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ana durán penabad nn | Miembro de la Sociedade Antropolóxica Galega

“El matriarcado en Galicia no existe; sí un sistema patriarcal con peculiaridades propias”

“A pesar de estar en un plano secundario, las mujeres de Doade trabajaban mucho en todas las tareas sin ser reconocidas”

Ana Durán (dcha) durante su conferencia celebrada ayer en la Casa do Patrón. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

La Asociación de Amigos do Museo Casa do Patrón organizó ayer en su auditorio de Codeseda una jornada didáctica bajo el epígrafe de “Saberes de Muller (Doade). En la cita donde hubo limitación de aforo por la pandemia participaron los antropólogos Rafael Quintía y Cristina Valdés junto a la etnógrafa Anda Durán. Ésta centró su conferencia en el papel de la mujer en la sociedad tradicional gallega. El plan cuenta con el apoyo de la Secretaría Xeral de la Xunta de Galicia y del Ministerio de Igualdad, a través de Agader, y está encaminado a fomentar la igualdad y el empoderamiento de la mujer rural.

–¿Cómo resultó la experiencia en este ambicioso proyecto auspiciado desde Casa do Patrón?

–Muy bien. Empezamos a las once de la mañana las actividades con una presentación a cargo de Quintía, que es el coordinador del evento, y después ya hablé yo haciendo un relatorio de carácter histórico y etnográfico explicando más o menos cómo era la vida de las mujeres labriegas y marineras antes de los años 70 del siglo XX. Es una pena que el protocolo redujera el aforo de los presentes, pero es lo que toca en estos momentos.

–¿Hasta qué punto mudó el rol femenino en todo ese tiempo?

–Cambió bastante porque fundamentalmente las mujeres antes vivían en el campo y se dedicaban sobre todo a las tareas del hogar, a la familia y al campo. A partir de la década de los 60 la mujer se fue incorporando poco a poco, no de manera brutal, sino gradual, al mercado laboral. Empezaron a trabajar por cuenta ajena, algo que hasta ese momento nunca había sucedido. Después, también influyó mucho la emigración del campo a la ciudad que fue lo que terminó por transformar a nuestra sociedad tradicional y convertirla en lo que más o menos es en estos momentos.

–¿Qué fue lo que cambió desde el punto de vista etnográfico?

–A partir de ahí empezaron a cambiar ciertas características que tenía antes la mujer. Hay que tener en cuenta que con anterioridad a todo esto la mujer estaba metida en la casa dedicándose a las tareas domésticas y lo hice en mi conferencia fue hacer hincapié en que esos trabajos eran invisibilizados en la sociedad de esos momentos. Sucedió algo parecido como con el papel de la mujer en la historia, que fue invisibilizado totalmente. Sobre todo, las mujeres labriegas y campesinas fueron las más afectadas por esta discriminación. Las tareas principales de las mujeres gallegas que vivían en el campo de esos tiempos, además de la casa como te decía, eran los trabajos agrícolas como cuidar de la finca o de la huerta, de los animales, de los mayores, de los niños, lavar la ropa y demás. Durante un par de semanas Rafael Quintiá y yo hicimos un trabajo de campo en Doade muy interesante.

–¿En qué consistió ese trabajo de campo en la aldea lalinense?

–Las entrevistamos con un tiempo medio aproximado de una hora, hora y media, por persona para preguntarle precisamente cómo era la vida de antes aquí en una parroquia como Doade y en un lugar como Codeseda. Nos llamó la atención a los dos que muchas de las mujeres que tuvimos la oportunidad de entrevistar coincidieron en que sí, que el trabajo realmente de las mujeres en Doade era secundario porque claro el papel principal lo tenía el hombre y las mujeres, aunque estaban un plano secundario, trabajan mucho en todas las tareas a las que se dedicaban. Es decir, había mucho trabajo pero nada reconocido en aquella sociedad.

–¿Cree en el matriarcado gallego o piensa que es una leyenda?

–El matriarcado gallego no existe. Es una ficción y de hecho lo hablé hoy (por ayer) en la conferencia. Existe un mito sobre el matriarcado en Galicia que proviene de hace mucho tiempo y que dice que las mujeres somos las que dirigimos la casa y la vida de nuestros familiares y de que somos independientes. Desde luego, todo eso no es cierto a poco que se escarbe en nuestra historia. De hecho, no hay ningún estudio relevante que afirme o que asegure que el matriarcado existe en Galicia. Ni ahora ni tampoco hace algunos años, que es cuando más se incide en esa idea bastante extendida. Lo único cierto y que se puede comprobar que lo que existe es un sistema patriarcal que simplemente posee unas peculiaridades que nos diferencias de otros pueblos. Hablo del caso de la zona de Castilla o el mismo Levante español.

–¿En qué se basa para hacer una afirmación tan categórica?

–Pues, cuando hablo de diferencias me refiero al tipo de herencia, la mayor tolerancia con las madres solteras etcétera. Pero, insisto, no se puede hablar en ningún caso de matriarcado porque no existe ningún indicador que pueda certificar su existencia en Galicia.

–¿Es optimista sobre cómo podría cambiar esa situación la conocida como “nueva normalidad”?

–Yo creo que no va a cambiar absolutamente nada. Estamos igual que siempre, la verdad. Hoy en día hay más información y educación de género, eso es algo que es fácil de comprobar a todos los niveles, pero no creo que todo lo que nos pase después de toda esta pandemia cambie nada en este asunto. Al respecto, tengo que decir que me sorprendieron muy gratamente algunas mujeres que entrevistamos en Doade durante el trabajo de campo del que te hablaba antes.

–¿En qué sentido?

–Me llamó mucho la atención porque pese a ser unas mujeres mayores y haber estado educadas en otros valores y normas sociales, vamos a decirlo así, son conscientes de la importancia que tiene la educación en todo este tema, de la puesta en valor de nuestro género y de todos los trabajos femeninos. Por eso te decía antes que con esto de la pandemia no veo que vaya a cambiar gran cosa el panorama, lamentablemente. Pienso que va a ser fastidiado para todos y para nosotras las mujeres también, por supuesto. También pienso que la nueva normalidad va a ser igual para todos. Yo creo que va a haber brecha de género igual con pandemia de coronavirus que sin ella. Seguro.

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