El alcalde de Agolada, Luis Calvo, sale al paso de las críticas del colectivo vecinal de Brántega sobre la tala de los árboles del campo de la fiesta. El regidor explica que las tuyas nunca habían sido podadas, por lo que tenían un volumen considerable y afeaban el lugar, “mostrando síntomas de abandono”. Algo similar ocurría con los plataneros, que también estaban sin podar por lo menos desde hace ocho años, y que no habían recibido cuidados de ningún tipo.
Calvo añade que los restos de leña “ya fueron destinados a las familias más desfavorecidas” del municipio. El gobierno agoladés hizo lo mismo con la leña de los robles podridos que hubo que talar para evitar daños personales o materiales. Explica que su ejecutivo va a apostar por plantar árboles que favorezcan la conservación de la biodiversidad y, sobre todo, árboles autóctonos. Por último, Calvo recuerda que el campo de la fiesta de Brántega está próximo a la vivienda de uno de los hombres de confianza del anterior alcalde, Ramiro Varela, y padre de una concejala. Pese a esto, el campo carecía de alumbrado y la caseta presentaba numerosas brechas en sus paredes.
