El lalinense Benito L. -un enfermo crónico que sufre a diario fuertes dolores de espalda y adormecimiento de una de sus extremidades inferiores tras lesionarse trabajando como celador en un hospital compostelano del Sergas- se quejó ayer amargamente de que, a pesar de haber pedido cita previa hasta tres veces en la última semana para pedir la renovación de recetas de unos fuertes calmantes que necesita urgentemente para paliar su dolor, no ha conseguido su objetivo. Usuario en Santiago de la Unidad del Dolor, explica que sufre dolor agudo desde finales de mayo. Barajaban infiltrarle pero posteriormene le propusieron intervenirle para ir a la raíz del problema. Llevaba ocho meses esperando una resonancia magnética que finalmente le hicieron en verano. Pero la baja de su médico en Santiago tras las vacaciones motivó que siga a la espera de esa solución quirúrgica. Mientras, necesita medicación para soportar el dolor que le atenaza. Teme verse abocado a tomar opiáceos que le recetaron pero que, por experiencia, sabe que son adictivos y causan fuertes reacciones a quien los toma. Urge la atención de su médico de cabecera para renovar la receta de los calmantes que necesita. No entiende por qué no le han llamado pese a pedir cita tres veces ni tampoco por qué ayer nadie le atendió cuando telefoneó al centro de salud.