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"Siempre me gustó correr"

Después de trabajar en México y Tokio la publicista estradense de 23 años Catarina Barcala aspira a conquistar Estados Unidos

La estradense Catarina Barcala, en una imagen de archivo

A la semana de terminar sus estudios de Publicidad y Relacións Pública en Vigo, Catarina Barcala ya estaba haciendo las maletas. La estradense reconoce que siempre le gustó correr y esa máxima ha guiado su camino a lo largo de unos años intensos. En su objetivo de convertirse en publicista Barcala ha recorrido medio mundo, una aventura de dos años que el pasado sábado llegó a su fin con su graduación en la prestigiosa Miami Ad School de Nueva York. Ahora, La estradense afronta un nuevo reto, el de hacerse un hueco en el competitivo mundo de la publicidad en Estados Unidos.

"Trabajar en publicidad en Nueva York es como estar en una película. Tienes masajes, música, fiestas todas las semanas... Está muy bien. Es un lugar en el que arriesgan mucho y en el que siempre están innovando y buscando ir más allá", explica una mujer que lleva seis meses en la Gran Manzana. A sus 23 años Barcala ya ha recorrido mucho en este mundillo, aunque ese camino comenzó de la forma más inesperada. "Todo empezó a través de un concurso por internet. Siempre tuve muy claro que me quería dedicar a esto pero las buenas escuelas de publicidad son muy caras. Buscando por internet encontré un concurso en el que buscaban talento mejicano. No sabía si me iban a aceptar pero como en las bases del concurso no especificaban nada decidí arriesgarme", así fue como Catarina Barcala logró entrar en la Miami Ad School con una beca completa.

Tras un año en México, la estradense tuvo la oportunidad de escoger destino entre las diferentes delegaciones de esta prestigiosa escuela con sedes repartidas por todo el mundo. Su primera parada fue Madrid, un destino que explica por "morriña", aunque el segundo fue Tokio. Su última escala comenzó hace seis meses, cuando desembarcó el Nueva York. Allí, Barcala ha vivido muchas cosas, desde una pandemia hasta la puesta en marca de una campaña junto a sus compañeros para ayudar a los cines de A Estrada, pero por encima de todo, ha descubierto el lugar en que quiere intentar hacerse un hueco. "¿Qué voy a hacer ahora que me gradué? Esa es la gran pregunta. Aquí he formado equipo creativo con un catalán y estamos intentando conseguir el visado para quedarnos en Estados Unidos. Puede ser una gran oportunidad", afirmó.

La estradense valoró positivamente todo lo aprendido a lo largo de los dos últimos años en una escuela de dirección de arte publicitario en la que prima la práctica y en la que se potencia la creatividad de sus alumnos por encima de todo. En este periodo, Barcala ha podido realizar además prácticas en diferentes e importantes empresas del sector.

Coronavirus

Durante los meses en Nueva York, a la estradense le ha tocado vivir de cerca cómo afectó el coronavirus a la ciudad más poblada de los Estados Unidos y una de las más pobladas del mundo. "Aquí nunca tuvimos las fases que tuvieron en Europa. No soy nadie para criticar decisiones de ese tipo pero lo cierto es que hubo mucho descontrol. Veías a la gente por la calle sin mascarillas como si no pasase nada. La gente lo veía como algo muy lejano. Me daban ganas de comprar un montón e irlas repartiendo", explicó una mujer que vio como su día a día en la escuela se veía condicionado. "Yo inicié la cuarentena al mismo tiempo que en España porque cancelaron todas las prácticas y las clases comenzaron a ser online. La verdad es que nos exigieron mucho y andábamos todos un poco locos", admite, al tiempo que destaca también la llegada del Black Lives Matter en las últimas semanas.

Minicines Central

Barcala ha sido también la promotora de una iniciativa que ha llegado desde Nueva York a A Estrada para ayudar a los Minicines Central. "En clase estábamos trabajando la escuela polaca de carteles, una corriente artística de 1950. Eran carteles que se utilizaban con fines culturales para cines o teatros. Esos carteles eran una forma de expresarse en una época de represión. Esos días había leído una noticia de los cines de A Estrada y la situación en la que estaban, así que les conté la historia y les propuse hacer unos carteles para ellos. Estuvieron muy motivados e ilusionados de poder hacer algo real con lo que poder ayudar", explicó.

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