La autovía desembocará en una glorieta a nivel en O Rollo, hacia Baloira.

La licitación de los dos trechos pendientes para prolongar la proyectada autovía AG-59 (Santiago-A Estrada) desde su actual punto de finalización en A Ramallosa (Teo) hasta su futuro enlace con la carretera PO-841 (A Estrada-Santiago) a su paso por O Rollo, en el valle de Vea (A Estrada), arrancará en 2021. En su último trimestre se licitará al menos el primero de los dos tramos en los que la Xunta ha decidido dividir el trazado de 7,5 kilómetros pendiente. Fraccionándolo –de modo similar a como ya hizo con las autovías de O Morrazo y Baixo Miño– busca hacer viable este ambicioso proyecto, cuyo coste estimado asciende a 48 millones de euros.

Es la cifra resultante de sumar los más de 46,5 millones de obras con los casi 1,2 millones que faltan para completar las expropiaciones. Así lo indicó en la mañana de ayer la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, al comparecer –acompañada por el alcalde José López la directora del proyecto, la técnica Beatriz Ojea; y, telemáticamente, también por la delegada territorial de la Xunta en Pontevedra, Luis Piñeiro– para informar del inicio del proceso de información pública del estudio de impacto ambiental, de la actualización del proyecto constructivo del nuevo trecho de autovía entre A Ramallosa y O Rollo así como de las expropiaciones pendientes en su tramo final.

Las del primero –que afectan mayoritariamente a propietarios de Teo pero también a parte de los de A Estrada, dado que resultaban afectados por el movimiento de tierras– ya han sido abonadas y suman un importe global de 1,3 millones de euros en derechos de ocupación ya pagados.

Desde la Xunta se apuesta por ejecutar los dos tramos de la autovía al entender que el primero no tiene sentido sin el segundo. Un cambio de la normativa vigente en materia de carreteras y un informe de Patrimonio Cultural contrario al trazado inicialmente diseñado por la afección al Castro de Santa Marta, radicado en Pontevea, obligó a actualizar el proyecto inicialmente concebido. En ello estuvo trabajando la Xunta en los últimos meses, en plena pandemia Covid. Pero, al tramitar este proyecto complejo, se decidió unificar los trámites expropiatorio, ambiental y de aprobación de los proyectos actualizados para “dar un paso definitivo” hacia la construcción de la nueva infraestructura”.

El plazo de exposición pública de esta documentación y de alegación a la misma concluirá el 4 de enero. Según la conselleira, la Xunta trabaja con el objetivo de disponer el año próximo de los proyectos constructivos aprobados y de una Declaración de Impacto Ambiental que le permita licitar las obras. De ahí que, añadió, mientras se avance en los trámites que ayer arrancaron, se aprobará también el decreto de utilidad pública para la expropiación de los terrenos que faltan. La intención de la administración autonómica es que los presupuestos de la Xunta para 2021 contemple la partida “necesaria y suficiente para cumplir” los objetivos fijados.

30 meses para cada fase

La previsión de la Xunta es que el plazo de ejecución de cada uno de los tramos en los que se ejecutarán los 7,5 kilómetros de trazado –del enlace de A Ramallosa al enlace con la AC-241 en Pontevea y de este al enlace con la PO-841 en O Rollo (Vea)– se eleve a 30 meses. Entre ambos suman 60 meses. Por tanto, se prevé que las obras duren cinco años desde su inicio. Y, dado que la licitación arrancará en 2021, para poder completar por autovía todo el trazado entre A Ramallosa y O Rollo habrá que aguardar hasta el año 2026.

Tres viaductos, siete pasos inferiores y dos superiores

La prolongación de la autovía AG-59 desde el enlace de A Ramallosa (Teo) a la conexión con la PO-841 en O Rollo suma una longitud total de 7.535 metros, de los que 3.535 se corresponden con el comprendido entre el semienlace que se habilitará en A Ramallosa (se convertirá en un enlace en un futuro) y el enlace de este con la AC-241 en Pontevea. Desde este al punto kilométrico 16 –donde la autovía se conectará mediante una glorieta a nivel con la PO-841– hay 4.000 metros de trazado. Habrá dos carriles por sentido de 3,5 metros de ancho cada uno y un arcén exterior de 2,5 metros siendo el interior de 1,5 metros de ancho, la mediana de 2 metros, la berma o el espacio de separación entre los dos sentidos de circulación de 1,3 metros y la gabia de seguridad de otros 3. Para salvar los tres ríos existentes en el tramo se han diseñado tres viaductos: de 150 metros de longitud para salvar el río Santa Lucía y el Ulla y de 40 metros para salvar el río Vea. A mayores, se crearán 7 pasos inferiores (en los puntos kilométricos 101,030, 101,860, 102,467. 104,292, 105,630, 106,290 y 107,127; y 3 superiores en los puntos kilométricos 100,400, 103,400 y 104,790. Dos de esos pasos superiores estarán en el enlace de A Ramallosa y en el de O Rollo. Vázquez, López, Piñeiro y directora del proyecto coincidieron en la conveniencia de ejecutar la autovía hasta O Rollo para dar respuesta a los 10.000 vehículos que cada día circulan por el vial Santiago-A Estrada y, más allá de la histórica reivindicación local, vertebrar el norte de la provincia y, en general, Galicia con su rural de una manera radial.