La dirección de la textil lalinense Florentino y los sindicatos cerraron ayer un acuerdo para hacer efectivo el despido de medio centenar de trabajadores, que firmarán su finiquito ya el próximo día 31. Después de un fin de semana de intensas negociaciones, la empresa accedió a las exigencias de los representantes de la plantilla de mejorar las indemnizaciones hasta 22 días por año hasta un tope de 15 mensualidades, frente a los 20 y 12 que proponía la compañía; el mínimo que marca la legislación.

Tanto Lourdes Diz (UGT) como Xabier Aboi (CIG) coinciden en señalar que el acuerdo, como todos, es mejorable pero al menos logra incrementar las cuantías económicas que se llevarán a casa los afectados por el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) y suponen entre 4.500 y 4.900 euros más por persona que con la propuesta inicial de la firma. Así, a finales de este mes el medio centenar de empleados abandonará su puesto de trabajo y seguidamente cobrará sus indemnizaciones por despido. Dependiendo de la antigüedad y la categoría, Diz estima que cada trabajador percibirá una compensación de entre 19.000 y más de 21.000 euros. En esta horquilla no se moverían, evidentemente, los trabajadores de las tiendas, pues en casos su vínculo laboral con la empresa es de meses o de pocos años.

Los representantes sindicales y la abogada de Florentino dedicaron el viernes, sábado y domingo pasados a cerrar los últimos flecos de las negociaciones y a primera hora de ayer se citaron en la factoría lalinense para darles forma. En torno a las 17.00 horas se rubricaba el pacto entre las partes.

"No es un grandísimo acuerdo, pero estamos satisfechos porque no sé si la empresa podría aguantar la declaración de estos despidos como improcedentes", afirma Diz, quien entiende que Florentino pudo haber hecho un mayor esfuerzo todavía.

Aboi, por su parte, matiza que algunos empleados todavía mejorarán sus condiciones económicas y que también deben gestionarse flecos como las horas extraordinarias o las vacaciones. "El 31 se van para casa y para la semana siguiente cobrarán su liquidación", afirma.

Para las dos centrales, ahora es clave que estos trabajadores -en su mayoría mujeres de edad avanzada para acceder al mercado laboral- puedan volver a trabajar. En este sentido, urgen la implicación de las administraciones públicas para la puesta en marcha de planes de acompañamiento con los que lograr el objetivo de la reinserción. Aboi avanza que se buscará una reunión con Concello, patronal dezana y, si fuese posible la Xunta, para el diseño de acciones formativas o de reciclaje laboral para los despedidos y pide que sea mediante un programa riguroso. La representante de UGT afirma que esta acción debe ajustarse al perfil de los despedidos, en su mayor parte, mujeres con experiencia solo en este sector y que difícilmente podrán volver a desempeñar este puesto en otra empresa del ramo.

Futuro

Las centrales son conscientes de la terrible crisis que atraviesa el textil desde hace años y por eso tienen dudas acerca del futuro que le deparará a la icónica firma lalinense. Diz señala que estarán vigilantes y que espera que, con estos despidos y tal y como planteó la dirección de la empresa, Florentino pueda mantener su actividad. "Suponemos que la viabilidad está garantizada, pero estaremos atentos", subraya, y lamenta que desde la compañía se enfrentase a los trabajadores que preservarán su empleo con los afectados por el ERE. "Florentino se convertirá en un comercio de comercios y su continuidad dependerá de la recuperación de la actividad, marcada ahora por la crisis sanitaria. Señala que en la factoría del polígono Lalín 2000 solo quedará un plantel compuesto por una treintena de personas, incluidos los cargos directivos, pero que el departamento de producción queda prácticamente desmantelado con su deslocalización a Portugal y otros países. "Aquí se van a colocar las etiquetas a las prendas y poco más", concluye.