Un pinchazo, el pasaporte para poder viajar

Las agencias de viaje afrontan una situación crítica ante la falta de movilidad, el miedo y las cancelaciones

Pelayo Bergueiro, ayer, mostrando campañas con cancelación gratuita para el verano.

Pelayo Bergueiro, ayer, mostrando campañas con cancelación gratuita para el verano. / BERNABÉ

Ana Cela

Ana Cela

A Estrada

Ponerse un momento en sus zapatos genera vértigo. Hosteleros y comerciantes sufren en carnes propias los efectos económicos de la crisis sanitaria del coronavirus. Sin embargo, existen sectores que están más alejados del foco mediático y cuya situación lleva a cuestionarse de dónde sacan el ánimo para levantar la verja cada mañana. Quienes viven de que otros viajen por ocio o negocio tienen todas sus expectativas puestas en que la vacunación generalizada para frenar al SARS-CoV-2 les arroje un chaleco salvavidas.

“La situación es, lamentablemente, dramática”, expone Juan Rivadulla, estradense que preside la Asociación de Agencias de Viajes de Galicia (Agavi) y que regenta Simply Travel en A Estrada. “Estás indefenso porque no es fácil buscar una salida”, coincide Pelayo Bergueiro, desde Viaxes San Paio. Ambos son conscientes de que la recuperación para su sector pasa por conseguir que la vacunación de la población frente el miedo al contagio y las limitaciones de movilidad que imperan hoy día, levantando fronteras que solo se pueden cruzar en caso de necesidad y previa presentación de una prueba PCR.

La declaración del estado de alarma pilló al sector con mucho trabajo hecho para las campañas de 2020. A las puertas de la Semana Santa, las ventas habían sido buenas y ya habían comenzado a gestionarse paquetes vacacionales para los meses de verano. Sin embargo, aquel virus que hacía seguir con atención lo que sucedía en China compró billete para dar la vuelta al mundo. No solo tocó echar el freno, sino dar marcha atrás.

Rivadulla señala en este sentido que las agencias de viaje se ven sometidas a una legislación específica muy garantista en favor del consumidor. “Si pasa algo, la agencia se tiene que hacer responsable”, resume. Ello derivó en que las cancelaciones, cambios y anulaciones –el pan de cada día en los primeros meses de pandemia– recayesen directamente sobre estos profesionales. Es decir, fuero las agencias las que abrieron su caja para devolver el dinero a los clientes, aun cuando después les tocase a ellas pelear con hoteles, compañías aéreas o navieras para que les devolviesen estas cuantías, muchas veces toda una misión imposible, en especial cuando la batalla ha de librarse a escala internacional. “Eso genera una tensión de liquidez insoportable”, apunta Juan Rivadulla.

El estradense Juan Rivadulla, presidente de Agavi.

El estradense Juan Rivadulla, presidente de Agavi. / Ana Cela

“Ya desde el principio las agencias de viajes no pudimos vender. Si se restringe la movilidad, desaparece nuestro trabajo”, asegura el presidente del colectivo que representa al sector en Galicia. “Vivimos de la movilidad de la gente”, continuó, ante de señalar que esta situación se vio agravada por el hecho de que tuvieron que “desvender lo que estaba vendido”. Les tocó después esperar a que la situación remontase en verano, con el turismo de nieve o con la Navidad. Ni una cosa ni otra. “Con las restricciones actuales es imposible; tampoco la gente va a viajar en estas circunstancias, salvo causas muy justificadas. No hay mucho que hacer ahora, por eso nuestras peticiones se centran en ayudas directas y cuanto antes mejor”, apuntó Rivadulla.

La vacuna es también el salvavidas que aguarda Pelayo Bergueiro. Incide en que el de los viajes es un sector “muy tocado” por la pandemia y sin perspectivas de mejoría después de haber cancelado todo lo que hubo que cancelar. Apunta que la tramitación de devoluciones fue el trabajo que los mantuvo ocupados durante los primeros meses de la pandemia, una labor que, lógicamente, solo tuvo efectos negativos en el negocio. “Lo que se vende ahora es algún billete de avión para alguien que tiene que trabajar fuera o que se tiene que mover por causas muy justificadas”, explica.

Incide en que todo está en el aire y cambia sin parar. Cada país impone y modifica sin cesar sus restricciones, una cuestión padecen los viajeros que no tienen más remedio que volar. “Nos vapulearon por todos los lados”, lamenta este estradense, que incide en que la situación les lleva a no poder vender “nada” ahora mismo.

Señala que la única opción que podría animar a empezar a hacer reservas, aguardando que la vacunación permita remontar la temporada de verano, es que las mayoristas del sector se han animado a lanzar campañas que garantizan la devolución por cancelación hasta siete días antes de disfrutar del viaje.

“Está todo condicionado. No podemos vender absolutamente nada ahora mismo”, continuó Bergueiro, que incide en que también se encuentran con el handicap de que no existe un foro en el que todos los países vuelquen sus políticas para viajeros, confirmando si se exige PCR, test de antígenos o alguna de las dos pruebas con una cuarentena posterior.

“Están indefenso porque no es fácil buscar una salida”, reconoce Pelayo Bergueiro que asegura que las ventas se redujeron en un 90 o 95%. Además de las cancelaciones, apunta que la pandemia le hizo tramitar la vuelta de varios clientes que se quedaron afectados por el cierre de fronteras para evitar la expansión de la pandemia y que tuvieron que regresar de puntos como Colombia, Paraguay o Brasil y que tuvo que volver en vuelos humanitarios. “Al final, el que da la cara ante el público eres tú”, explicó, antes de añadir: “y tú estás igual que el resto del a gente” .

Cada destino tienen sus propias condiciones y, para ello, cambiantes. Por el momento, todo viajero ha de incluir el certificado de que está libre de coronavirus para emprender vuelo. El pasaporte universal llegará cuando todo el mundo pueda sumar la esperada anotación a su cartilla de vacunación.

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