Fabrizio ha vuelto a casa. Lo hizo ayer tras permanecer dos largas semanas hospitalizado en Santiago después de que un compañero suyo del CEIP Vicente Arias de la Maza, de Vilatuxe, le echara gel hidroalcohólico en un ojo. Ahora, el pequeño de tres años de edad se recupera en la casa familiar de Agruchave, en la también parroquia lalinense de Donramiro.

En todo caso, a Fabrizio todavía le queda un largo camino por delante para curarse y recuperar la visión de su ojo derecho. “Nos dieron el alta, pero nos vamos a casa con un tratamiento a largo plazo”, corrobora su madre, Llúbica Noelia Sardi Olivares, que incide en que su hijo “todavía no ve correctamente por ese ojito”. Es consciente de que toca esperar y confiar en los profesionales sanitarios. “Dicen que se va a ir recuperando de a pocos, hay que tener paciencia”, apunta la progenitora, por fin de vuelta en su hogar.

El niño sufrió quemaduras y desprendimiento de membrana, que le provocaban mucho dolor. Fue operado el 20 de octubre y esta misma semana, el miércoles, volvió al quirófano para quitarle los puntos que tenía en el globo ocular y colocarle una lentilla que deberá llevar durante algún tiempo.