Todo transcurría según lo previsto, ayer, en la rúa Trasdeza y aledaños hasta que primero las llamas y el humo negro y, después, las sirenas alteraron esa normalidad. En especial a los vecinos de estas céntricas calles de Silleda. Como es el caso de la familia de Rafael Dacosta, vecino próximo al lugar de los hechos que relata lo sucedido de esta forma: "Desde una cierta lejanía se vive con angustia, porque no es lo mismo que estar justo al lado. Estábamos en casa y escuchamos las sirenas de la Policía Local. La preocupación fue que desde el punto desde el que estábamos mirando no se veía si el edificio estaba afectado por dentro. Menos mal que tanto los bomberos como el resto de las emergencias llegaron súper rápido y actuaron muy bien".

Más cerca de las llamas estaba en ese momento Carlos Maril, que explicaba a esta Redacción que "yo tengo la tienda de al lado. A mi me vinieron avisar desde el otro lado de la calle una vecina, salimos para fuera y en tres minutos ya estaba todo el fuego arriba". Maril recordó que el lugar donde se iniciaron las llamas corresponde a un solar que "es de la familia de Julio Carballo pero ninguno de ellos viven aquí desde hace tiempo". Maril se congratulaba de que nadie resultase herido de gravedad en un incendio tan voraz porque también él fue perjudicado por las llamas: "Un tarro de flores de nuestro piso se derritió con el calor, así que imagínate cómo pudo ser realmente la cosa", afirmó.

Otro de los sitios donde se vivió con inquietud lo sucedido durante el incendio fue en la cercana oficina de Abanca, donde en esos momentos se trabaja como en cualquier otra jornada. Isa manifestaba una vez sofocado el fuego que "le llegó bien. Nosotros salimos de la oficina. Marchamos de allí todos por propia iniciativa porque el miedo es muy libre. Estuvimos en la calle y después volvimos a la oficina sin ningún problema. Asustaba más de lo que realmente fue porque en cuestión de segundos prendió como si fuera una cerilla". Tanto ella como el resto de vecinos o trabajadores que estuvieron cerca de las llamas no olvidarán jamás lo sucedido y, en especial, la suerte que tuvieron todos por haber esquivado una tragedia.