Rodeiro es hoy el territorio con menor incidencia de COVID-19 de todo el norte provincial. Pero la situación era muy diferente hace solo un mes. El municipio vivió una auténtica pesadilla antes de Navidad, con decenas de contagios y dos muertes. El alcalde, Luis López, admite que la crisis pudo haber llevado “muchas más vidas por delante” si no se hubiera actuado “con celeridad y con responsabilidad” por parte de la ciudadanía.
Entre el 30 de noviembre y el 30 de diciembre se detectaron 45 positivos de coronavirus en el municipio, con edades comprendidas entre los 16 y los 93 años. La mayor incidencia se dio entre vecinos de 46 a 60 años, con 13 casos; diez tenían entre 61 y 70; ocho, entre 71 y 80; seis, de 16 a 30; mientras que dos superaban los 90. Cinco de los 45 casos constatados durante el último mes del año fueron diagnosticados en el cribado realizado el 8 de diciembre. Llegaron a localizarse ocho brotes, uno de ellos con 18 infectados y otros con 9, 7 y 6. Los picos de contagiados se dieron el 11 y 12 de diciembre, con 33 y 34 casos, con un repunte a 33 el 15.
El SARS-CoV-2 atacó más a mujeres (25) que a hombres (20), un dato muy significativo si se tiene en cuenta que Rodeiro es uno de los pocos municipios de la zona en donde hay más población masculina (1.214) que femenina (1.179). La práctica totalidad de los pacientes se recuperó en su propio domicilio, mientras que tres tuvieron que ser hospitalizados. Además, fallecieron dos ancianos con patologías previas que habían sido diagnosticados por coronavirus: Un octogenario pereció el 30 de diciembre en el Hospital Clínico. Y diez días después se producía el óbito de una anciana, diagnosticada en el centro hospitalario en el que llevaba un tiempo ingresada aquejada de neumonía.
En los últimos días se mantienen tres casos activos de coronavirus en tierras de Camba, pues no se han detectado nuevos contactos ni se han dado altas médicas.