Como cualquier otro carburante, el gasóleo de calefacción, conocido como gasóleo C, también nota los efectos económicos del coronavirus. Y además, este combustible tiene como competidores a las calderas de biomasa. Gasóleos Vallo, que gestiona la estación libre de Camanzo, en Vila de Cruces, vende el litro de gasóleo C a 0,52 euros. Pero incluso llegó a los 0,47 durante el estado de alarma debido al confinamiento y al descenso de demanda de crudo a nivel mundial. En situaciones normales, el gasóleo C rondaría casi el doble de valor, en torno a los 0,96 euros por litro.
Desde otra marca con presencia en Lalín, Staroil, se distribuye también gasóleo C por toda la comarca y distintos puntos de Galicia. Martín Méijome explica que en esta segunda ola de la pandemia también se produce ese descenso de precios. Ahora mismo, el litro está en los 0,53 euros “mientras que hace un año podría colocarse en los 0,60, y en pleno estado de alarma se desplomó a los 0,43”. Staroil comenzó a despachar gasóleo C a domicilio justo tras el final del confinamiento. “Durante esos meses de verano, no hubo mucha demanda para llenar la caldera de la calefacción”, pese a lo tentadores que podían resultar los precios. Pero es que, por normal, el cliente no suele estar pendiente del precio del gasóleo C, sino que se acuerda de llenar el tanque de casa cuando llegan los meses de frío. Respecto a si aprovechan el buen precio para llenar la caldera o no, Méijome apunta que “tenemos todo tipo de clientes, desde los que prefieren llenar 500 litros y volver a repostar cuando sea necesario, a los que solicitan 1.000 de una vez”.
Para darnos una idea del desembolso de hace un año y de ahora a la hora de llenar la caldera, cuando el gasóleo de calefacción estaba a 0,60 euros, echar 500 litros suponía un gasto de 300 euros. Ahora, con el precio a 0,53, se traduce en 265. E imagínense en pleno estado de alarma, con 0,43 de cotización: calefacción durante meses por 215 euros. Staroil cubre, como decíamos, la comarca y cualquier punto de Galicia, llegando incluso al concello ourensano de a Gudiña, ya casi en la frontera con Castilla y León. Para hacer más rentables los viajes, concentra los pedidos de los clientes que viven en el mismo punto o en localidades cercana para poder llenar el camión y cubrir todos esos pedidos durante la misma jornada.
