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El domingo del Cocido más mustio de la historia

Cientos de personas agolpadas para presenciar el desfile de carrozas y comparsas el año pasado. | // BERNABÉ

El domingo anterior al domingo de Carnaval Lalín se vista de fiesta y, en compañía de decenas de miles de visitantes, celebra desde hace más de medio siglo su Feira do Cocido. Pero este año la pandemia forzó al Concello a aplazar un evento que ayer cumpliría 53 años y que con la reciente declaración como Fiesta de Interés Turístico Internacional –la distinción llegó a última hora para la edición de 2020– la organización se iba a volcar como nunca con una celebración que trasciende del aspecto meramente gastronómico. El Cocido es una seña de identidad de sus gentes, trasciende fronteras y es uno de los motores económicos del municipio.

Gente, el año pasado, en la carpa de venta de productos de alimentación. / BERNABÉ

Pero ayer fue un día especial y los lalinenses lo pasaron con sensaciones de amargura, morriña o resignación. El control de la crisis sanitaria es una cuestión prioritaria para que cuanto antes regrese una nueva normalidad que nos ha trastocado las relaciones sociales y nuestra propia vida. No obstante, el plato rey de la gastronomía del Entroido gallego no se elabora ni se le rinde culto como en Lalín y por eso decenas de vecinos recordaban ayer en las redes sociales esta fecha. En un mensaje casi unánime de ciudadanos y políticos se echaba en falta una cita que el ayuntamiento decidió posponer al 16 de mayo y que en caso de que se pueda celebrar, no será lo mismo.

El campo da feira estaba ayer vacío. // Bernabé / Ana Agra

El virus más famoso de la historia reciente se cargó no solo el aspecto lúdico de una celebración que es una cita obligada para los lalinenses que viven fuera de su tierra y o para muchos de sus amigos ansiosos de fiesta y buena mesa. La imensión que alcanzó el Cocido –los restaurantes lo tienen en sus cartas seis meses al año– contribuyó a que en torno a esta se generase una industria propia que, en parte ya existía, pero que se reforzó y generó más empleos. Cárnicas, panaderías, productores de huerta,. de elaborados, supermercados y establecimientos de hostelería y comercio sacan patido a una fiesta que preludia los carnavales con un ambiente colorista y festivo en su día grande. No hubo carrozas, ni comparsas, ni decenas de autobuses repletos de turistas de las Rías Baixas en mayor medida y de otros puntos de la geografía gallega àvidos de sentarse para comer un menú pantagruélico y, a la vez, a la altura de los manjares más cotizados.

Aspecto que presentaba ayer el entorno del Kilómetro 0. // Bernabé/Ana Agra

En el Kilómetro 0, epicentro del día de la fiesta, no había empujones para seguir el desfile o para escuchar el pregón. Tampoco hubo carpa en el Campo da Feira Vello, fue un día más de un año sin apenas relaciones sociales y en los que hasta los momentos de felicidad se ocultan bajo una mascarilla que nos impide ver la sonrisa de la gente.

Grupo de una misma unidad familiar, ayer, a la mesa. //Bernabé/Ana Agra

Algunos restaurantes ofrecieron cocido para llevar, porque ayer sí se comió este plato. Muchos vecinos lo prepararon en sus casas, aunque en mesas restringidas a un núcleo de convivientes y sin amigos o invitados con los que compartir las partes nobles del cerdo, la gallina, la ternera, grelos, garbanzos, patatas o chorizos acompañados de orejas, cañas o filloas de postre. El silencio imperó en las calles, con buena parte de los bares cerrados y solo algunos con la verja subida para ofrecer unos cafés matinales. Tiempo habrá, pensaron los lalinenses, de volver a celebrar esta fiesta por todo lo alto cuando el virus llegado del continente asiático nos de una tregua.

El bar Polo, ayer, sirviendo cocido para llevar. / Bernabé/ Agra

Porque un cocido tiene otro valor si se come en compañía, sin prisas y con una larga sobremesa. Desde el gobierno municipal se había hecho una llamada a la ciudadanía para que respetase la normativa vigente y bajo ningún concepto se celebrasen comidas familiares de no convivientes para no contribuir a una posible expansión del virus. Precisamente este miércoles el Sergas organizará un cribado para unas 2.500 personas. Las pruebas serán en el multiusos para ciudadanos citados por el servicio autonómico de salud con edades comprendidas entre los 31 y los 50 años. En el término municipal había anteayer 95 activos y según los datos del Sergas, una incidencia acumulada a 14 días de 430 casos por cada 100.000 habitantes.

Solo el tiempo nos dirá cuando la normalidad volverá a nuestras vidas y mientras siempre podremos seguir rindiendo homenaje al cocido en casa.

Castro, Alén, Portas, Iglesias y López participaron ayer en una conferencia en el Concello. / Bernabé/Agra

Testimonios históricos sobre la fiesta

El investigador Daniel González Alén, el cocinero José Luis Iglesias, el exconcejal Agustín López Torres y el presidente de la asociación A Carballeira de Cercio, José Luis Castro Pol, participaron ayer en una conferencia sobre la Feira do Cocido. El acto fue conducido por el periodista radiofónico Gúmer Portas y tuvo lugar en el vestíbulo de la casa consistorial al mediodía, a la misma hora que debería haberse celebrado ayer el capítulo de la Encomenda con el nombramiento de los nuevos protectores de la fiesta. Los presentes analizaron distintos aspectos cronológicos de la feria, desde sus orígenes, a finales de la década de los años 60, hasta la actualidad.


Durante una hora, Iglesias recordó su participación directa como responsable de elaboración de cocidos en el exterior como el celebrado en Ciudad del Vaticano o Andorra. González Alén aludió a los inicios, en tiempos de Luis González Taboada en la Alcaldía y cuando se pensó en un evento para difundir Lalín y su gastronomía. López Torres precisó asimismo que en aquella primera edición había exposiciones de productos del agro o de maquinaria agrícola. “Entonces Galicia y España empezaban a sacudirse de los años de miseria de la postguerra y entonces arrancaron este tipo de fiestas gastronómicas y Lalín no se quería quedar atrás”, indicó Alén, al tiempo que, dijo, hubo dudas si impulsar unas jornadas teatrales o de maquinaria. “Con doscientos comensales en la sala Xalvi arrancó”, dijo. Castro Pol recordó que entonces los chavales disfrutaban de una jornada especial de fiesta. Las reflexiones de los cuatro están en formato vídeo en el canal oficial de Youtube del Concello.


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