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A Estrada es el concello gallego con más sofores tras registrar la Xunta las de Codeseda, Souto y Montillón

Los propietarios de Chorima de Xubrei, Nosa Señora da Saleta, A Toxeira y Carballeira de Parga deben consensuar planes de gestión

Imagen de archivo de vecinos de Montillón, en una jornada sobre las sofores, en 2019. Bernabé /J.C. Asorey

La Xunta de Galicia acaba de registrar las cuatro sociedades de fomento forestal (Sofor) impulsadas por otras tantas sociedades de propietarios de las parroquias estradenses de Codeseda y Souto para recurrir a esa figura de gestión conjunta de tierras bajo la pretensión de rescatar sus propiedades del estado de abandono en el que se encuentran y ponerlas en producción, reduciendo así el riesgo de incendio y convirtiéndolas en rentables. Automáticamente, al registrar estas cuatro sofores –denominadas Chorima de Xubrei, de Codeseda; Nosa Señora da Saleta, de Souto; y A Toxeira y Carballeira de Parga, de Montillón, también de Souto– A Estrada se convierte en el concello gallego que suma un mayor número de sofores.

Y es que a las cuatro registradas ahora por la administración autonómica cabe sumar la pionera de Requián, que ya lleva activa desde 2015. En total, entre las 5 suman más de 650 hectáreas y un total de 270 propietarios. Así lo indicó la presidenta de la Asociación de Fomento e Ordenación Forestal (Afoaf), Marisé García, un ente que gestiona la formación de sofores por toda Galicia y cuya sede central está radicada en el bajo de A Estrada que hace esquina en la confluencia de la Avenida de Santiago con la calle Antón Losada Diéguez.

Así, tal y como ya trascendió hace 5 años con motivo de su constitución la Sofor de Requián aglutina las tierras de un total de 32 propietarios distintos, que suman 161,27 hectáreas, distribuidas en un total de 460 parcelas de 32 propietarios distintos.

Por lo que respecta a las cuatro nuevas que acaba de registrar la Xunta, suman en total 490 hectáreas, distribuidas en un total de 2.989 fincas de 240 propietarios distintos. De este modo, la de Chorima de Xubrei cuenta con 610 parcelas, 113 hectáreas de superficie y 42 propietarios; la de Nosa Señora da Saleta de Souto, con 97 hectáreas, 500 predios y 50 dueños; y las de Montillón de Souto, en el caso de A Toxeira, con 1.300 predios hasta sumar una superficie de 156 hectáreas propiedad de 93 vecinos; y en el caso e Carballeira de Parga con 579 fincas de 55 propietarios hasta alcanzar una superficie de 124 hectáreas.

Una vez que la Xunta ya las ha registrado, ahora sus propietarios y Afoaf deberán emprender una nueva fase de trabajo consistente en la elaboración de un inventario de lo que hay realmente sobre el terreno así como un análisis pormenorizado del mismo y un estudio de a qué sería mejor destinar cada zona. Son pasos orientados a la elaboración de un plan de gestión. Disponer de esta herramienta es imprescindible para que la Xunta de Galicia esté dispuesta a hablar de la reorganización de tierras forestales –proceso similar a una parcelaria– ya que no está dispuesta a que sus inversiones caigan en saco roto y los terrenos que disfruten de esa reorganización sigan a monte.

La idea de Afoaf respecto del plan de gestión de cada una de las cuatro nuevas sofores pasa por “conseguir un entorno paisajístico atractivo, sostenible y sin monocultivos. Así, previsiblemente se propondrá un diseño en mosaico que alternará frondosas productivas como el castaño –algo lógico teniendo en cuenta que el propio topónimo de Souto remite a la importancia que tradicionalmente tuvieron los castaños en la zona– o el roble con plantaciones productivas de madera en las zonas más altas, maneniendo así las frondosas preexistentes. Se trataría de promover las variedades que originariamente hubo en la zona, manteniendo las masas de frondosas existentes y convirtiendo estos cuatro nuevos ámbitos en un modelo de gestión sostenible y respetuosa con el paisaje y el medio ambiente.

Aparte de los aprovechamientos maderables y de castaña –una “producción muy interesante” hoy, subrayó García– se podrían impulsar otros aprovechamientos del monte:micológico, de fauna o de frutos del bosque, por ejemplo. Y al estructurar el monte en forma de mosaico, este actuaría como un cortafuegos natural. En cualquier caso, si bien esa es la filosofía general, serán los propietarios quienes deben decidir ahora qué quieren hacer en sus tierars. En breve Afoaf les remitirá una circular y se buscarán fórmulas para sortear la dificultad añadida que supone ahora el Covid para convocar una asamblea.

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