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La hostelería de A Estrada busca reponerse a un nuevo varapalo sacando la barra a la calle

Ültimo día de café en el interior, ayer, en el Alameda de A Estrada. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Trabajadores del Grupo Valenciaga, ayer, montando una carpa para la terraza de un bar en Cuntis. |

A Estrada estrena hoy rutina dentro de la cambiante “nueva normalidad”. Con la entrada en vigor de las restricciones, derivadas de la elevada incidencia del coronavirus en el municipio y que implican su cierre con un perímetro individual, la movilidad y el día a día de los vecinos se verán alterados. Una vez más, la hostelería se lleva la peor parte. Ayer fue el último día en el que los hosteleros de este ayuntamiento pudieron atender a los clientes en el interior de sus locales. Desde hoy –y sin saber todavía hasta cuándo– tendrán que ingeniárselas para sobrevivir a un nuevo varapalo que les obliga a sacar la barra a la calle, ya que únicamente podrán atender en la terraza –con aforo limitado al 50%, como en el resto de Galicia–, no más allá de las 18.00 horas y con servicio a domicilio.

Los profesionales estradenses de este sector afrontaban ayer la última jornada de puertas abiertas con sentimientos encontrados. Por un lado, el enfado y el desánimo; por otro, el empuje de quien sabe que le toca reinventarse, emulando una experiencia que ya tuvo en el mes de noviembre. “Ahora podemos trabajar también la terraza”, señala Belén Gorís desde el Restaurante Río Liñares. El establecimiento volverá a servir menú del día y los platos de su carta para llevar, atendiendo a quienes cada día lo eligen para hacer un alto en su jornada laboral y disfrutar del almuerzo. A mayores, acondicionarán un poco más su terraza, cubriendo otra parte para poder aumentar el aforo y caldeándola con setas de calor.

“Ahora también vamos a depender del tiempo, ya no solo del virus ni de las restricciones”, ironizó esta hostelera, comprensiblemente molesta. Y es que, como señala Gorís, cada vez que toca pensar en alternativas para seguir capeando el temporal es tiempo de nuevas inversiones para adaptarse a la cambiante situación vigente. “Intentamos adaptarnos tanto que gastamos en cosas en las que no teníamos por qué, como ampliar una terraza teniendo vacío un comedor con aforo para 200 personas”, apunta.

El enfado es generalizado entre quienes se ganan el pan en A Estrada desde detrás de una barra. Muchos dicen sentirse frustrados y no comprender por qué las restricciones vuelven a reservarles el peor plato. Subrayan que el hecho de que solo se les permita atender a sus clientes en la terraza los deja a merced del tiempo, remarcando que son pocos los que cuentan con ella en pleno invierno y que muchos de los que disponen de este servicio no lo tienen acondicionado como para favorecer que los clientes se tomen un café o almuercen cómodos en un día en el que las condiciones meteorológicas no acompañen.

De nuevo tocará servir café para llevar y comida a domicilio, alternativa por la que se decantan la mayoría de los establecimientos para no verse abocados a bajar la persiana. Muchos asumen que no pueden permitirse volver a parar del todo, de manera que adaptarán su horario principalmente al servicio de café matutino y comidas, contando con que a las 18.00 tienen que cerrar y con que, aunque puedan continuar sirviendo a domicilio en horario de cena, el toque de queda se adelanta ya desde hoy a las 22.00.

“No acabo de entender qué quieren hacer con nosotros. Al ritmo que vamos, esto no hay quién lo aguante”, apunta Javier Rey. Gestiona tres locales hosteleros en A Estrada y hoy regresa a la estrategia que escogió en noviembre: dos permanecerán cerrados –Invictus y Café Invictus– y atenderá a su clientela a la hora del café en el céntrico Alameda, desde las 07.00 a las 13.00 horas. En la tarde de ayer su indignación era notable. “Deben de pensar que tenemos una máquina de hacer dinero, pero el día 20 nos siguen cobrando”, lamentó. Recalca en este sentido que su expediente de solicitud de ayudas por el cierre al que se vio obligado en noviembre todavía no está “mirado”, de manera que no vio un céntimo hasta la fecha, una realidad que aseguran compartir otros hosteleros de A Estrada. “Que me digan cómo hay que hacer”, añadió.

Otra queja que comparten algunos profesionales del sector se vincula al horario fijado para el cierre de la hostelería. “Si nos quieren cerrar, a las seis todo el mundo para casa”, apuntan, considerando un sin sentido que ellos tengan que bajar la persiana y que, en cambio, un centro comercial pueda estar abierto hasta las 21.30 horas. “La gente irá ahora a echar el cuento al supermercado”, ironizó uno de los afectados.

Peticiones de carpas para trabajar la terraza

Encontrar estos días de frío intenso una terraza en la zona más céntrica de A Estrada es una misión complicada. Mucho. Hasta el momento, gran parte de los hosteleros no han apostado por este tipo de instalaciones, que todavía se conciben en gran medida en la capital de Tabeirós como un servicio complementario para los meses de primavera y verano. Además, quienes sí anticipan este montaje tienen estos días las mesas y sillas apiladas, siendo muy pocos los casos de terrazas que tengan estructura para preservar a los consumidores de las inclemencias del tiempo. Sin embargo, son nuevos tiempos. La terraza se presenta ahora como el único espacio en el que poder realizar al servicio, dado que las normativas vigentes desde hoy prohiben el acceso al interior de los establecimientos hosteleros del municipio. Sin poder barajar una cifra oficial del número de terrazas instaladas, empresas como el Grupo Valencia Catering de A Estrada tienen estos días el teléfono que echa humo para montar carpas en terrazas de muchos establecimientos hosteleros, en gran parte de fuera de la comarca y de concellos en los que también entran en vigor restricciones que no permiten el acceso al interior de bares y restaurantes. “Las estamos ofreciendo al 50%, desde 300 euros cuando antes cobrábamos por un fin de semana ya 600”, explica Óscar Rivas, incidiendo en que la firma está ofreciendo este servicio a precio de coste. Indica este empresario estradense que muchos de los establecimientos que solicitan estas carpas para ofrecer el servicio de terraza son bares al pie de la carretera que quieren poder seguir sirviendo el menú del día a muchos trabajadores. A mayores, Valenciaga oferta setas de calor para caldear estos espacios y tiene a disposición mesas y sillas para 3.000 personas.

Regresan el Telepulpo y el Telechurrasco

Por otro lado, el retorno de las restricciones a este territorio vuelve a poner en marcha iniciativas como la del Telepulpo y Telechurrasco. La parrillada Fonte, también del grupo Valenciaga y situada en Piñeiro, ofrece este servicio a domicilio en una zona ampliada: A Estrada, Silleda, Forcarei, Cuntis, Boqueixón y Vedra, tanto en los cascos urbanos como en las parroquias. También ofrecen los platos para recoger en el local.

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