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Los primos dulces de las patatas

El vecino de Catasós Toño Fernández consigue una plantación de unas 200 plantas de boniatos con tubérculos de gran tamaño

Toño Fernández con los boniatos que recoge en su finca de Puxallos. // Bernabé/Javier Lalín

Una alergia ha cambiado la siembra de este año del vecino de Puxallos, Catasós (Lalín) Toño Fernández. Siempre ha sido un amante de las patatas, pero desde hace dos años, los especialistas le recomendaron bajar el consumo de este alimento, por lo que ha decidido cambiarlas por los tubérculos que se consideran los 'primos' de las patatas. Desde entonces, ha comprado boniatos para substituirlo, pero los precios son elevados, además de que no los hay en todas las épocas. Por ello, "he decido sembrarlo, probar a ver si se daba y qué calidad podía tener, ya que es habitual que se dé en tierras secas", comenta Fernández.

El boniato es un tubérculo almidonado de sabor dulce. Se caracteriza a la vista por su piel delgada y marrón del exterior, mientras que en el interior posee una pulpa que, generalmente, es de color naranja, aunque en algunas variedades son blancas, moradas o amarillas. "Me puse a buscar dónde podía conseguir las plantas o los tubérculos para plantarlos, ya que siempre he tenido mi huerta y mis siembras de patatas, por lo que me quería animar a probar con este producto, a ver qué salía".

Internet fue la solución, "ya que aquí no encontré proveedores ni alguien que me explicase cómo hay que tratarlas y cuidarlas", comenta. Los proveedores son del sur de España, los contactó y le enviaron unas 250 plantas. "Me llegaron y las puse, a pesar de que el clima de aquí es muy diferente se dieron muy bien, algo que les sorprendió incluso a ellos mismos". Añade que pasado un tiempo, veía que las plantas no secaban, "y ya me parecía que tenían que estar para recoger los boniatos, así que me puse en contacto con ellos, les mandé fotos y me dijeron que levantase todo, porque no iba a recoger nada".

Explica que todo podía ser porque es una planta que necesita poca agua, y el tiempo de Galicia es más húmedo, "además que en el mes de agosto hubo días de mucha lluvia, así que pensé que por ello se había perdido la cosecha". Sin embargo, hace unos días, revolviendo la tierra, se percataron de que sí había productos y algunos de gran tamaño. "Fue una sorpresa cuando vi que sí que había boniatos para recoger; era la primera vez que los plantaba, además que no conozco a nadie de aquí que los tenga sembrados, entonces era un experimento que fácilmente podía salir mal".

"Al final se quedó en una anécdota graciosa, aún tengo pendiente avisarlos de que sí hubo productos y de gran tamaño", afirma entre risas. De toda la plantación que ha comprado, perdió un tercio: "Algo previsible". Además, los productos son de alto tamaño, ya que en un principio contaba con que fuesen entre medio kilo y kilo y medio. "Pero tengo algunos que superan los dos kilogramos, cuando se lo digan a ver qué me dicen", relata. Ahora toca comprobar y aprender sobre el proceso de conservación.

Los boniatos se pueden comer de muchas formas: Al horno, tortilla, a la plancha o asados. "Tienen muchas propiedades y buenas, por eso son recomendables". Fernández comenta que seguirá con las plantaciones para el próximo año. "Trataré de meter el fruto en bandejas dentro del vivero, para ver si nacen las plantas y, luego, hacer la plantación completa", puntualiza. Añade que "los que realizan las producciones de patatas, deberían tratar de probar con estas plantaciones, ya que pueden obtener mejores resultados y conseguir que les paguen más que por las producciones de patatas".

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