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Del escenario a las calles

Después de veinte años trabajando en el mundo de las orquestas, el músico Miguel Avatar recorre las localidades de la zona con su bajo para “buscarse la vida”

El brasileño Miguel Avatar lleva varias semanas visitando la feria de A Estrada. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Miguel Avatar sorprende por su positividad en medio de un momento complicado a nivel general y especialmente personal. El músico nacido en Brasil llegó a Galicia hace veinte años, encontrando trabajo desde el principio en el mundo de las orquestas. Durante los meses de verano tocaban las verbenas nocturnas y las sesiones vermú, mientras que el invierno era el turno de las discotecas y eventos a cubierto. Sin embargo, la llegada de la pandemia del coronavirus dejó a Avatar sin su principal sustento económico al suspenderse la gira de su orquesta. Lejos de rendirse, el músico de origen brasileño decidió tirarse a la calle en busca de una nueva forma de ganarse la vida. Así, desde hace meses recorre los municipios de la zona tocando su bajo y recibiendo donativos de las personas que disfrutan de su música.

Acabada su jornada laboral en la feria de A Estrada, Miguel Avatar nos atiende con una sonrisa y un mensaje lleno de positivismo ante la adversidad. “Este año no hay orquestas así que hubo que reinventarse y buscarse la vida. La gente se queja mucho pero a veces hay que buscar otras opciones”, explica después de una jornada en la que le tocó lidiar con la lluvia. “No se puede hacer nada contra San Pedro. No me importa mojarme un poco pero lo malo en estos casos son los instrumentos y los aparatos, que son delicados”, reconoce.

Avatar lleva varias semanas viniendo a la feria estradense, un escenario que se sale un poco de su ruta habitual. “Decidí probar hace unas semanas y me gustó, así que decidí repetir. Ahora mismo vivo en Vilagarcía, así que me muevo por allí, por Pontevedra, Carril, Cambados... Este verano fui zafando así, tocando por la calle. También toqué en alguna bodega y conseguí un par de alumnos a los que dar clase. Lo de los horarios y la llegada da la lluvia no me vino bien porque también hacía algunas sesiones vermú pero ahora ya nada”, explica el músico.

La vida de Avatar ha cambiado mucho este año por culpa del Covid-19. Durante los veinte anteriores el brasileño formó parte de diferentes proyectos musicales, destacando los diez años que pasó en la formación del grupo Masters. En este 2020, iniciaba sin embargo una nueva etapa, dentro de una formación segoviana, el Grupo Picante. “Teníamos todo preparado; ropa, repertorio y un calendario completo pero no pudimos actuar ni una vez”, lamenta. “Este mercado es complicado. Aquí no hay ERTE y fuimos muchos los trabajadores que quedamos descubiertos. En mi caso solicité una ayuda pero me la denegaron”.

Avatar decidió entonces buscar una nueva forma de ganarse la vida. “Sigo luchando y sigo defendiendo la música. Intento hacerlo lo mejor posible y para eso tengo que utilizar mi única herramienta, que es la música”, afirmó ene brasileño antes de proseguir su camino.

Un instrumento poco agradecido en solitario

Una de las cosas que más llama la atención al encontrarse a Miguel Avatar tocando en la calle es su propuesta musical. “Yo toco el bajo, que no es un instrumento muy agradecido para este tipo de actuaciones en la calle y en solitario. Lo que hago son versiones de melodías para amenizar. Se diría que no es un concierto. Es una base de música”, explica. Ante este condicionante, el brasileño juega con diferentes tipos de música, que va variando dependiendo del público y del momento para que todo encaje lo mejor posible. “Elijo temas que interesen a la gente. Puedo tocar desde temas clásicos españoles hasta canciones pop muy conocidas. Desde Rafael hasta Fito. Sin embargo, si veo por ejemplo que hay mucha gente mayor a lo mejor toco una bachata por ejemplo, que gusta mucho. En tiempos difíciles como estos, anima escuchar una canción que recuerde otros momentos de la vida. La gente lo agradece”.

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