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La investigación de su asesinato demorará la repatriación del militar de origen estradense

Su viuda, desolada por el luctuoso suceso, sufre por su pérdida y por no poder vivir junto a sus dos hijos mayores este duro trance

Fotos de Viberto Quinteiro Pérez, el contraalmirante asesinado el 7 de septiembre en Venezuela, que presiden el domicilio de sus padres en O Foxo ( A Estrada). En la esquina, el estado en el que quedó su camioneta. // Bernabé | Javier Lalín | Fuentes policiales

La repatriación de los restos mortales del militar de raíces estradenses y ourensanas asesinado a tiros hace unos días en Venezuela, Viberto Quinteiro Pérez, se demorará por la investigación de su asesinato. Así lo confirmó ayer su viuda, Melina Silva de Quinteiro, desolada por el luctuoso suceso y muy preocupada por sus dos hijos mayores, que siguen en el país caribeño "llevando el caso ellos solos", sin el apoyo que a su madre le gustaría poder brindarles en tan duro trance. "Me hubiera gustado estar allí. Debería estarlo por mi esposo, por el caso y por mis hijos. Pero no pudo. Y me siento atada de brazos y piernas. Dándole tiempo al tiempo" para "que esto se resuelva de una vez por todas" y que "mis suegros puedan tener a su hijo" aunque lamentablemente sea "sin vida".

Sus dos hijos mayores -por los que Melina también sufre y teme al entender que están "vulnerables" en Venezuela- ya tienen "todo listo" para efectuar la repatriación. Pero esta no se podrá efectuar "por ahora por tratarse de un asesinato". Antes tienen que producirse la investigación y la conclusión. De hecho, esa fue la razón por la que tampoco pudo ser incinerado. Sus restos deben permanecer disponibles por si es preciso practicarle alguna prueba.

El suceso fue "tremendo" y, lógicamente, le está ocasionando un gran sufrimiento a toda la familia. Al igual que los padres de Viberto Quinteiro Pérez - Flores Pérez Puga y Viberto Quinteiro Couto, vecinos de O Foxo (A Estrada)- también a la mujer y a los hijos del fallecido los días transcurridos desde el 7 de septiembre en que se produjo el asesinato se les están hacieneo eternos.

Cabe recordar que, como ya indicó FARO, Viberto Quinteiro -contraalmirante de la Fuerza Armada Nacional (FAN) -grado que alcanzó antes de jubilarse el pasado año- perdió la vida el lunes 7 de septiembre en la urbanización Aragüita, de Ocumare del Tuy, perteneciente al municipio Tomás Lander, en el estado de Miranda.

Presuntamente, cayó en una emboscada cuando trataba de negociar la compra de un camión que había visto en Facebook. "Realmente no sabemos", explica su viuda, muchos detalles de lo ocurrido porque la investigación está en secreto del sumario y "todo va muy pero que muy lento". Los dos varones que acompañaban a Viberto y que resultaron ilesos fueron investigados y llamados a declarar.

Lo que tiene claro Melina es que el asesinato de su esposo ha dado al traste con sus planes de vida. Él, afirma, era un alto militar pero, ante todo, "una bellísima persona". Hace una década ella se vino a vivir a Arteixo con su segunda hija por una enfermedad de esta. Aquí estuvieron 5 años y medio. Se fueron cuando Viberto vino a buscarlos. "No podía vivir sin nosotros. Nos habíamos cansado de vernos esporádicamente. Me prometió que cuando se jubilase nos vendríamos a vivir a Galicia". Y así proyectaban hacerlo. Ella se adelantó viniendo a vivir a A Coruña el pasado año con su hija pequeña. Él se quedó en Venezuela con los dos mayores, aguardando a que su hija terminase la carrera de Comercio Exterior Internacional. Aun le falta un año y, tras el fallecimiento de su padre, quiere cumplir su voluntad de acabar allá los estudios antes de venir.

Luego, Melina espera que venga a España. Ansía el momento en que pueda estar aquí con sus tres hijos para poder vivir "en paz". Siempre le quedará la pena de no poder hacerlo con su esposo, a quien sus padres

Por si fueran pocas las dificultades a las que debe hacer frente esta familia, el Covid ha dejado ahora a Melina en el paro. Busca trabajo como auxiliar de cocina para seguir luchando por su familia, como siempre hizo su marido.

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