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La DO Rías Baixas rondará los dos millones de kilos de uva esta campaña en la subzona Ribeira do Ulla

Las estimaciones sitúan en un 15% el incremento en la producción que el Consello Regulador aguarda para esta temporada - Por ahora solo se hizo una recogida puntual de uva temprana para elaborar vino espumoso

Vides con uvas, ayer, que se recogerán para una bodega de esta subzona. // Bernabé/Javier Lalín

La naturaleza sigue sus ciclos en un año que nada tiene de normal. Y septiembre es, por tradición, mes de vendimia. La subzona Ribeira do Ulla, incluida en la Denominación de Origen (D.O) Rías Baixas es de las últimas en sumarse a la recogida del fruto de vid, si bien en esta campaña hubo una recogida puntual, en una finca concreta, para la elaboración de vino espumoso. La vendimia arrancará pronto de forma generalizada y con la previsión de rondar los dos millones de kilos de uva. Concretamente, las estimaciones técnicas de sitúan en 1.905.875 kilogramos, encajándose en los cálculos de que la campaña suponga un incremento de un 15% en el ámbito territorial de esta denominación con respecto al pasado año.

Según se trasladó ayer, el Órgano de Control y Certificación de la Denominación de Origen Rías Baixas presentó a finales de julio al Pleno del Consejo Regulador el Informe de Estimación de Cosecha 2020. Dicho documento calcula una recogida en 2020 de "37,5 millones de kilogramos de uvas, un 15% más que en la cosecha de 2019". En relación a la subzona Ribeira do Ulla, la campaña del año pasado se saldó con 1.490.435 kilogramos vendimiados.

Aunque la uva cultivada en las riberas del Ulla acostumbra a ser, por cuestiones de climatología, la que se recoge más tarde, desde Rías Baixas precisan que el momento óptimo para la vendimia vendrá dado por el resultado de los controles de maduración que cada una de las bodegas inscritas realicen sobre sus viñedos.

El aumento de producción aguardado para este 2020 se espera debido a una tasa de brotación -alrededor del 90%- y a unos racimos mayores que los de otros años. Concretan que las mermas durante el período de brotación -en torno al 12%- en toda la zona de la D.O. se vincularían, especialmente ,a problemas generalizados de hongos, en especial al mildiu, que fueron mayores en explotaciones sin un adecuado asesoramiento técnico.

En la actualidad, este Consejo Regulador cuenta con 177 bodegas inscritas. La superficie de esta Denominación de Origen abarca 4.064 hectáreas repartidas entre 22.002 parcelas en las que trabajan 5.147 viticultores. En el caso concreto de la subzona Ribeira do Ulla, los últimos datos apuntan al cultivo de 194 hectáreas para la elaboración de vino protegido por esta denominación, con 272 parcelas de viñedos, ocho bodegas y 91 viticultores.

Fue en el año 2000 cuando se abrió para la zona del Ulla una nueva etapa en el campo de la vinicultura con la inclusión de estas riberas en la denominación Rías Baixas. La subzona Ribeira do Ulla está formada por municipios de las provincias de A Coruña (Vedra, Padrón, Teo, Boqueixón y Touro) y Pontevedra, entre estos últimos zonas de A Estrada, Silleda y Vila de Cruces.

Esta zona de la D.O. Rías Baixas ha tenido un crecimiento sostenido desde sus comienzos. Su expansión la reflejan los datos. Atendiendo a la superficie amparada por la subzona, en 2005 eran 78,2 las hectáreas ligadas a la producción de estos caldos, frente a las 194 actuales. Las tierras dedicadas a viñedo no han parado de aumentar en estos años, ayudando a explicar en gran parte el notable incremento de la producción, si bien esta se ve determinada por factores tan determinantes como las condiciones meteorológicas. En cuanto a las variedades de vid de esta subzona, la mayor parte se corresponden con Albariño. La siguiente en términos cuantitativos sería la Mencía, seguida de la Treixadura y el Caiño tinto. Por detrás estarían Caiño Blanco, Godello, Souson y Torrontes.

En cuanto a las condiciones sanitarias de esta vendimia, explican que el Consejo Regulador ha puesto en marcha un protocolo y unas normas de prevención, si bien cada bodega ha de contar con el suyo propio y trabajar de forma coordinada. Las directrices del consejo se aplican a los 24 veedores/auditores y al personal técnico que se encargarán de supervisar el proceso de recogida de la uva en las distintas bodegas y a los viticultores. Entre las medidas figura la realización, por parte del Sergas y previos al inicio de esta campaña, de tests serológicos de detección de anticuerpos anti-SARS-CoV-2 para todas las personas involucradas en la vendimia. El protocolo también implica que cada veedor deberá realizar todos los días un breve reconocimiento de su salud personal que registrarán en el documento de verificación síntomas compatibles con Covid-19 y reportarán al Consejo Regulador antes de comenzar la jornada laboral.

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