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Los centros que prestan servicios sociales en las comarcas ganan 160 plazas y llegan a 1.475

El incremento se da en entidades vinculadas a personas con discapacidad, infancia y mayores | Sin embargo, ningún municipio dispone de residencias para menores | Aumentan los geriátricos de gestión privada

Personal e internos de la residencia de As Dores, en el ‘enterro da sardiña’ en febrero. | // BERNABÉ/ANA AGRA

En la zona norte de Pontevedra, donde se enclavan las comarcas de Deza y Tabeirós-Montes, residente 7.164 personas diagnosticadas con algún tipo de discapacidad. La integración a nivel social y laboral de estos vecinos motiva la existencia de centros en los que poder recibir terapias y potenciar todas sus habilidades. De ahí que en los últimos años hayan aumentado las propuestas dirigidas a personas con diversidad funcional: si en 2011 había en Deza dos centros para este colectivo de la población, y en Tabeirós-Montes uno, ahora se mantiene el de Tabeirós-Montes pero las tierras dezanas cuentan ya con cinco. Todas son de carácter social. Y lo más importante es que la apertura de esos tres nuevos centros en Deza supuso un aumento de las plazas disponibles: de 80 se pasó a 138. En la comarca vecina continúan con sus 17.

Pero la mejora en la atención se da no solo para las personas con discapacidad, sino en la mayoría de las áreas sociales. Los datos del IGE indican que el año pasado había, entre las dos comarcas, 38 centros prestadores de servicios sociales, que son 7 más que en 2011. Todos ellos suman 1.475 plazas disponibles, es decir 160 más que ocho años atrás. Como decíamos, ha sido muy buena la apertura de nuevos centros para personas con diversidad, pero también ha mejorado la cobertura de centros destinados al cuidado de la infancia y de los mayores.

En el caso de las escuelas infantiles y casas nido, Deza incorporó una más en estos últimos años y cuenta ya con ocho centros, para cuidar en total a 413 niños y niñas. A comienzos de la década, había unas 30 plazas menos. Y si en el caso de complejos para atender a personas con diversidad están vinculados a fines sociales, en el de las guarderías, de las ocho dezanas, seis son de carácter público, una social y la restante es privada con ánimo de lucro. Es la misma proporción que se da entre los cinco servicios de atención a la infancia: tres son de gestión público, uno social y el otro también privado.

El aumento de plazas en escuelas infantiles y casas nido ayuda a que las familias puedan conciliar el cuidado de sus crianzas con sus deberes laborales. Pero en una sociedad en que cada vez hay más personas mayores y muchas de ellas viven solas, se hace también muy necesario propuestas como los centros de día o residencias. Aquí es donde también se nota el incremento de iniciativas encaminadas a cuidar de la tercera edad. Según los datos del IGE, los seis municipios dezanos cuentan, en total con 10 centros que prestan servicios a mayores. Son 3 más que en 2011. Mientras tanto, en Tabeirós-Montes (incluido el concello de Cerdedo-Cotobade), hay cinco, uno menos que al comienzo de esta década. En cuanto al número de plazas, los centros de día y geriátricos dezanos cuentan en total con 481 plazas, tras haber ganado 40 en los últimos años. Por su parte Tabeirós, al perder un centro destinado a los mayores, también ve reducido su volumen de atención, y pasa de 2016 a 164 plazas.

Si atendemos al tipo de gestión de los centros de mayores, en Deza predominan las iniciativas privadas con ánimo de lucro, al ser 7 de los 10 centros abiertos. En Tabeirós-Montes la proporción está más repartida: hay un centro privado con ánimo de lucro, dos públicos y dos de carácter social.

Por el momento, no funcionan en las dos comarcas ningún centro a modo de residencia de menores, y el IGE tampoco contabiliza centros prestadores de servicios sociales bajo los epígrafes de familia, igualdad o inclusión. Sí hay 2, tanto en Deza como en la comarca vecina, que prestan servicios a la comunidad. En todos los casos son propuestas que están bajo una gestión social.

Tecnologías para la nueva normalidad

Ya ocurrió durante la primera oleada del coronavirus y ahora vuelven a ser protagonistas: las nuevas tecnologías no solo servirán para mantener unidas en la distancia a familias, parejas o amigos, o para continuar con el día a día de la enseñanza educativa. En las residencias de mayores y en los centros para personas con discapacidad internet ha sido vital para pasar el primer confinamiento y ahora, con nuevas restricciones, seguirá siendo imprescindible. Pero el mundo virtual permite que usuarios y trabajadores de los centros puedan seguir formándose y compartiendo experiencias para el día a día de la nueva normalidad. Un ejemplo está en Aspadeza. Varios de sus gestores participaron días atrás en una reunión organizada de forma telemática por Fademga Plena Inclusión Galicia. Los participantes expusieron las trabas con las que se topan en este nuevo escenario y, también, las alternativas que hay para sobrellevarlas o, directamente, superarlas. Pero está claro que las nuevas tecnologías también pueden convivir con iniciativas en soportes más tradicionales. Un ejemplo de esto lo tenemos en la Residencia As Dores, de Lalín. La terapia de reminiscencia puso en marcha A Árbore dos Recordos, en los que los internos e internas cuelgan fotos de varias etapas de su vida, El proyecto, además, está enmarcado en la iniciativa Coida do medio ambiente, coida de ti, que pone en marcha el centro junto al Concello de Lalín.

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