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antonio chamorro díaz nn | Titular de la nueva farmacia de Silleda

“Los farmacéuticos podríamos ayudar a descongestionar el sistema de salud actual”

“En la adjudicación anterior Silleda ya daba el cupo para contar con otra farmacia más en el municipio”

Antonio Chamorro, ayer, en el interior de la farmacia que abrirá antes de fin de año. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Galicia contará en 2021 con 41 nuevas farmacias. La primera en encender la cruz griega de color verde está en Silleda y su titular es el farmacéutico lalinense Antonio Chamorro Díaz. Precisamente, esa cruz es lo único que le falta para finalizar las obras en el bajo de la calle Emilio Alonso a la espera del OK oficial para su apertura. Se trata de la tercera botica del núcleo urbano trasdezano, la cuarta del municipio con la que está en A Bandeira.

–¿Por qué eligió Silleda para establecer su primera farmacia?

–A la hora de escoger destino tengo que reconocer que quedaban varias farmacias muy interesantes en Allariz, Verín o Tui. Pero yo soy aborigen de la zona de Lalín y conozco Silleda, mi mujer incluso tiene familia en Silleda, tengo a las niñas conmigo y no tengo que cambiar el ritmo de vida ni mudarme con la familia. Entonces, la decisión estaba clara desde el principio.

–¿Son suficientes cuatro farmacias distribuidas por un territorio municipal como el de Silleda?

–En esta nueva adjudicación casi todos los sitios los abrieron porque creció el número de habitantes de los distintos municipios. Desde hace unos doce años se ha producido un fenómeno sociológico que supuso que la gente se animase a cambiar su lugar de residencia con predilección a lo que se conoce como ciudades dormitorio. Muchas ciudades crecieron y los pueblos también aumentaron. En Silleda esto viene sucediendo desde hacía tiempo, y en la última adjudicación estuvieron a punto de incluir una nueva farmacia por todo esto que te estoy diciendo. Entonces, por el número de habitantes ya daba el cupo que marca el sistema. En esta última adjudicación por la relación de número de habitantes le tocó. El sistema español de farmacias permite que lleguemos al 98 por ciento de toda la población. Se ha hablado mucho del sistema nórdico pero se ha comprobado que ese método ha provocado que las grandes empresas se metan y mucha población queda desabastecida. Sin embargo, el sistema latino, y en concreto el español, a nivel mundial es de los más homogéneos y equitativos en cuanto a la distribución de la población. Por eso pienso que siempre es necesaria una farmacia.

–¿Estamos en una buena época para abrir una farmacia en una localidad como la trasdezana?

–Esa es la pregunta del millón. En la historia de la humanidad siempre ha habido momentos álgidos y otros bajos. Nuestros abuelos y padres han vivido, por ejemplo, épocas muy convulsas y salieron para adelante. El sector farmacéutico es relativamente seguro, pero estamos en una época donde no sabemos hacia dónde vamos a ir. No hay nada escrito al respecto. Todos los planes que teníamos previsto hubo que cambiarlos y ahora mismo tienes que ir día a día. Hay que seguir para adelante porque la vida es así con sus cosas buenas y sus cosas no tan buenas. Desde luego, nunca va a ser el momento adecuado por una razón o por otra. Cuando encuentres la oportunidad, aprovéchala. Yo lo veo así.

–¿Sigue siendo cierto aquello de que una farmacia de pueblo es mucho más rentable que la de una ciudad por muy grande que sea?

–Lo que pasa es la farmacia evolucionó mucho. Desde que yo he salido de la facultad las cosas han ido cambiado mucho. La farmacia, como en otros ámbitos, está sufriendo en estos momentos una gran evolución. Estuvimos en la época de la receta electrónica y se ha pasado de ser la típica botica donde la gente iba para todos los problemas de salud a una catapulta, pero habría que recuperar esto porque sería interesante para descongestionar el sistema de salud. También ahora mismo la legislación es tan restrictiva para con los fármacos que no nos permite ayudar un poco más.

–¿Considera que los profesionales de farmacia deberían de ser más reclamados en estos tiempos?

–Los farmacéuticos estamos de sobra preparados para, por ejemplo, las pruebas PCR, que es algo que está en estos momentos en boca de todos. A lo mejor, tendríamos que hacer un cursillo de media hora en el que un médico o un enfermero nos expliquen a toda la comunidad farmacéutica de Deza cómo van a ser los PCR. De esta forma, todos trabajaríamos de forma homogénea porque nunca lo vimos hacer. En cuanto lo ves una vez ya sabes, y con los resultados igual. Los farmacéuticos estamos desaprovechados porque podríamos aportar mucho más al sistema sanitario e incluso ayudar así a descongestionarlo bastante. Aquí entramos en conflicto de intereses con otras profesiones. Estoy hablando de cuotas de mercado. Nosotros no queremos comerle el sitio a nadie, lo que queremos es echar una mano y ayudar. A nosotros nos llegan los pacientes para que les adelantemos la medicación porque los médicos y enfermeros no dan a basto, y ahora que queremos echar una mano nos dicen que no. No tiene ningún sentido, la verdad.

–¿Cuántos empleados estarán con usted en la nueva botica?

–Vamos a empezar con lo mínimo porque no sabemos cómo va a ir. Conmigo estarán otra compañera farmacéutica, María Gil, y una auxiliar que se llama Marta García. Posiblemente podremos abrir en los primeros días de diciembre. Yo cuento que en la segunda semana del mes, después del puente, sería cuando levantaríamos la persiana pero sigo dependiendo de inspecciones y demás. Esto puede cambiar de un día para otro. Conozco de oídas a mis compañeros de las otras farmacias de Silleda, aunque personalmente todavía no tuve el placer de estar con ellos. Somos compañeros y entre nosotros siempre nos llevamos muy bien. Hay que ayudarse mútuamente porque en cualquier momento unos pueden necesitar de los otros para ofrecer el mejor servicio a la gente.

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