La población inmigrante tiene un importante peso en el padrón municipal y los últimos datos apuntan a que en Lalín residen 1.280 personas procedentes de otros países; esto supone que seis de cada cien vecinos sean extranjeros. La importancia de preservar este grueso de ciudadanos es clave para que el municipio no pierda su categoría.
El balance estadístico del año pasado concluye que la mayor parte de la población inmigrante procede del continente americano, con especial incidencia de los venezolanos y, en menor medida, argentinos. En total son 465 lalinenses que vinieron de alguno de los territorios del citado continente. Menor incidencia tienen los que recalaron en la localidad desde el continente europeo -no solo de los países miembros de la UE- y los 476 son uno más que los registrados hace una década; es decir, este segmento de habitantes se mantiene. Un dato llamativo es el importante aumento que experimenta el censo de los africanos que seguramente se hayan visto obligados a abandonar sus países en busca de unas mejores condiciones de vida. Si diez años atrás había 150 africanos residiendo en la localidad, el estudio más reciente cifra en 307 los que engrosan el padrón municipal. Entre estos destaca el colectivo de argelinos, con 160 personas, seguidos de los procedentes de Marruecos, con 89 casos. Con todo, los hasta 529 venezolanos que residen en este ayuntamiento suponen casi la mitad de todos los inmigrantes.