Falta de fondos para rematar la catalogación

Las más de 30.000 piezas de distinta tipología y valor nunca corrieron riesgo de extraviarse. Al menos así lo aseguró, hace ahora algo menos de un mes, la empresa que realizó las excavación pues Doa confirmó que los materiales estaban en su posesión. ¿Por qué no cumplió con la obligación de depositarlos en el Museo de Pontevedra? Su representante, Pilar Fernández Pintos, adujo razones económicas para completar el proceso de catalogación, precisó que el dinero que le fue consignado en el contrato ya lo agotó en 2007 y dijo que seguía realizando estas tareas sin fondos suplementarios. Es decir, que no podía dar una fecha para la finalización de la catalogación completa de los bienes, pues en una parte sí se había completado el proceso científico. Pero entonces ya garantizó que estaba dispuesta a ceder de inmediato la parte de los restos que sí están catalogados e incluso la totalidad de los bienes aparecidos siempre y cuando la administración autonómica así lo aceptase. Lo que aconteció ahora es que Patrimonio habría conminado a Doa entregarlos en el Museo de Pontevedra y a aportar una memoria de las tareas que llevó a cabo en Bendoiro. El final de la luz del túnel próximo al castro parece que comienza a vislumbrarse.

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