El primer estado de alarma que tuvo lugar entre marzo y mayo, así como la opción de prescindir de las vacaciones estivales para evitar el riesgo de contagio, permitió a muchas familias calibrar hasta qué punto sus muebles estaban demasiado usados y necesitaban un cambio. El teletrabajo también ayudó a descubrir, en muchos casos, la necesidad de adaptar espacios para poder trabajar cómodamente desde casa. Así que con esta ITV del hogar, es normal que ya durante las primeras semanas de la desescalada las empresas de muebles, decoración y reformas comenzasen a tener un aluvión de clientes dispuestos a prepararse para poner a punto su hogar por si volvía a repetirse la situación.
A nivel estatal, la venta de muebles desde el comienzo de la pandemia ha subido un 40%. La importancia que ha cobrado el hogar en estos tiempos también se nota en las comarcas. Muebles Lalín, en la rúa da Ponte, apunta que ese incremento de ventas se da sobre todo “en colchonería y tapicería”. Y es normal, ya que la habitación y el sofá fueron los espacios más empleados del hogar durante estos meses. Además, hubo clientes que pasaron su cuarentena en sus segundas viviendas, y entonces “se dieron cuenta de la necesidad de cambiar un colchón que hasta entonces no habían empleado tan a menudo”, explica Sonia Veiras.
En menor medida, este veterano negocio también notó un incremento de ventas en sillas y mesas de oficina por la necesidad de apuntarse al teletrabajo. Pero si a la hora de escoger una silla de oficina se busca comodidad, en cuanto a las mesas los compradores “suelen pedir una línea más económica al no saber cuánto tiempo van a estar teletrabajando”. Si bien es cierto que suben las ventas, “esto no implica que aumente la facturación, porque el cliente tampoco se va a la mercancía de mejor calidad”, añade Veiras.
Otra de las buenas consecuencias que trajo consigo la crisis sanitaria fue el interés por una vivienda en el campo por si volvía a haber un confinamiento. No en vano, Lalín registró más de 80 operaciones de compraventa entre enero y septiembre, lo que convierte a la cabecera dezana en el quinto concellos de la provincia con mejores cifras. Dicho movimiento en las ventas provocó, también, la necesidad de amueblar esa nueva casa y, de paso, adaptar su estructura a las necesidades de la familia en cuanto a ocio, estudio y trabajo.. Ahora, en las últimas semanas, las tiendas de muebles también notan la demanda de dormitorios infantiles y juveniles, dado que están aumentando los nacimientos. Las camas nido mantienen su particular nicho de ventas durante el estío.
Espacios abiertos
Y hablando de reformas, Jorge Gulías, de Construcciones GM, coincide con Sonia Veiras en ese aumento de clientela justo cuando comenzó a levantarse el confinamiento. En su caso, la clientela demandó la reforma de pisos y, en concreto, del baños “así como de espacios más abiertos en las viviendas”, que permiten hacer mucho más llevadera una cuarentena en caso de un positivo en la familia. En cuanto al gasto, “los clientes buscan una calidad media, nadie viene regateando los materiales”, apostilla. La rehabilitación de viviendas heredadas en las aldeas fue otro punto fuerte de los trabajos durante el verano.
Otros negocios, como el de la interiorista Julia Otero, comenzó ya a recibir consultas de decoración en pleno confinamiento. “Fue un boom, porque ya antes de volver a abrir teníamos clientes que nos hacían consultas para reformar salas o habitaciones por completo”. Junto a su socio Javier Eiras, Otero asesoró a personas interesadas en renovar sus espacios o, simplemente, aprovechar que tenían más tiempo disponible para llevar a cabo aquellas reformas que estaban pendientes desde hace meses. La reapertura de este negocio le permitió, por otra parte, rematar la reforma que ya había programado en las zonas comunes de una clínica dental antes de que se desatase la pandemia.
Por lo que respecta a cómo será el perfil más demandado de vivienda tras la pandemia, la tendencia apunta que los clientes buscan hogares con espacios con luz, ya sean balcones, terrazas, zonas verdes comunes o jardín propio. Cada vez ganarán más puntos aquellas viviendas que dispongan de despachos y, a ser posible, residencias unifamiliares o adosados que permitan, precisamente, disponer de pequeñas parcelas al aire libre, para descansar un rato del trabajo.
Lalín tiene 19 casos activos y Rodeiro baja a 27
En cuanto a los casos activos de coronavirus, Lalín tiene 19 personas enfermas, lo que arroja una incidencia de 69,25 por cada 100.000 habitantes. El concello vecino de Silleda continúa con tres casos activos, entre los que se encuentra el alcalde Manuel Cuiña y al que los presentes ayer en el pleno de la Mancomunidade Terras de Deza le desearon una pronta recuperación. Aunque no dio positivo, también está confinado el alcalde cruceño, Luis Taboada, por haber estado en contacto con una persona que si dio positivo en COVID. Por tanto, Vila de Cruces continúa con cero casos, el mismo resultado que tiene desde finales de la semana pasada. Rodeiro, que es el concello con peor situación de la comarca, muestra un descenso en sus casos, y pasa de los 33 del jueves a los 27 de ayer. De éstos, uno no tiene su médico en la localidad. Las seis altas que expidió el centro de salud están vinculadas a los primeros positivos que detectó el cribado realizados a los vecinos entre 15 y 64 años de edad, el pasado día 8. Por su parte, Agolada continúa con seis casos activos y, ya en la comarca de Tabeirós-Montes, A Estrada sigue sin nuevos casos positivos. No hay variaciones en los centros educativos, con 9 positivos en total.
