Antonio Vigide Criado nació hace 101 años en Escuadro (Silleda). Fue cantero, albañil, ganadero y cestero, un oficio éste último que todavía cultiva. Tiene cinco hijos, una decena de nietos y ocho bisnietos. Lleva viudo desde hace cinco años después de que su esposa falleciera con casi 90 años de edad y el domingo cumplió 101 años de vida en la casa donde vive junto a su hija Estrella y su yerno, con el que hace muy buenas migas. La celebración fue distinta a todas las anteriores debido a la situación sanitaria por la que estamos pasando. En este sentido, su hija señala que "fue un cumpleaños un poco desapercibido para él porque ahora tiene problemas de salud. La tarta le gustó porque, la verdad, nunca tuvo problemas para comer. Come de todo pero tampoco nos pudimos juntar todos los de la familia por culpa de la pandemia. Sólo le hicimos la fiesta los de casa, mi marido, mis hijas y sus esposos, y yo. Mis hermanos vinieron por la tarde con sus hijos para comer algo de tarta. El año pasado fuimos más de 60 los que estuvimos con él pero este año no pudimos por lo del coronavirus".

Estrella recuerda que la sordera incipiente de su padre lo tiene algo limitado, pero que sin embargo sigue siendo un hombre muy sonriente. "Es una persona risueña y muy positiva. Yo siempre lo recuerdo sonriente. Son muchos años y ahora tiene días, evidentemente. Las personas que lo conocen te lo pueden confirmar pero, como digo, tiene días que está más hablador que otros porque no escucha muy bien". La hija de Antonio lo define también como un gran trabajador que tuvo que sacar adelante a la familia muy pronto. Estrella indica que "me imagino que pasó mucha hambre porque estuvo varios años en la guerra y con él casado sus hermanos se fueron marchando poco a poco. Sí te puedo decir que fue un esclavo a la hora de trabajar."

Cestos

A pesar de todo, Antonio Vigide continúa a sus 101 años dedicándose a la cestería, su gran pasión. "A él ahora hay que prepararle lo que es el inicio del cesto, que lo hago yo, y el resto es cosa suya. Hay que traerle todo el material para que esté entretenido. En estos momentos está haciendo uno y está la mar de contento", explica su hija. Lo cierto que el centenario de Escuadro mantiene una agilidad increíble en sus manos para seguir confeccionando unas piezas de cestería que son muy apreciadas tanto fuera como dentro de su entorno familiar.

Este risueño anciano que acaba de superar el siglo de vida también tiene fama de contar muchas de sus vivencias. Eso sí, sólo con los que se siente realmente a gusto, como también apuntan desde su familia. Estrella añade que "es un hombre que cuenta muchas anécdotas tanto de su etapa en la guerra como otras más simpáticas. Lo que pasa que en eso está más enterado mi marido que yo porque yo las oigo pero no les presto demasiada atención, la verdad". De todas formas, tanto Estrella como el resto de sus hermanos, hijos, primos y demás familia dan gracias a Dios por tener así de bien a su patriarca de 101 primaveras muy risueñas.