Puede que la convivencia durante más horas a raíz del estado de alarma esté detrás del incremento de rupturas matrimoniales. Durante el segundo trimestre, coincidiendo con el estado de alarma y las sucesivas fases de desescalada, los dos partidos judiciales tramitaron 24 divorcios, mientras que entre enero y marzo la cifra se quedó en 14 divorcios y una separación. Como de costumbre, no hubo ninguna petición de nulidad matrimonial.

De esos 24 divorcios, 14 fueron tramitados por las salas de O Regueiriño. Diez tuvieron consenso previo entre las partes, y los cuatro restantes llegaron a las salas sin un acuerdo previo. Los divorcios con consenso anterior también predominan en las salas estradenses, con seis casos frente a cuatro en los que tampoco se alcanzó un pacto previo entre los dos afectados.

El informe trimestral indica que entre abril y mayo también fue necesaria la intervención de la justicia para modificar medidas acordadas durante estos procesos. Así, hubo que retomar cinco rupturas en Lalín para cambiar medidas ya consensuadas (en un caso) o también, cuestiones que no tenían el place de todas las partes (en otros cuatro procesos). Los juzgados de A Estrada dirimieron para modificar medidas en dos procesos, que tampoco tenían pacto previo. Por último, los juzgados de Lalín tomaron una decisión sobre la guarda custodia de los hijos en dos procesos cuyos progenitores no estaban casados. Es el mismo caso que se dio en otro de A Estrada. En estos casos, se aplican los mismos criterios a seguir para separaciones y divorcios.