Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un año clave para la salud de las comarcas

2021 será el ejercicio en el que A Estrada estrene su nuevo ambulatorio, cuya construcción está rematada y lista para emprender el traslado del equipo | En Lalín se espera el arranque de la obra del Centro Integral de Salud

Aspecto exterior que presenta el nuevo centro de salud de A Estrada, en A Baiuca. // Bernabé/Ana Agrra

Recreación virtual del futuro CIS de Lalín.

El 2020 es un año histórico, no cabe duda, pero también un calendario al que, el que más y el que menos, quiere arrancar ya la última página, deseando que cuando las campanadas del 31 de diciembre den la bienvenida al 2021 sea para avanzar hacia el final de una pandemia que ha ocasionando un auténtico impacto en la población, en un sentido muy amplio del término. Aunque resulte paradójico decirlo en un contexto de crisis sanitaria, el ejercicio que está ya a la vuelta de la esquina está llamado a ser un año clave para la salud en las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes. Será el año en que A Estrada estrene su nuevo centro de salud en A Baiuca y en el que Lalín avance de forma decidida hacia su Centro Integral de Salud (CIS), que la Xunta prevé licitar en diciembre y con una inversión de nueve millones de euros.

En A Estrada todo parece preparado para hacer la mudanza. El edificio luce completamente terminado, aunque todavía no trascendió la recepción de la obra por parte de la Xunta. Las últimas informaciones apuntan a que, efectuada la recepción, sería preciso emprender la dotación informática que se requiere. Los equipos actuales será reutilizados, pero no así el mobiliario, que se renovará por completo. Ello hace que, tan pronto como la gerencia del Área Sanitaria de Santiago y Barbanza lo indique, el servicio de Atención Primaria estradense pueda emprender su traslado desde sus instalaciones en la Avenida de Santiago hasta las construidas en la bolsa de infraestructuras creada en la zona del antiguo campo de fútbol. El equipo calcula que podría movilizarse hasta el nuevo emplazamiento en cuestión de días, una vez hayan sido instalados los servicios informáticos en cada uno de los nuevos despachos. El centro supone un salto cualitativo importante, dadas las obsoletas instalaciones con que cuenta a día de hoy, principalmente por su antigüedad, problemas de accesibilidad y limitaciones de expansión.

El alcalde, José López Campos, explicó ayer que las instalaciones que eran competencia del Concello ya han sido completadas, recibiendo a finales de octubre el código de Fenosa para la conexión del centro con la línea de media tensión. Precisó el munícipe que este aspecto fue ya comunicado al Sergas de cara a la recepción de la obra, a fin de que pudiese dar de alta el boletín y probar los equipos. Calculó el mandatario estradense que el traslado dependerá ahora de cómo evolucione la pandemia, estimando que en el momento en que lo decida, las instalaciones ya están preparadas para recibir a un equipo humano que brindó a A Estrada el reconocimiento, en varios años consecutivos, del mejor centro de salud de España.

A día de hoy, en el ambulatorio de la capital de Tabeirós trabajan 70 profesionales, distribuidos entre el turno de mañana, el de tarde y el Punto de Atención Continuada (PAC). De todo este equipo humano, 21 son médicos de familia y hay 19 profesionales de enfermería de adultos, tres pediatras, dos enfermeras de pediatría, dos matronas, tres fisioterapeutas, tres auxiliares de enfermería, un trabajador social, una farmacéutica, seis trabajadores de servicios generales, dos auxiliares administrativos, cinco celadores, un odontólogo y un higienista dental. A ellos se suma el personal de las unidades de apoyo en el área de oftalmología, rehabilitación, tocólogo y unidad de salud mental, que acuden desde el hospital determinados días a la semana.

El hospital que se transformó en CAR y terminará en CIS

¡Qué tiempos aquellos en los que Lalín soñaba con un hospital comarcal! Corrían (hacia su trágico fin) los felices años del boom del ladrillo, en la Xunta gobernaba el bipartito (2005-2009) y José Crespo Iglesias apostó a lo grande: Un hospital para terminar con el déficit de atención sanitaria en la comarca. No en vano, Lalín es la localidad gallega de más de 20.000 habitantes que más lejos tiene un centro hospitalario. Fue entonces cuando el PSOE se sacó de la manga una alternativa menos ambiciosa bajo el nombre de Centro de Alta Resolución, anunciada por su portavoz municipal, Manuel González Aller, en la precampaña de las municipales de 2007. Pero el CAR no hizo honor a su acrónimo en inglés y no solo no corrió, sino que pasó años sin avances. Se anunció su licitación para 2008, pero el bipartito apenas consiguió adelantos mientras esperaba por el plan director del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS). Entretanto, el PP lalinense seguía clamando por un hospital como única solución. Pero aquella demanda se esfumó tan rápido como las pancartas que la avalaban nada más producirse el desembarco de Alberto Núñez Feijóo en el Pazo de Raxoi. Donde dije hospital, quise decir CAR, y manos a la obra. La Consellería de Sanidade llegó a anunciar una partida de 12 millones de euros para que el CAR empezase a hacerse realidad en 2010. Pero no. Y, mientras se sucedían los protocolos, el vetusto ambulatorio seguía (sigue) acumulando goteras. Siete años después, en 2017, aquel complejo con una veintena de especialidades médicas devino en el Centro Integral de Salud. Un CIS que empieza a fraguarse ahora con una dotación de nueve millones de euros.

Compartir el artículo

stats