Los comerciantes disconformes con el vigente cierre de calles del corazón comercial de A Estrada le pidieron ayer al edil de Urbanismo, Gonzalo Louzao, que -si no es posible reabrir las calles a la circulación de vehículos totalmente como desean- al menos se opte por una solución intermedia que conjugue sus intereses con las de la hostelería que prefiere tenerlas cerradas para poder expandir sus terrazas. Así, plantean abrirlas al tráfico en las horas centrales de la actividad comercial y cerrarlas a última hora de la tarde para favorecer a las terrazas. Otra posibilidad sería "hacer como en Silleda: tenerlas abiertas por la semana y cerrarlas más hacia el fin de semana" para que los beneficios y los perjuicios del modo más equitativo posible se compartan entre todas las partes implicadas.

Fue la propuesta que los representantes de los comerciantes opuestos al cierre de calles plantearon ayer en una reunión a la que acudían esperando mantener su segundo encuentro con el alcalde -que les había escuchado cuando hace mes y medio presentaron medio millar de firmas contrarias a la peatonalización y les había emplazado a sumar un representante a la Mesa de Movilidad- y a la que Gonzalo Louzao acudió provisto de una copia del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) en vigor, para proporcionarles una copia y hacerles saber que el cierre de calles actual no es caprichoso sino que responde a los criterios Covid de distancia entre viandantes y terrazas, en materia de prevención de contagios y también en aras a evitar posibles atropellos por invasión de la vía pública.

Louzao valoró tras la reunión la buena voluntad de los comerciantes presentes -que, hizo notar, discrepan de la opinión de la Asociación de Comerciantes da Estrada (ACOE) de apostar por dar más espacio al peatón- pero les emplazó a plantear sus propuestas en la Mesa de Movilidad que el gobierno local proyecta convocar "lo antes posible", "como muy tarde, en septiembre". A esa mesa -en la que representantes de todos los grupos políticos y agentes sociales deben consensuar la aplicación del PMUS ya aprobado- el gobierno local proyecta acudir provisto de informes como el que ha solicitado a técnicos expertos en espacios urbanos y circulación- así como de técnicos municipales. Hasta entonces, el ejecutivo proyecta mantener cerradas al tráfico las calles.

Esto no satisfizo en absoluto a los representantes del comercio disconforme con el cierre, que -mientras que Louzao esgrimía el PMUS aprobado en los últimos años con participación ciudadana- le recordaron que ya en 2015 hubo una recogida vecinal de firmas que rechazó frontalmente peatonalizar el centro. Y le hicieron notar que no saben cuánto podrán aguantar con sus comercios abiertos. "Llegamos de dos meses de confinamiento y nos encontramos barreras en las calles", que perjudica a sus negocios, según la portavoz de los afectados, Jeanette Valiñas.