La crisis sanitaria y sus efectos económicos dejaron muy tocados casi todos los sectores, primero por el cierre al que se vieron abocados durante el estado de alarma y después por las dificultades para volver a retomar su actividad. Sin embargo, el coronavirus ha servido, al menos, para impulsar otro tipo de negocios que seguirán teniendo cierto tirón ahora, en la era post-covid. Uno de esos nichos de mercado tiene que ver con el teletrabajo y la seguridad. Puesto que durante el confinamiento centenares de personas y pequeñas o medianas empresas tuvieron que seguir funcionando a través de internet, ahora la demanda se centra en herramientas de conexión y protocolos de control remoto para empresas. Ocurre lo mismo con la educación y el entretenimiento a través de la red, que fueron vitales para que los niños, en el ecuador del curso, pudiesen seguir formándose desde sus casas durante el estado de alarma.
Y, precisamente, el encierro despertó el interés por una alimentación más sana y, también, por actividades de meditación que permitiesen hacer frente a una situación de estrés y de incertidumbre ante la pandemia. Hablamos con dos emprendedores que vieron esta oportunidad de negocio aunque, en realidad, ambos contaban ya con experiencia en sus sectores. Los dos abrieron ayer sus respectivos locales. Laura Calvo es médica y nutricionista y puso en marcha un centro de nutrición en la calle Maruja Gutiérrez, de Lalín. Johan David Rodríguez, por su parte, está al frente de Kai-Zen Terapias Naturales, en ñas galerías Avenida do Parque, en Silleda. También en Trasdeza, en los últimos tiempos comenzaron a funcionar un nuevo centro de belleza y un centro de yoga, así como una nueva lavandería en el centro comercial Pontiñas, en Lalín.
