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Recogen más de 600 firmas en un solo día contra “el atentado arqueólogico” en Toiriz

La iniciativa digital alega que la obra atenta contra los valores patrimoniales del castro | Entre los firmantes hay arqueólogos e incluso antiguos cargos de Patrimonio Histórico

Descarga de material de obra, el pasado martes, en el Castro de Toiriz. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Más de 600 firmas recogidas en apenas 24 horas a través de la plataforma digital Change.org avalan una petición popular para detener “el atentado arqueológico” en el Castro de Toiriz. La iniciativa alega que la obra que se está llevando a cabo “atenta contra los valores arqueológicos y patrimoniales” de este yacimiento de la Edad de Hierro. Y está dirigida al Concello de Silleda –en particular, su alcaldía–, la Diputación de Pontevedra, la Xunta de Galicia y el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, que es el promotor del proyecto.

El texto de la propuesta lanzada por el silledense Pablo Nogueira González reconoce el “mucho trabajo y esfuerzo” llevado a cabo por vecinos de la localidad, especialmente por el Colectivo pola Recuperación dos Castros de Toiriz, para abrir al público en 2010 un yacimiento que “lucía, aun enterrado, limpio y digno”. El enclave “se valorizó y convirtió en un lugar especial y querido por todos, silledenses y foráneos, amantes y defensores del patrimonio y de la historia”.

Eso sí, admite que durante la última década la conservación “pudo ser mejor”, máxime cuando “con un simple mantenimiento de limpieza y renovación del escaso mobiliario de madera sería suficiente, además de barato”. “Pero lo que se está haciendo estos días es bastante peor que dejarlo abandonado”, concluye el manifiesto. El proyecto contempla excavaciones de “hasta 60 centímetros” para la instalación de bancos de acero corten. “Con lo excavado hasta ahora, de bastante menos profundidad, ya se han encontrado restos materiales de cerámica, lo que muestra la gravedad de la situación”, subraya.

Concluye la proclama que “no son pocos los profesionales y expertos en la materia” que tildan esta obra de “atentado contra los valores arqueológicos y patrimoniales” del enclave y hablan de que “lo que se va a hacer es un parque urbano que haría desaparecer el castro”. De hecho, entre quienes han firmado para “ayudar a proteger esta joya milenaria” hay arqueólogos e incluso antiguos cargos de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural. Entre ellos están los arqueólogos Raquel Casal García, directora xeral del Patrimonio Artístico y Monumental (1984-86) y de Cultura (86-88), y José María Bello, que fue jefe de arqueología de Patrimonio Histórico en la misma década y director del Museo Arqueológico del castillo de San Antón de A Coruña.

Antiguos paneles

Por otro lado, directivos del extinto Colectivo pola Recuperación dos Castros de Toiriz salen al paso de las críticas vertidas desde la Diputación por los paneles que había instalado en su día sobre bases de hormigón. Cuatro de los seis carteles fueron “arrancados, literalmente”, por Patrimonio Inteligente SL, uno de ellos “pegado a un muro de una granja, en donde el terreno estaba afectado por la cimentación de este y, probablemente, situado fuera del castro”. Aguardan que la empresa no toque a los otros dos, ya que no están dentro del ámbito de la actuación.

El BNG exige a la Xunta la paralización de las obras

El BNG ha presentado en el Parlamento gallego una batería de iniciativas para exigir a la Xunta “la paralización inmediata” de las obras que se están acometiendo en el Castro de Toiriz. De igual modo, reclama la reformulación del proyecto de acuerdo a “criterios no invasivos, de respeto, conservación, protección y divulgación”, y que se garantice la información y participación ciudadana, “como máxima interesada en la preservación del castro”. La diputada Montserrat Prado subraya que los trabajos corroboraron los temores mostrados desde el inicio del proyecto por diversos colectivos, vecinos y la propia formación nacionalista y confirman unas obras “no de restauración e inmunización, sino de urbanización, agresivas y distorsionadoras” del contorno. En este sentido, advierte de que la intervención afecta a los muros castreños enterrados y a la estratigrafía arqueológica. “Hay un número elevadísimo de agujeros en la corona, realizados para cimentaciones en las que situar bancos, paneles de sinaléctica o luminarias”, explica, a la par que alerta de que los restos de cerámica avistados entre la tierra extraída “evidencian, cuando menos, un control arqueológico cuestionable”. La parlamentaria nacionalista, que visitó el yacimiento ayer por la tarde acompañada por la portavoz municipal, Tania Cornado, lamenta que las advertencias no hayan sido tenidas en cuenta y que esta primera fase avance sin ninguna modificación. Prado entiende que “no hay justificación” por parte de la Xunta para autorizar la ejecución de un proyecto “que no salvaguarda los valores del castro ni su utilización adecuada y sostenible”. Afirma que, en vez de una intervención de restauración y musealización, es una “urbanización” que “pone en grave riesgo” el yacimiento y “hace temer la irreversibilidad de los daños si no se actúa de inmediato”.

Proyecto inclusivo para un espacio con tres zonas

Ante la recogida de firmas, defensores del proyecto en construcción niegan que se vaya a construir un parque. “Se va a poner en valor el espacio y favorecer que cualquiera pueda ir a verlo, incluidas personas con diversidad”, puesto que habrá accesos, “sin hormigón, por supuesto, y sí con caminos de tierra compactada”, para que pueda llegar una silla de ruedas, cartelería en braille y postes código para descargar audioguías con “lenguaje inclusivo”. Estas mismas fuentes aseguran que las actuaciones las diseñaron arqueólogos y que dejarán un espacio configurado en tres zonas. En la primera, justo al final de la rampa que hay ahora, se van a instalar unos bancos de acero corten sin respaldo, simulando la forma de las estructuras de las casas enterradas, a fin de que “se entienda lo que hay debajo”. Junto al banco desde el que se divisa el valle que forma el río Toxa en Trasdeza se habilitará un mirador con “una especie de catalejo interpretativo”. Y en una tercera zona se colocarán barras fotoluminiscentes a nivel de suelo que también simularán las estructuras prehistóricas. En cuanto a las criticadas piezas de hormigón blanco, que servirán de base para soportar los bancos, sostienen que son “reversibles y se pueden retirar en cualquier momento, no como los mazacotes de la intervención anterior”.

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