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El gusanillo del deporte

Los centros de entrenamiento personal, como el abierto por Juan Manuel Ríos en Silleda, experimentan un auge con la pandemia

Juan Manuel Ríos entrena a uno de sus clientes en el centro situado Silleda. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Mantenerse en forma o bajar de peso, son algunos de los motivos para entrenar. El joven Juan Manuel Ríos Alcaide de Silleda decidió montar su espacio de entrenamiento personal en la localidad, a pesar de la situación económica. “Aquí no había nada que ofertase lo mismo y la gente cada vez tiene más reparo a asistir a un gimnasio porque compartes espacio con más gente, prefieren algo más individual o online”. Con la suerte de arrastrar la gente que entrenaba y el boca a boca, la puesta en marcha “fue buena”. FC2 es el nombre del centro, una abreviatura de fuerza y constancia “ya que el entrenamiento consiste en esto y así se mejoran los objetivos que nos marquemos”, expone.

“Teniendo yo el control, también puedo tener más limpieza, que en la actualidad es importante”, señala. En cuanto a los entrenamientos personales resalta que sí tienen alta demanda, a pesar de que los gimnasios bajaron la afluencia, pero este formato “es distinto”. “Los entrenamientos van siempre en función de los objetivos de cada uno, pero por generalizar, lo que se suele buscar es pérdida de peso, mantenerse en forma, por lesiones o también para preparar alguna prueba para oposiciones”, expone. En principio no se plantea aumentar la oferta, pretende centrarse en este formato y también ofrece las sesiones online algo que se impulsó a raíz de la pandemia. “A día de hoy este entrenamiento está centrado en la pérdida de peso, gestionándolo con una nutricionista y compaginándolo sacamos un programa para bajar”, explica. Aunque tiene gente que hace las dos modalidades, de forma presencial y digital, aunque este segundo “es más cómodo, porque estás en casa y en un momento ya estás entrenando”.

El programa complementado con la nutricionista tiene éxito. “El deporte, que hago yo, se compagina con los hábitos saludables que indica la nutricionista; no es una dieta, sino que es cambiar costumbres, para aprender a comer equilibrado, contando las calorías y saber qué comemos”, explica Ríos. Para poder formar parte del programa hay que hacer una toma de contacto a través de una entrevista para saber qué busca cada persona y se examinan los hábitos alimenticios y de ejercicio. “Hay gente que no se mueve, pero come bien o al revés, por eso es necesario hacer los cuestionarios para conocer los objetivos y a las personas”, apunta.

En cuanto a la pandemia, el uso de la mascarilla ha provocado una ligera bajada en los gimnasios debido a la incomodidad que supone. “Al principio, la gente una vez que prueba a hacer ejercicio se acostumbra, realmente era el único sitio donde se estaba sin mascarilla; es cierto que limita, porque cuando se hace ejercicio cardiovascular cansa más y se nota más el ahogo”, apunta Ríos. Otro de los daños colaterales para estos centros es la alta demanda de material deportivo que hay de forma individual que provocó que no haya disponibilidad. El joven trasdezano tuvo problemas para poner en marcha su gimnasio con el equipo completo, “porque consulté unas 13 empresas y a unas le faltaban mancuernas de un determinado peso, a otras gomas y en lugar de hacer un pedido grande a una sola, tuve que ir tanteando para poder abrir con al menos, el material necesario”, afirma. El material más solicitado es el considerado más de casa, las máquinas no tuvieron tanto éxito. “Tuve que buscarme la vida así para poder dar marcha al proyecto”, concluye.

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