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El pinchazo más deseado

Cuando el plan de vacunación contra el coronavirus empieza a concretarse, aguardan que las dosis para la población general lleguen al centro de salud en el mes de marzo

Imagen de una campaña de vacunación contra la gripe. | // BERNABÉ/LUISMY

La primera pandemia del siglo XXI ha tenido al mundo pendiente de un pinchazo. Aunque estemos deseando perderlo de vista, el 2020 es un año que deja alguna que otra enseñanza aprovechable. Ha tocado aprender a marchas forzadas múltiples variedades de mascarillas –aunque la nomenclatura de alguna se nos antojase, al principio, un pequeño trabalenguas–; aprendimos el nombre técnico de un virus que hemos terminado simplificando con la despectiva expresión de el bicho y ahora sabemos cómo lavarnos las manos a conciencia. A mayores, el que más y el que menos ha vivido estos meses pendiente de estudios y avances científicos que no suelen incluirse en las conversaciones cotidianas. Llevamos meses esperando que llegue una vacuna que para el común de los mortales ha tardado más de lo deseado, por mucho que en los laboratorios se haya alcanzado la solución en tiempo récord. Cuando parece que pronto comenzarán a repartirse escudos contra el SARS-CoV-2, los profesionales aguardan que en el mes de marzo pueda comenzar a vacunarse contra este coronavirus en el centro de salud.

En estas previsiones se movía ayer el jefe del servicio de Atención Primaria de A Estrada, Juan Sánchez Castro, que estimó que el centro estradense estaría ya, llegado el momento, preparado para comenzar a dispensar estas vacunas entre la población en general. Indicó el facultativo que el plan de vacunación contra la COVID-19, que contempla una cobertura inicial de 40.000 personas –son precisas para ello 80.000 dosis– y contará con un equipo de más de 207 profesionales de enfermería para coordinar la campaña en toda Galicia, priorizará en una primera fase a los alrededor de 22.000 usuarios de las residencias de la comunidad, a unos 17.000 trabajadores de estos centros y a alrededor de unos 3.000 sanitarios que trabajan desde la primera línea contra este virus.

Sánchez trasladó que bajo la coordinación del equipo designado para esta campaña estarán más de 2.000 efectivos de enfermería de Atención Primaria, que vacunarán de la COVID-19 a los pacientes de sus cupos. De hecho, la Atención Primaria se convirtió durante esta pandemia en una auténtica trinchera desde la que pelear para la contención del virus. Este área jugará nuevamente un papel de gran importancia para vacunar a la población contra el virus. serán los propios profesionales de la enfermería los que vacunen a sus pacientes. En los hospitales se reforzarán los efectivos en materia de enfermería preventiva y unidades de prevención de riesgos laborales, personal que se encargará de la vacunación del personal de centros hospitalarios.

La estrategia de vacunación frente a la COVID-19 en España, establece una priorización a la hora de asignar las primeras dosis de la vacuna. De este modo, antes de que este ‘antídoto” contra el coronavirus llegue a la población en general, en una primera etapa se ofrecerá esta vacuna a cuatro grupos de población. De este modo, los primeros que se prevé que reciban, ya desde los próximos días, estas primeras dosis serían los residentes y personal sanitario y sociosanitario que trabaja en residencias de personas mayores y de atención a grandes dependientes. Estarían también entre los primeros vacunados el personal de primera línea en el ámbito sanitario y sociosanitario y las personas consideradas como grandes dependientes –es decir, con necesidad de intensas medidas de apoyo– que no estén actualmente institucionalizadas. En todo caso, las previsiones contemplan que las primeras vacunas disponibles lleguen a los dos primeros grupos de población, siguiendo desde aquí el camino hacia la muy deseada inmunidad.

Lalín sigue al alza y llega a la treintena de casos

En Lalín sigue la tendencia alcista iniciada a mediados de mes y ayer había una treintena de personas infectadas por el virus SARS-CoV-2. Todos ellos fueron confirmados en los últimos catorce días, de modo que la incidencia acumulada en el municipio roza ya el umbral de los 150 casos por 100.000 habitantes. En parámetros parecidos se mueven Agolada –con un caso activo por contagio familiar– y Cerdedo-Cotobade, cuyas incidencias están entre 50 y 150, tal como refleja el mapa de la Consellería de Sanidade. Pero las tasas más elevadas, por encima de los 250, siguen correspondiendo a Rodeiro y Dozón, que pasaron la Navidad con al menos siete enfermos de COVID-19. El alcalde rodeirense, Luis López, no tenía ayer constancia de nuevos positivos en las últimas jornadas y tampoco de que se hubiesen dado altas. El mapa del Sergas cifra en quince los positivos confirmados en las dos últimas semanas, de modo que la incidencia acumulada rebasaría los 600 casos por 100.000 habitantes. En similares valores está la de Dozón, con siete nuevos contagios detectados en el mismo período de tiempo. La incidencia de Silleda se sitúa entre 25 y 50 casos por 100.000 habitantes. El número de contagios activos era de cinco en vísperas de Navidad, última cifra facilitada por el gobierno local. Entre los enfermos continúa el alcalde, Manuel Cuiña, cuya salud ha mejorado en las últimas jornadas, según fuentes municipales. En Vila de Cruces se mantiene ingresado, en planta, un vecino, el único caso registrado desde el puente de la Inmaculada, lo que deja su incidencia por debajo de 25 casos por 100.000 habitantes. En A Estrada los datos apuntaban ayer al menos a media docena de casos. Forcarei es el único territorio libre de COVID-19, según el mapa del Sergas. Sin embargo, la propia Xunta de Galicia, en su parte diario sobre la situación epidemiológica de las residencias, incluye un trabajador contagiado en el geriátrico Nuestra Señora de los Dolores de la capital forcaricense, del que tampoco tenían estos días constancia en el propio centro.

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