Historia de lo nuestro
A Estrada abre el próximo mes su tercer ambulatorio desde la apertura del primero a mediados de los cincuenta

25º aniversario del ambulatorio en el año 2002. | // BERNABÉ / L.D.
L.D.

Actual ambulatorio, sobre unos terrenos por lo que se pagó un millón de pesetas. / L.D.

El primer ambulatorio de A Estrada estuvo en el primer piso de una casa de la calle Calvo Sotelo, en lo que hoy es el supermercado Gadis. Estuvo allí desde mediados de los cincuenta hasta el 15 de marzo de 1977 cuando se inauguró el actual ambulatorio, sobre unos terrenos por lo que se pagó un millón de pesetas. / L.D.

Tercer ambulatorio, esta vez en los terrenos de la zona de A Baiuca. / L.D.
Fue a mediados del Siglo XX cuando el modelo de seguridad social pública comenzó a implantarse en España. Así fue como se abrió en A Estrada el que fue su primer ambulatorio, en torno al año 1955. Aquel primer centro distaba mucho de la imagen que hoy en día se tiene de un centro de salud. El ambulatorio se instaló en la primera planta de una vivienda ubicada en la calle Calvo Sotelo, un edificio hoy conocido por albergar el supermercado Gadis, y en su bajo se encontraba la tienda de repuestos Carlos Calvo. Aquel centro de salud puso para primera piedra para un cambio de mentalidad en la sociedad estradense, pasando poco a poco de un modelo privado y centrado en las consultas de médico o sanatorios a un sistema público que hoy en día es considerado como algo propio, inquebrantable y nuestro.
Aquel primer ambulatorio contaba con un piso muy amplio, con una gran galería e incluso un jardín trasero. La galería se utilizaba de sala de espera y la cocina como almacén y cuarto de limpieza. Por este centro pasaron el doctor Rolón, el practicante Araújo, el doctor Caldas como otorrino, el oculista De la Peña, el doctor Viana como pediatra, los celadores Guillermo y Julio de la Torre, la matrona Carmiña o auxiliares como Concha Sánchez o María José Vizoso –todavía hoy en activo–.
A pesar de contar con instalaciones, los médicos seguían atendiendo en sus casas, hasta donde tenían que desplazarse en ocasiones las enfermeras. Era habitual además que todos los que se lo podían permitir apostasen por la sanidad pagada, especialmente a la hora de tener hijos. Los gastos del ambulatorio y los salarios los asumía el hoy desaparecido Instituto Nacional de Prevención.
Este ambulatorio se mantuvo vigente hasta mediados de los setenta. El día 15 de marzo de 1977 comenzó a prestar servicio el presentado en la prensa como “Ambulatorio de la Seguridad Social”. Los primeros movimientos para la construcción del ambulatorio que hoy todavía sigue en uso se dieron en el año 1973, cuando el por entonces alcalde, José Fernández-Novoa propuso a la corporación municipal la adquisición de una finca en la avenida de Santiago para este fin. Tras aprobarse en pleno, el terreno se compró por un millón de pesetas a Bernardino Sanmartín y Perfecto Paseiro. Después de su inauguración, el recinto solo sufrió una gran reforma, en el año 1990.
La apertura de este ambulatorio supuso un antes y un después en la sanidad estradense. Llegó una amplia plantilla, en muchos casos de estradenses que estaban trabajando en otros centros de Galicia. Los médicos sin embargo tuvieron que adaptarse a un nueva forma de sanidad, con la figura del “médico de familia”, que llevó incluso a algunos a viajar a Cuba para aprender en su avanzado sistema.
A pesar de las nuevas posibilidades, los vecinos tardaron en darse cuenta de su importancia. Eran muchos lo que seguían pagando por ponerse inyecciones o por consultas. En esos primeros años se pinchaba a seis o siete personas por día, algo que dista mucho de las más de setenta que se pinchan hoy en día.
Con el paso de los años, la mentalidad vecinal fue cambiando y también el ambulatorio. Llegó la figura del jefe de servicio, un cargo que ocupó inicialmente el doctor Pumarega y por el que pasaron después Suso Rey, Francisco Romero y el actual Juan Sánchez Castro. Con el cambio de siglo llegó también la incorporación al área sanitaria de Santiago, algo de lo que se llegó a dudar en su día. El ambulatorio sin embargo fue también perdiendo servicios que se fueron derivando a Santiago. Esta tendencia dio un vuelco en los últimos años, destacando la labor de Sánchez Castro a la hora de recuperar servicios y también de dotar al centro de salud de mejores materiales y condiciones, algo clave para entender los halagos que recibe hoy en día.
Desde los años noventa, se viene hablando sin embargo de la necesidad de construir un nuevo centro. Finalmente, el próximo mes abrirá sus puertas en A Baiuca el tercer ambulatorio que tendrá A Estrada. Pero esa, esa será otra historia.
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