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Aquí Codeseda, ¿dígame?

Teléfono instalado en Codeseda en 1902.

Teléfono del locutorio público de 1966.

Teléfono del locutorio público de 1966.

Hoy en día todo el mundo tiene un teléfono en el bolsillo. El que más y el que menos está localizado a cualquier hora del día y en cualquier lugar. Es más, el dispositivo podría especificar su paradero incluso aunque uno piense que se encuentra perdido. Vivir sin teléfono es algo que ya no encaja en la mentalidad del siglo XXI. Sin embargo, la llegada de esta telecomunicación a municipios como A Estrada es mucho más reciente de lo que pueda parecer y, de manera especial, en el ámbito rural.

La llegada de los móviles ha borrado a las cabinas telefónicas del mobiliario urbano y ha robado el protagonismo a los teléfonos fijos que hace pocos años eran un imprescindible en el hogar, aun cuando hace pocas décadas no todas las casas disponían de este servicio, ni mucho menos. Quienes recuerden el primer teléfono que llegó a su vivienda seguro serán capaces de rememorar aquellos teléfonos públicos en los que, al iniciarse la comunicación, se accionaba un contador de “pasos”. Es posible que todavía desconozca a qué se refería aquella palabra pero seguro que tenía clarísimo que, cuantos más pasos, más cara saldría aquella llamada.

La parroquia estradense de Codeseda no consolidó su servicio telefónico hasta el año 1966. Sin embargo, este ejemplo de la llegada de la telefonía al amplio rural de A Estrada llama poderosamente la atención porque, en realidad, fue una abanderada de las telecomunicaciones en el municipio. Una investigación de Luis Ferro Pego, publicada en el último ejemplar de A Estrada. Miscelánea Histórica e Cultural –la publicación anual del Museo do Pobo Estradense Manuel Reimóndez Portela– confirmó que el teléfono comenzó a funcionar en esta parroquia en 1902.

Ferro confiesa que se sintió llamado a realizar estas pesquisas por sugerencia de su amigo el catedrático de filosofía Carlos Baliñas Fernández, que lo animó a investigar la certeza de que en Codeseda existía servicio telefónico desde los primeros años del siglo XX.

Su llamada obtuvo respuesta. Las actas plenarias lo pusieron sobre la pista y confirmaron la petición de instalación de este servicio al Concello. A mayores, el libro La Estrada de Pedro Varela Castro asegura que hubo teléfono para comunicarse desde la villa con Codeseda “pero fue destruido por motivos que, aunque se ignoran, no pueden merecer alabanza”, dice.

El artículo de Luis Ferro ahonda en esta destrucción a través de las páginas de El Emigrado datadas en septiembre de 1928. “Hace mucho tiempo que una política mal entendida y de ideales rastreros, el caciquismo, hizo desaparecer una noche el teléfono que unía la villa de Codeseda con la de La Estrada. Aquel teléfono había sido instalado por iniciativa de los señores Lois y García Buela y para él aportaron su óbolo la mayoría d los vecinos de la comarca, persuadidos de tal necesidad de los beneficios que reportará para todos”.

Relata el estudio que a comienzos de siglo solo dos personas disponían de teléfono en Codeseda. El primer teléfono que se colocó en esta parroquia todavía se mantiene hoy día en perfecto estado, pese a remontarse a 1902.

Sin embargo, la crisis industrial, tecnológica y cultural de los años de guerra y posguerra ponen freno a cualquier avance. También a este. El teléfono público no llegaría a Codeseda hasta mediados de los años setenta, después de que en 1960 vecinos de esta parroquia presentasen una instancia solicitando un teléfono para la parroquia, alegando que era el núcleo de población más numeroso del ayuntamiento después de la capital contando con cuartel de la Guardia Civil, farmacia, médico o veterinario.

Sin embargo, la compañía Telefónica Nacional de España contesta al alcalde que no resultaba factible la instalación de una centralita para abonados en Codeseda, pero sí un locutorio público para servicio interurbano exclusivo entre este núcleo y la capital estradense. Correspondería a los vecinos pagar 212.300 pesetas y al Concello facilitar un lugar para este locutorio. No se instalaría hasta 1966.

El primer teléfono público en Codeseda se encontraba en el centro de A Sagrada, en los bajos de una casa donde estaba instalado el correo y el telégrafo. La llamada se hacía siempre a través una operadora, para lo que había que accionar una manivela que, al generar corriente, hacía encender una luz en la centralita de A Estrada. El teléfono de aquel primitivo locutorio está hoy día en una casa de Ouzande. El teléfono automático no llegaría hasta finales de los 70. Ferro Pego recuerda que a comienzos de los noventa la mayor parte de las casas que conforman el núcleo parroquial disponían de teléfono fijo.

Telecomunicaciones locales

Fue un mes de octubre de 1889 cuando, después de varios intentos, le fue concedido al municipio de A Estrada su deseo de contar con telégrafo, uno de los inventos que logró revolucionar el mundo de las comunicaciones, aunque hoy se piense en él como un artilugio que aparece en las películas bélicas, en algunas del Oeste o en las comunicaciones de un navío. El municipio estradense emprendió en el año 1884 la petición de una estación telegráfica para la villa para beneficiarse de la comunicación a larga distancia y de manera instantánea que ofrecía el invento comúnmente atribuido a Morse. Así lo recoge en su obra La Estrada el que fue alcalde estradense Pedro Varela Castro, una información que se volvió más accesible gracias a la reedición de esta obra de 1923 impulsada hace unos años por la asociación Vagalumes y realizada por Clara Iglesias Cortizo.

La pieza indica que, una vez cursada la petición del telégrafo, fue necesario reiterarla durante años, insistiendo en la demanda hasta que, en octubre de 1889 se dio luz verde a este avance para el municipio. Se instalaría el telégrafo al año siguiente en la casa de un particular. Fue después trasladado a otros dos domicilios y en el año en el que Pedro Varela escribió su obra todavía se conservaba en la vivienda de una vecina. En aquel momento el teléfono ya había hecho también su irrupción en el municipio estradense. Varela indica que había entonces teléfono “para comunicarse con Cereixo”, después de que desapareciese misteriosamente aquel que permitía la conexión de la villa con Codeseda.

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