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Cora festeja en clave femenina y solidaria

Incorpora mujeres por primera vez a la comisión que organiza sus fiestas - Sigue el ejemplo de su vecino Iván Lorenzo y apoyará a la Fundación Andrea donándole fondos

La parroquia estradense de Cora tiene este año una comisión de fiestas pionera. Lo fue desde el inicio por la incorporación de las tres primeras mujeres de la parroquia a la organización de sus festejos. Silvia Coto y sus sobrinas, las hermanas Vanessa y Alba Ortega, son las valientes que decidieron dar un paso al frente y trabajar mano a mano con otros cuatro vecinos -Iván Lorenzo, Jorge Barcala, José Antonio Buela y José Mareque- en la organización de las fiestas.

No lo han tenido fácil. El parón forzoso del coronavirus casi les pilla con el pie cambiado. Habían organizado para el 15 de marzo una comida para 120 comensales.Iban a elaborar bacalao y "carne ao caldeiro". Con el Covid-19 haciéndose fuerte y la imposición del confinamiento, congelar los ingredientes fue la mejor opción para preservarlos y confiar en que más pronto que tarde pueda celebrarse esa comida. El fallecimiento de un joven de la parroquia motivó que descartasen hacerla en julio. Con el coronavirus amenazando con repuntes, no saben si podrán hacerla en septiembre. Pero la comisión de Cora es animosa y no se da por vencida. Tras verse obligada también a prescindir de las fiestas de la Inmaculada Concepción en mayo, sigue recaudando fondos con la intención de organizar las fiestas de San Miguel en septiembre con las medidas preventivas que sea preciso adoptar.

Y fue así como surgió su novedosa iniciativa solidaria. Acordaron vender camisetas para recaudar fondos para las fiestas pero también para ayudar a la Fundación Andrea, una entidad fundada en 2006 en Santiago por una familia que perdió a su hija, Andrea, a los 8 años, aquejada por una parálisis cerebral. Su madre, Charo Barca, gerente del Pazo de San Lorenzo, solía organizar galas benéficas -que aun siguen siendo el "pulmón" de la entidad- pero quiso ayudar a las familias cuyos niños sufren enfermedades de larga duración, crónicas o terminales de manera estable, con una fundación cuyo nombre honra la memoria de su pequeña.

Uno de los miembros de la comisión de fiestas de Cora, Iván Lorenzo, es voluntario de esa fundación desde hace dos años. Hasta el parón forzoso del coronavirus, le dedicaba altruistamente las tardes de los sábados a participar como monitor en las tardes lúdicas que le brindan a los niños hospitalizados en el Clínico de Santigo actividades como talleres de papiroflexia, juegos de cartas o juegos de mesa, haciendo que así las horas se les pasen más rápido. También era un activo colaborador en las galas benéficas del citado pazo. "Iván e el número 1 de los voluntarios", explicó ayer, agradecida por la iniciativa de la comisión de fiestas de Cora, la directora de la Fundación Andrea, Amaya Castro.

Esta explicó que la entidad ofrece tres líneas de ayuda a las familias: becas para financiar tratamientos terapéuticos que no cubre la Seguridad Social, ayuda a familias desplazadas (sus 3 pisos de acogida próximos al Clínico de Santiago acogen anualmente a más de 200 familias de niños enfermos de larga duración de fuera de Santiago y cuando son las familias gallegas las que tienen que ir al exterior, contacta con entidades de otras zonas y le sufraga a las familias la estancia allí si no hay tratamiento en Santiago) y, finalmente, actúa sobre los espacios pediátricos hospitalarios para dulcificarlos. Así, ha creado salas lúdicas con pinturas murales, mobiliario lúdico, juguetes y libros en el Clínico de Santiago, el Provincial de Pontevedra y los hospitales de Ourense, Lugo y O Barbanza. Cuando el Covid lo permita también lo harán en el Hospital del Salnés.

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