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La demanda de seguros privados crece hasta un 30% con la caída de la atención presencial

La sustitución de las consultas físicas por la telemedicina en la sanidad pública dispara las solicitudes de pólizas entre las familias | Aumenta la preocupación de los jóvenes por la cobertura en caso de positivo por Covid-19

Usuarios del Centro de Salud de A Estrada solicitando cita con distancia de seguridad. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Las dificultades para conseguir una cita en la sanidad pública han propiciado que las contrataciones de seguros privados crezcan. Así lo apuntan las compañías aseguradoras que ven cómo se ha incrementado el interés de los clientes por hacerse con este tipo de pólizas. El principal motivo es la saturación sanitaria. En concreto, la sustitución de las consultas físicas por la telemedicina. Un estudio de la consultora Bain and Company realizado en España muestra que el 27% de los encuestados que no dispone de este seguro tiene intención de contratarla próximamente. En el caso de las comarcas esa cifra alcanza hasta un 30%, a tenor de lo expresado por las aseguradoras de la zona consultadas por esta Redacción.

Javier Fernández, de Mapfre, recuerda que el informe del tercer trimestre de análisis de compañías señala que “en septiembre de 2020 dentro del ámbito de Mapfre se cifra en 11,4% el incremento en las primas, pero en Lalín seguro que es más”. Fernández añade que la oferta “se está incrementando alrededor de un 25-30% pero lo que es la contratación de pólizas de salud llega hasta un 10-15%. Y yo diría incluso más, porque a lo mejor esos porcentajes pueden ser menores en Rodeiro, por ejemplo, pero seguro que en Lalín son muy superiores”. El ejecutivo de Mapfre subraya que “antes la gente te venía a la oficina a preguntar por un seguro de un coche o de hogar, y ahora hay mucha más gente que te pregunta por un seguro de salud”. Fernández achaca al efecto acordeón este aumento de solicitudes porque “si hay un incendio en una casa y no tengo seguro lo contrato, y si tengo seguro compruebo que esté bien hecho. En este caso, cuando vemos que la pandemia es palpable es cuando le damos importancia a los seguros médicos”. El agente lalinense de Mapfre reconoce que la cobertura no es tan amplia como parece “pero la gente está contenta porque tiene un mínimo a lo que agarrarse en este tema. La gente valora que cuando el Sergas está a tope pueda ir a hospitales privados para ser atendidos y no tanto a hacerse las PCR”.

Por su parte, Alba Forno, de Plus Ultra coincide en señalar que “sobre todo en el último mes hubo un incremento bastante grande de presupuestos y de gente solicitando información al respecto y, la verdad, salieron bastantes más ventas de las que suelen salir normalmente”. Forno añade que “tranquilamente el incremento supone un 30% de lo que se facturaba antes de la pandemia. Incluso tenemos casos de padres que preguntan por seguros para sus hijos que estudian fuera”. Destaca que “la gente tiene una preocupación por las listas de espera y otra por las citas no presenciales, que pienso ue es el motivo principal” y también destaca el boca a boca como principal publicidad de las aseguradoras en estos tiempos.

En el caso de Carlos Fernández, de Santa Lucía, coincide en indicar que “con esto de la pandemia la gente empezó a preocuparse de cosas que antes no le preocupaban tanto y en estos momentos hay mucho temor con el tema económico y se está revisando hasta el último céntimo, como es lógico”.

Sin embargo, Fernández no cree que se hubiera alcanzado el 30% de incremento de pólizas aunque destaca que “hay gente joven que hasta ahora no preguntaba por la póliza de los padres o incluso no sabía si tenían seguro o no, y ahí sí que hemos notado un aumento de peticiones”. El agente de Santa Lucía también incide en afirmar que “nosotros en esta zona tenemos un índice muy alto de aseguramiento. Por eso te digo que el aumento se nota en la preocupación por qué me cubre la póliza en las pandemias. Hay que recordarles que efectivamente están excluidas de la póliza pero que las compañías habían llegado a un acuerdo de excluir esa exclusión, valga la redundancia”. Carlos Fernández continúa diciendo que “en un primer momento esto fue como ir al súper. Todo el mundo creía que se iban a acabar las vacas y la celulosa, y que había que comprar leche y papel higiénico. La gente de 40-45 años fue la más preocupada al principio de la pandemia y con el paso del tiempo como digo, insisto, se preguntó mucho por el tema de cobertura y la exclusión, pero se están atendiendo todas, por supuesto”.

Avalancha de llamadas en los centros de salud

Desde hace meses los teléfonos echan humo en los centros de salud de la zona, tal y como reconocen los profesionales de la sanidad. Sin embargo, en los centros médicos privados parece que esta saturación se soporta mejor. Es el caso de la clínica HM Rosaleda-Lalín donde ayer comentaban que habían notado una mayor afluencia de usuarios “sobre todo en el día a día porque no los atienden en la Seguridad Social. Eso sí, la distancia de seguridad se mantiene de manera estricta”. Y en el caso de la Clínica Deza también se hace hincapié en la limitación del aforo para indicar que, a pesar de todo, la afluencia de usuarios “es la normal al no poder aumentar el número de personas presentes”. Sin embargo, en el caso de los médicos de Atención Primaria el trabajo está siendo agotador por el volumen de llamadas telefónicas atendidas. Así lo reconoce el doctor Francisco Javier García Avrillón, de Vila de Cruces, que ayer mismo aseguraba “no tener tiempo ni para tomar el café. El otro día tuve 60 llamadas telefónicas, que no las di atendidas”. Este médico cruceño ha renunciado a pasar consulta privada “porque no tengo tiempo y tampoco interesa porque puede venir gente que no controlas”, al igual que la mayoría de sus colegas.

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