-Su predecesor en el cargo, José Ramón Fernández Folgueiras, le remitió un escrito hace dos meses a la Dirección Xeral de Planificación e Ordenación Forestal para pedir que los agentes siguiesen efectuando funciones de información de cortas y extensión forestal en concellos y distritos como hasta ahora. No le escucharon y acaba de entrar en vigor la digitalización de los permisos de corta. ¿Cómo valoran esta medida y cómo creen que repercutirá en el día a día de los vecinos?
-La valoramos negativamente. Digitalizar los permisos de corta hizo que lograrlos sea para muchos una odisea. Independientemente de ese servicio, los ciudadanos pierden un punto de referencia de la extensión forestal o información forestal. No solo dábamos información de cortas. También se la dábamos de plantaciones, distancias y dudas genéricas sobre el medio forestal. Además, la sociedad rural gallega, muy envejecida, no está adaptada a las nuevas tecnologías. Abogábamos por una vía paralela: que haya la vía telemática para quien la quiera pero que pudiésemos seguir prestando ese servicio de información forestal en el que, por cierto, recibíamos mucha información a menudo importante sobre problemas y conflictos que pueden llegar a desembocar en incendios intencionados. Era un pulsómetro de cómo estaba el monte en la zona.
