La edil de Urbanismo e Vivenda de Lalín, Raquel Lorenzo, hizo ayer un balance anual de la actividad de su departamento. Lorenzo, que lleva casi seis meses al frente de esta concejalía, quiso resaltar el trabajo de los nueve integrantes del servicio así como de su antecesora en el cargo, Paz Pérez.

Raquel Lorenzo indicó que durante el año que acaba de rematar se tramitaron 201 autorizaciones de obras, lo que demuestra “que se mantuvo la labora relacionada con la actividad urbanística pese a la parálisis” que motivó el COVID en muchos sectores. Estos 201 permisos se dividen entre los 68 para obras mayores y los 133 que corresponden a obras menores o trámites por la fórmula de comunicación previa. Casi la mitad de esos 201 permisos, en concreto 97, tienen que ver con licencias y comunicaciones previas para ejecutar obras en viviendas, fincas o predios urbanos. De estas 97, a su vez, 24 se refieren a obras mayores y las 73 restantes solo precisaban de esa comunicación previa, que supone una tramitación más reducida.

Tras las 97 licencias de obra en viviendas y solares, se colocan 71 permisos vinculados con la actividad económica, industrial o empresarial, que permitieron, de este modo, acometer obras nuevas o ampliar empresas, comercios y explotaciones agrarias. Así, de esas 71 autorizaciones, 42 son de obras ejecutadas en empresas, tiendas o comercios del casco urbano o en los polígonos industriales. Hubo que tramitar 33 permisos para reacondicionar o reformas instalaciones en empresas ya existentes, mientas que las 9 restantes obedecen a obras mayores totalmente nuevas. Al margen de esas 42 licencias para obras en empresas y comercios, Urbanismo expidió 29 permisos para trabajos en explotaciones agroganaderos. De ellos, 16 permitieron remodelar o ampliar instalaciones, 5 están relacionados con nuevas construcciones y los 8 que faltan tienen que ver con obras de carácter menor en granjas y explotaciones.

Durante su intervención, Lorenzo señaló que al margen de esas 97 tramitaciones de obras en viviendas y de 71 en comercios, empresas o granjas, hubo otros 22 permisos solicitados por empresas de servicios para mejorar infraestructuras como servio de telefonía, abastecimiento eléctrico o mejora de vías.

La concejala quiso añadir que, dentro de las 68 tramitaciones de obras mayores mencionadas, 29 permitieron obra nueva en viviendas, industrias, tiendas o explotaciones, mientras las otras 39 permitieron realizar reformas y ampliaciones. Una fue denegada, para una vivienda particular, al final del periodo administrativo.

Entre las licencias que pasaron el visto bueno de Urbanismo figuran el permiso de obras del futuro Centro Integral de Saúde (CIS), un obrador de miel, una fábrica de cerveza, una nave de fabricación de envases plásticos, una instalación fotovoltaica y dos permisos relacionados con industrias cárnicas.

A día de hoy, el departamento de Urbanismo tiene sobre la mesa la resolución de otro centenar de expedientes, en distintas fases. Más de la mitad están pendientes de informes y tramitaciones que deben realizar las personas interesadas. Además, de cara al futuro inmediato, el departamento que encabeza Raquel Lorenzo está trabajando en tres fuentes: la urbanización de la parcela del Alto de Vales, para que esté lista en cuanto comiencen las obras del CIS, previsiblemente en primavera. A esta construcción se presentaron ocho ofertas. Otra de las prioridades de Urbanismo son las tramitaciones de la estrategia europea DUSI que le competen directamente, como la humanización de Lalín de Arriba, las sendas peatonales o intervenciones en la Avenida Xosé Cuiña, la rúa Joaquín Loriga o en el antiguo Manuel Rivero. Por último, Urbanismo también tiene en el pinto de mira la ampliación de la cuarta fase del polígono Lalín 2000. Lorenzo avanzó que mañana lunes técnicos de su departamento se reunirán con compañeros de Xestur y el coordinador de la Unidad Territorial Sur de esta entidad, el carballiñés Argimiro Marnotes.

El servicio incorpora a un técnico con el Plan Concellos

Tras la marcha del arquitecto Martín Cerreda y la administrativa Iria González, Urbanismo está funcionando con nueve personas: el otro arquitecto, Javier Bugallo; el aparejador Antonio Bernárdez; Suso Barreira; Paco Guerra; José Varela; Jorge García; Mari Carmen Lodeiro y los inspectores Ramón Galego y José Couto. Tanto antes Paz Pérez como ahora Raquel Lorenzo tienen como prioridad reducir los plazos en la concesión de licencias y tramitaciones. “Para ello, a lo largo de 2020 se hizo una reorganización de personal, que creo que sirvió para dinamizar el funcionamiento” y contribuir a reducir dichos plazos. Ahora mismo, el gobierno trabaja en la reposición de las dos bajas mencionadas. Semanas atrás, y tras conocer la marcha de Cerreda a Ribeira, el gobierno intentó un complemento de horas para que Javier Bugallo estuviese en el concello tres semanas al mes, en lugar de las dos habituales. Un recurso de la CIG, con el informe posterior de Secretaría, frenó este proceso. De cara a la incorporación de más personal, Lorenzo anunció que se incorporará un técnico, con cargo al Plan Concellos, y por un espacio de ocho meses. Además, “estamos estudiando la posibilidad de implementar otra medida que nos permitiría reforzar el servicio”, que desvelará en próximas semanas y que adelantó “es independiente” al aumento de horas que intentó fraguarse con Bugallo. El Concello ha recalcado en varias ocasiones que precisa los servicios de este arquitecto por más horas que las actuales, en vista de una posible reforma del PXOM (el actual rebasó los 20 años) e iniciativas anunciadas meses atrás como la rehabilitación del Barrio de Abaixo, enclavada al pie del paseo fluvial. Lorenzo quiso, por último, felicitar a la plantilla con la que trabaja por el trabajo realizado durante 2020, y de paso agradecerle “las facilidades que me han puesto para ayudar a llevar la concejalía desde que llegué a ella”, tras la reordenación del gobierno local el pasado mes de agosto.