Agridulce. Así fue la sensación que dejó el encuentro del alcalde, José Crespo, y la edil de Comercio, Karen Fernández Lamela, con una nutrida representación de los comerciantes, entre los que se encontraban miembros de la recién creada Plataforma En Loita polo Comercio. Este colectivo reúne ya a 110 negocios, y una de sus portavoces, Meritxell Silva, explica que esa sensación de agridulce se debe a que “esperábamos que se nos convocaba porque tenían medidas que ofrecernos, puesto que estamos en una situación extrema”.

Desde el gobierno se les anunció a los comerciantes una línea de ayudas complementarias a las que habiliten también otras administraciones. En breve, el ejecutivo lalinense concretará la partida económica que puede tener para estas aportaciones, y adelanta que quiere primar la simplificación de la tramitación administrativa “dentro de lo que permita la ley, para tratar de acortar plazos y de que sean unas ayudas fáciles de solicitar y de resolver”. Ya con el primer plan de choque contra la pandemia, #LalínporVir, el gobierno local destinó ayudas a los negocios por su cierre durante el estado de alarma o por el descenso en la facturación. El comercio agradece estos aportes, sí, pero marca dos cuestiones: por un lado, los refuerzos no se materializarían hasta el año que viene, “con lo que llegan tarde”, recalca Silva. Pese a la agilización de los trámites, estas subvenciones vienen con retraso porque muchas tiendas “lo están pasando muy mal, y en función de cómo les vaya en la campaña de Navidades es posible que echen el cierre después”. Y, por otro lado, “benditas sean las ayudas, pero necesitamos que se incentiven las compras para deshacernos del stock” y así poder comprar nueva mercancía.

En este sentido, durante el encuentro se abordó “muy por encima” una propuesta esbozada semanas atrás por Compromiso por Lalín, en la que invitaba a poner en marcha una tarjeta con 40 euros, disponible para cada empadronado mayor de edad, con la intención de que gastase ese dinero en el comercio local. Silva apunta que el alcalde se mostró “dispuesto” a recibir propuestas, siempre consultando con técnicos municipales.

Captación de clientes

De hecho, habrá la posibilidad de ver iniciativas como una campaña de captación de clientes en la única propuesta que sí materializó el Concello: la creación de un grupo de trabajo en el que, además de Crespo y Fernández Lamela, estarán seis representantes del comercio, salidos de la AED, el colectivo D’Tendas y el centro comercial Pontiñas. Esta comisión volverá a reunirse la semana que viene. El gobierno local apunta que trabajará ya en la elaboración de un borrador de las bases de dichas ayudas, yendo de la mano con técnicos municipales. El grupo de trabajo estudiará los distintos conceptos a los que se destinarán estos aportes económicos. Cuando esté listo ese borrador con las bases, habrá un nuevo encuentro con los comerciantes para cerrarlas y aprobarlas cuanto antes. Teniendo en cuenta que la comisión se reunirá a partir del 23 y que diciembre tiene un puente festivo y las Navidades, es muy fácil que no entren en vigor hasta 2021.

Lalín celebró ya la semana pasada un encuentro similar con la hostelería, afectada desde el 7 de este mes por las restricciones de la Xunta para frenar los contagios. El gobierno le expuso también un plan de ayuda. Pero, en el caso del comercio, Silva es tajante: las medidas para este sector debían haberse concretado hace tiempo ya. “Esta reunión tenía que haberse celebrado hace cuatro meses”. ¿Por qué? Porque como actividad no esencial, el comercio estuvo cerrado más de un par de meses, durante los que cedió todavía más espacio al comercio virtual de las grandes marcas. Cuando reabrieron sus puertas, los negocios empezaron con descuentos que animaron las compras, pero que no ayudaron a salvar la campaña de primavera-verano.

De hecho, en la encuesta que realizó En Loita polo Comercio entre sus asociados, a principios de esta semana, nada menos que un 47% de los preguntados perdió un 40% de sus ventas durante estos últimos meses. En el comercio, los locales compra su mercancía con seis meses de antelación, o incluso 12. Así que no hay que hacer muchas matemáticas para entender que, con la caída de su caja, varios locales hayan tenido que recurrir a financiación. Según la misma encuesta, el 20% de las tiendas consultadas se vieron obligadas a recurrir a un banco para adquirir material nuevo. Y el problema viene ahora, si hay más restricciones todavía: aunque le vaya peor a la tienda, o incluso se vea forzada a cesar en su actividad, tendrá que seguir haciendo frente al pago de esa letra del préstamo.

Siete de cada diez negocios tienen que pagar un alquiler por el local que usan

La encuesta que elaboró En Loita polo Comercio permite conocer la situación por la que atraviesan los negocios debido a la pandemia sanitaria, pero también sus propuestas para poder hacer frente a la crisis económica derivada del coronavirus. A nadie se le escapa que el comercio lalinense lleva años cuesta abajo, por la fuga de clientes a centros comerciales de Pontevedra, Santiago y Ourense, y por el citado comercio on line, que gracias al Covid está ganando más adeptos todavía. La incertidumbre también frena las compras, igual que lo hicieron la suspensión de bodas, bautizos y comuniones durante el verano y como también harán la ausencia de cenas de empresas y de fin de año en las próximas semanas. Así es que buena parte de los negocios se agarran a los resultados que puedan dar las compras de regalos de Papa Noel y Reyes. Con este panorama desolador desde hace meses, es normal que los comerciantes digan que los apoyos tenían que estar activos desde hace semanas. “No nos funciona el sector por una mala gestión: si cierras un municipio, saca de forma inmediata medidas de ayuda a los sectores afectados”, reprocha Meritxell Silva. Y es que desde las primeras jornadas en las que cerró la hostelería, el comercio comenzó a resentirse. Y no solo el comercio, sino también carnicerías, pescaderías y panaderías. Pero son las tiendas de ropa, calzado y complementos las que más notan los efectos del cierre perimetral. “Lalín necesita de los clientes de Rodeiro, Agolada y Vila de Cruces”, que por el momento tienen vetada su entrada en la cabecera dezana a no ser por motivos laborales, educativos o sanitarios. La caída de clientes no perdona el tener que enfrentarse al pago del salario de la plantilla o al de recibos que llegan puntualmente cada mes, como el del alquiler del local. La encuesta de En Loita polo Comercio indica que el 68% de los negocios están de alquiler. Durante la primera ola de la pandemia, algunos propietarios aplazaron el pago del arrendamiento, “pero no puedes pedir que te lo perdonen”, explica Silva.