El vertedero de Sete Fontes se rehabilitará como área de ocio con robles autóctonos

El gobierno lalinense anunció en el día de ayer un proyecto de repoblación forestal de la antigua escombrera municipal situada en el paraje de A Pelgacha, en la parroquia de Catasós, el fin de recuperarlo como carballeira y espacio de ocio.

El concejal de Medio Ambiente, César Reboredo, explica que la administración local es la responsable de la limpieza anual que se hace la este espacio “y lo que pretendemos con esta iniciativa es plantar árboles autóctonos en la extinta escombrera para, de este modo, contribuir a la creación de una zona verde de esparcimiento, al tiempo que para evitar las labores de rozado en un terreno con alta dificultad”. La actuación dará comienzo en próximos días.

Reboredo Rozas hace hincapié en que el desbroce anual de este espacio degradado que se hacía cada año tenía un alto riesgo de peligrosidad, por la pendiente que encierra el terreno, dado que no se puede usar un tractor convencional, sino uno de cadenas. “Con esta repoblación conseguimos evitar el desbroce anual como acción preventiva de incendios, al tiempo que plantaremos especies arbóreas autóctonas de bosque ignífugo como es una carballeira”, subraya. El principal objetivo de la repoblación es la recuperación del paisaje del entorno a fin de acelerar el crecimiento de vegetación autóctona de la extinta escombrera de la zona de Sete Fontes, que dificulte la propagación de incendios forestales. Dice que se contribuirá a mejorar la calidad paisajística del lugar y a aumentar la diversidad ecológica. Asimismo fomentará la conservación del roble gallego (Quercus robur) y la puesta en valor de la diversidad de las carballeiras y masas vegetales existentes en la actualidad.

Previo a la plantación, será necesario hacer un rozado mecánico con tractor de esta parcela de 7.595 m2, que se encuentra en el margen del vial C-533 Lalín-Monforte. La repoblación se llevará adelante con 86 unidades de roble adquiridos en viveros de la zona. Se harán los agujeros de manera mecánica y luego se plantarán a mano. Luego, el mantenimiento solo precisará un desbrozado en primavera.

Este espacio fue clausurado como escombrera municipal en el año 2000, de forma definitiva, por estar completa su capacidad y por existir otras alternativas para el tratamiento final de los residuos como la puesta en marcha del complejo de Sogama. Así en esa fecha se procedió a su sellado y clausura de acuerdo la un convenio firmado entre el ayuntamiento y la Consellería de Medio Ambiente de la Xunta.